Ibarra contra los terratenientes
El presidente de la Junta de Extremadura quiere reducir las subvenciones de los grandes hacendados que no creen empleo
En Extremadura tienen un nuevo motivo de gresca pol¨ªtica, esta vez a cuenta de las subvenciones de la UE que recibe el campo. La realidad es que el 4% de las explotaciones se llevan el 40% de las ayudas que recibe la regi¨®n, que en 2001 ascendieron a unos 588 millones de euros (98.000 millones de pesetas). Y buena parte de estos propietarios se ocultan detr¨¢s de sociedades y tienen su residencia fiscal en otros puntos de Espa?a (el 34% de los que cobran m¨¢s de 150.000 euros, 25 millones de pesetas). As¨ª que el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, se ha comprometido a una iniciativa: si el Gobierno espa?ol no lo aplica en el resto del territorio, est¨¢ dispuesto a promulgar una ley mediante la cual algunos terratenientes sufran una reducci¨®n de hasta un 20% de las subvenciones que reciben.
Si prospera la iniciativa, algunos propietarios ver¨¢n reducidas sus ayudas en un 20%
Ese recorte se conoce como 'modulaci¨®n' y se est¨¢ aplicando en algunos pa¨ªses de Europa siguiendo recomendaciones de la UE. Y para llevarlo a cabo, Ibarra ha puesto a trabajar al Parlamento extreme?o, donde se ha creado una singular comisi¨®n de investigaci¨®n, por la que est¨¢n compareciendo agricultores grandes y peque?os, terratenientes, ayuntamientos y sindicatos agrarios, pero tambi¨¦n arist¨®cratas, empresarios y hasta toreros. Incluso lleg¨® a estar propuesta Carmen Sevilla para que hablara de sus famosas ovejitas. En medio de los citados, algunos comparecientes con cierto calado pol¨ªtico, como el suegro del presidente del PP de Extremadura o la mujer del ministro de Agricultura. 'Esta comisi¨®n va a poner de manifiesto la defensa de los agricultores profesionales frente a los absentistas de toda la vida o de nuevo cu?o', dijo Ibarra esta semana en una carta abierta. El debate est¨¢ servido.
Pero el debate no es exclusivo de Extremadura, porque en Espa?a el 20% de las explotaciones se llevan el 80% del presupuesto de la PAC (Pol¨ªtica Agraria Com¨²n). O lo que es lo mismo: 125 propietarios se reparten cada a?o m¨¢s de 360 millones de euros (unos 60.000 millones de pesetas), seg¨²n datos de UPA (Uni¨®n de Peque?os Agricultores).
Algunos de estos grandes agricultores son en realidad banqueros, constructores, empresarios de todo tipo o, simplemente, arist¨®cratas. La cuesti¨®n es que las directrices que emanan de Bruselas permiten a cada Estado miembro moderar estas ayudas de tal forma que se les pueda deducir hasta un m¨¢ximo de un 20% para dedicar ese dinero a otras cuestiones relacionadas con el desarrollo agrario. Y la modulaci¨®n se reduce seg¨²n ciertos criterios, siendo el m¨¢s importante el de la creaci¨®n de empleo: una gran finca que cree trabajo no tiene por qu¨¦ ser 'modulada'. Este criterio se aplica en Francia, Portugal (desde el pasado 1 de enero), Reino Unido (de forma lineal) y algunos lander alemanes, pero el Gobierno espa?ol parece poco decidido a hacerlo, a pesar de existir una resoluci¨®n del Pleno del Congreso de los Diputados de 11 de septiembre de 1999 que as¨ª lo solicita y de un informe del propio Ministerio de Agricultura del mismo a?o, elaborado junto a los sindicatos agrarios, que se muestra favorable a la medida. Es m¨¢s, un a?o despu¨¦s, en un documento de la Comisi¨®n Europea se dice que 'las autoridades espa?olas han anunciado su intenci¨®n de aplicar la modulaci¨®n'. Desde entonces el Gobierno no ha querido saber nada del asunto. Seg¨²n el Ministerio de Agricultura, 'el Gobierno no tiene intenci¨®n de modular, salvo que se imponga desde la Comisi¨®n Europea, porque eso crear¨ªa distorsiones entre las comunidades aut¨®nomas'.
El asunto parec¨ªa haber quedado como una cuesti¨®n de consumo interno a la espera de que lleguen nuevas ¨®rdenes desde Bruselas, hasta que Ibarra ha dicho basta. Adem¨¢s, se hab¨ªa comprometido a ello en la ¨²ltima campa?a electoral. Una acusaci¨®n del PP sobre la percepci¨®n de una subvenci¨®n por parte de un miembro del PSOE, como un coletazo m¨¢s del triste asunto de los cazaprimas del lino, rompi¨® la baraja. Ibarra anunci¨® en p¨²blico que Extremadura ir¨ªa a la modulaci¨®n y se mont¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n en la Asamblea regional. En el ¨¢nimo de los socialistas estaba mostrar en p¨²blico c¨®mo algunas fortunas se aprovechan del campo, cobran subvenciones millonarias y apenas crean empleo. El PP habla de venganza utilizando el Parlamento. En medio del barullo apareci¨® alguna que otra sorpresa: por ejemplo, que la mujer del ministro de Agricultura parcel¨® una finca en nueve partes, cada una de ellas perteneciente a una sociedad distinta, hecho que el ministro se?al¨® que era falso porque su mujer s¨®lo es titular de dos parcelas.
Esta pr¨¢ctica no es ilegal, dice el PSOE, que aprovech¨® la ocasi¨®n para ponerla como ejemplo de lo que el PP propone para eludir una futura ley: la finca grande se divide en varias peque?as y as¨ª se puede seguir cobrando. Esta pr¨¢ctica de repartir una parcela en varias sociedades ya se est¨¢ empezando a notar en Extremadura, donde el n¨²mero de fincas grandes se est¨¢ reduciendo asombrosamente. As¨ª, una sociedad titular de una finca que percib¨ªa casi 1 mill¨®n de euros en ayudas en 1998 consta ahora como perceptora de algo m¨¢s de 60.000. Seg¨²n el PSOE, Pilar Ayuso, eurodiputada del PP, ya indic¨® el camino cuando dijo que, de hacerse la modulaci¨®n, 'haremos ricos a notarios y registradores'. Pero el debate no cesa y el PSOE puso otro ejemplo: un diputado regional del PP, Quintin Monta?o, percibe 96.000 euros (16 millones) en ayudas por una explotaci¨®n en la que ¨¦l mismo reconoce que no crea ni un solo empleo fijo. 'El ¨²nico fijo soy yo', dijo en el Parlamento.
Ambiente crispado
En ese ambiente ciertamente tenso, donde las acusaciones de caciquismo est¨¢n a la orden del d¨ªa, la comisi¨®n entr¨® en su recta final la pasada semana, con la intervenci¨®n de los propietarios de tierras, que fueron divididos en varios grupos seg¨²n la cuant¨ªa de las subvenciones que recib¨ªan. As¨ª, el primer grupo estaba formado por gente o empresas que perciben m¨¢s de 100 millones. Esas primeras comparecencias no fueron muy felices y el n¨²mero de ausentes fue muy superior al de presentes, lo que motiv¨® un enorme enfado del presidente de la comisi¨®n, Antonio Olivenza, que volver¨¢ a usar 'toda la artiller¨ªa legal' para obligar a que se presenten. No vino, por ejemplo, el torero Jos¨¦ Mari Manzanares, pero s¨ª su colega ?ngel Teruel, quien no concret¨® si las seis familias que dice viven en su finca eran trabajadores fijos.
'No podemos dejar de regular las ayudas en un sector tan sensible', dicen en la Consejer¨ªa de Agricultura. Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha, las otras dos regiones con alto nivel de latifundismo, siguen de cerca lo que sucede en Extremadura.
Arist¨®cratas y la mujer del ministro
A la comisi¨®n acudi¨® Francisco Jos¨¦ Osborne Domecq, a quien el diputado popular Laureano Le¨®n le dijo: '?Sabe usted que est¨¢ aqu¨ª simplemente porque se apellida Osborne?', a lo que el citado asent¨ªa con la cabeza. El PP piensa que los socialistas s¨®lo quieren hacer demagogia con algunas fortunas y apellidos ilustres. A Osborne le preguntaron si conoc¨ªa la opini¨®n de otros agricultores, y el se?or Osborne, que vive en El Puerto de Santa Mar¨ªa, contest¨® que no tiene mucho 'roce' con los agricultores. La expectaci¨®n subi¨® de tono el mi¨¦rcoles 16 ante la posible presencia de Eugenia Soto Fitz James Stuart, apellido ilustre que la relacionaba con la Casa de Alba. Pero Eugenia excus¨® su presencia porque no dispon¨ªa de nadie para cuidar a sus dos hijos aquejados de gripe y envi¨® en su lugar a su padre, lo que caus¨® cierta sorna. El d¨ªa 23 hubo revuelo porque estaba citada Micaela Domecq, esposa del ministro de Agricultura. Deb¨ªa explicar c¨®mo una finca de 2.000 hect¨¢reas est¨¢ repartida en un entramado de hasta nueve sociedades. Micaela abund¨® en el 'no se', pero fue expl¨ªcita a la hora de decir que suyas y s¨®lo suyas eran 77 vacas y 18 novillas. Ante esa precisi¨®n, el socialista Francisco Torres le pregunt¨® cu¨¢ntos trabajadores hab¨ªa en su finca. Y ella respondi¨®: 'No s¨¦'. Ibarra aprovech¨® luego para decir que algunos saben mejor el n¨²mero de vacas que el de trabajadores.
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