La noche transfigurada

Se mascaba en el ambiente la expectaci¨®n, lo que desemboc¨® en una c¨¢lida ovaci¨®n de recepci¨®n a Lorin Maazel. S¨ª, era ¨¦l, bajando por primera vez al foso de un teatro l¨ªrico espa?ol y con una orquesta espa?ola. Maazel dej¨® para otras ocasiones el ¨¦xito f¨¢cil con una orquesta de campanillas y se puso el mono de trabajar para una orquesta joven e ilusionada. ?Qu¨¦ admirable gesto el de Maazel, qu¨¦ tanto se apunta un teatro modesto capaz de conseguir algo que el Real o el Liceo no han logrado para sus conjuntos habituales! Maazel compareci¨® adem¨¢s con La Fura dels Baus, por primera vez en Madrid con un espect¨¢culo de corte oper¨ªstico. Y con una obra de dif¨ªcil clasificaci¨®n, El martirio de san Sebasti¨¢n, que alguien como Heinrich Strobel ha llegado a definir como 'revista m¨ªstica'.

En fin, ?a qu¨¦ llev¨® esta apuesta tan ins¨®lita? Dig¨¢moslo sin tardanza: a un triunfo apote¨®sico, sobre todo de Lorin Maazel, que no quiso acapararlo para ¨¦l solo. Otro gesto de los de quitarse el sombrero. Maazel galvaniz¨® a la orquesta de la Comunidad de Madrid. La hipnotiz¨®. La transfigur¨®. Tocaron maravillosamente, ante el est¨ªmulo de una direcci¨®n genial. Los climas, los matices, las din¨¢micas, la sensaci¨®n de madurez. La Orquesta de la Comunidad de Madrid vivi¨® as¨ª sus horas m¨¢s hermosas. Y el coro. Dando lo mejor de s¨ª mismo vocal y teatralmente. Con las limitaciones de color que se quieran, pero con una actitud verdaderamente ejemplar, heroica.

La propuesta de La Fura dels Baus consigui¨® atrapar a los espectadores. Entre la extra?a mezcla de paganismo y cristianismo imperante en la obra, La Fura opt¨® por secularizar el espect¨¢culo, por situarlo inteligentemente a unos niveles de normalidad carnal y existencial, mediante la corporizaci¨®n, con lecci¨®n de anatom¨ªa a lo Rembrandt incluida, y el refuerzo de unas im¨¢genes esc¨¦nicas poderosas (el coro con la tabla, por ejemplo) y unas proyecciones tan sugerentes en el tono apocal¨ªptico como en el conceptual. Miguel Bos¨¦ llev¨® la narraci¨®n con solvencia y eficacia. Los cantantes estuvieron correctos.

Debussy se ha instalado este mes en Madrid con unas cotas asombrosas de calidad art¨ªstica. Es un tema para reflexionar. Otro tema es la importancia determinante del director de orquesta en el resultado final de una representaci¨®n de ¨®pera o en la vida de un teatro. Y un ¨²ltimo es el de la reacci¨®n del p¨²blico ante espect¨¢culos inteligentes y dif¨ªciles, pero bien realizados. La respuesta del madrile?o en El martirio ha sido sencillamente ejemplar. El teatro de la Zarzuela ha vivido, en todos los sentidos, unas jornadas hist¨®ricas.