El ¨²nico voto en contra
Si la ponencia estrella de este congreso era la de los Estatutos, la que presentaba ?ngel Acebes y enmendaba Francisco ?lvarez Cascos; si de lo ¨²nico que se ha hablado en los pasillos, y lo ¨²nico que realmente importaba, era saber qu¨¦ iba a pasar con la propuesta de Francisco ?lvarez Cascos sobre la limitaci¨®n de mandato; si al final de tanta tralla la tormenta desemboc¨® el viernes por la noche en un apret¨®n de manos entre Cascos y Acebes, y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria, ?qui¨¦n entre los 3.156 compromisarios iba a tener las agallas de votar ayer en contra de la ponencia sobre Estatutos? ?Qui¨¦n iba a levantar el cart¨®n rojo con el NO, grande como un peri¨®dico tabloide, en medio de un mar de cartones verdes que dec¨ªan S??
S¨®lo pod¨ªa ser un compromisario del PP procedente del Ayuntamiento alav¨¦s de Llodio, gobernado por HB. Se llama Jaime Valdivielso, y no es familiar del director de la guardia civil Santiago L¨®pez Valdivielso, aunque era bastante amigo del padre de ¨¦ste.
- ?Y c¨®mo es que vota usted contra la ponencia de los Estatutos?
- No, yo he votado contra la de Patriotismo Constitucional.
- ?Seguro?
- S¨ª, s¨ª, seguro.
- ?Y por qu¨¦?
- Por una cuesti¨®n est¨¦tica, m¨¢s que de contenido. Yo creo que el patriotismo, por definici¨®n, ya es constitucional, legal, consultivo, y todos los adjetivos que se le quieran poner. No s¨¦ por qu¨¦ tiene que decirse constitucional y no otra cosa. Mejor dejarlo en patriotismo a secas, ?no?
Eso lo explicaba Valdivielso en un aparte, en el pasillo. Pero nada m¨¢s volver al sal¨®n principal del congreso y sentarse en su sitio se proced¨ªa, ahora s¨ª, a la votaci¨®n de la ponencia sobre Patriotismo Constitucional, que fue aprobada por unanimidad, sin el voto en contra de Jaime Valdivielso.
- ?Pero no dec¨ªa usted que no estaba de acuerdo con el t¨ªtulo de la ponencia? ?C¨®mo es que no ha votado en contra?
- Bueno, pues porque al final, no s¨¦, cambi¨¦ de idea.
- Pero entonces se equivoc¨® usted al votar en contra de la ponencia de los Estatutos, ?no?
- Pues s¨ª, la verdad es que me equivoqu¨¦. Pero le voy a decir una cosa: a m¨ª esto de que todo se apruebe con un 100% de los votos no me gusta. Por lo menos, que haya alguna abstenci¨®n, un algo, ?no? En fin -comentaba sonriente- no voy a seguir hablando, no sea que me echen.
En la siguiente ponencia, la ¨²nica abstenci¨®n fue la de Jaime Valdivielso. S¨®lo su voto en contra -por equivocaci¨®n- y su voto en blanco destacaron en un congreso donde no quedaba resquicio, rendija ni fisura por donde se pudiera cuestionar el mandato absoluto del l¨ªder del partido. El PP present¨® nuevo himno, nuevo dise?o de siglas y gaviotas, pero su inquebrantable obediencia al l¨ªder permanec¨ªa inc¨®lume. Los cronistas y los propios miembros de la direcci¨®n del partido parec¨ªan kremlin¨®logos en los tiempos de Krujchov, interpretando cada gesto, sonrisa o movimiento de Aznar como una posible pista para descubrir qui¨¦n ser¨ªa su sucesor.
Los 80 miembros del comit¨¦ ejecutivo adaptaban sus reacciones a las del l¨ªder. A media ma?ana quedaban por intervenir lo que algunos conocen ya como los 'tres tenores': Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy. Tras el discurso de Rato, Aznar hizo un amago de levantarse, pero no se levant¨®. Entonces, ninguno de los 80 miembros de la direcci¨®n se levant¨® a aplaudir, y eso que, de los tres tenores, Rato ser¨ªa el que iba a cosechar mayor tiempo de aplauso entre los 3.156 compromisarios. Con Jaime Mayor, Aznar se levant¨® y lo abraz¨® tras su discurso. Entonces, la mayor parte de la direcci¨®n del partido se levant¨® y aplaudi¨®. Y con Rajoy, Aznar se levant¨®, lo abraz¨® efusivamente y toda la direcci¨®n del partido se levant¨® de su sitio y aplaudi¨® como nunca. Aznar volvi¨® a sentarse, pero, como la mesa segu¨ªa levantada, el l¨ªder se levant¨® y sigui¨® aplaudiendo. Visto el cl¨ªmax y que hab¨ªa barra libre para los aplausos, hasta al propio Rajoy le dio por aplaudir, o aplaudirse.
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