"Mi expulsi¨®n revela la incapacidad del PNV para soportar la discrepancia"
Emilio Guevara (Vitoria, 1941) ha sido expulsado del PNV por criticar a su presidente y ejecutiva y no mostrar 'cambio de actitud' durante el procedimiento. Pero, a juicio del afectado, fue su negativa a asumir 'una flagelaci¨®n p¨²blica, en forma de autocr¨ªtica al estilo estalinista' la verdadera raz¨®n de la expulsi¨®n, la medida m¨¢s dura de las cuatro que prev¨¦n los estatutos del partido.
Pregunta. ?Se va a defender?
Respuesta. No. Aunque las irregularidades formales conculcan cualquier sistema de garant¨ªas, no pienso recurrir ante un tribunal contaminado, que tanto formula acusaciones como juzga. Queda claro que se condena un conjunto de opiniones que conforman una l¨ªnea de pensamiento determinada, de defensa del Estatuto y de afirmaci¨®n de que el PNV est¨¢ metido en un l¨ªo de incoherencia que no se sostiene, en una deriva soberanista que no sabe d¨®nde va, en la permanente contradicci¨®n y en un bloqueo institucional del que es primer responsable.
'El PNV est¨¢ metido en un bloqueo institucional del que es primer responsable'
P. ?Hay que pensar que la defensa de todo eso no tiene cabida en el PNV?
R. De tenerla, ha de ser callada, larvada, sumisa. Una discrepancia p¨²blica no cabe. Si el papel de un militante es callar, decir am¨¦n a todo y cuanto te preguntan p¨²blicamente remitirse a lo que dice el padre prior, no s¨¦ si merece la pena estar en un partido. En el fondo, me estaban reclamando una flagelaci¨®n p¨²blica, una autocr¨ªtica, como en los partidos estalinistas de cuando el tel¨®n de acero. De hecho, la aplicaci¨®n de la pena m¨¢xima se justifica en que durante el procedimiento no muestro ning¨²n cambio de actitud. Si me hubiera arrepentido y prometido callarme no me habr¨ªan echado.
P. Su condici¨®n de padre del Estatuto, ?da a esta expulsi¨®n una lectura pol¨ªtica en relaci¨®n con la actitud del PNV hacia ¨¦l?
R. Creo que pesa m¨¢s la incapacidad para soportar la discrepancia y la pluralidad interna. Ellos, que tanto se quejan de pensamiento ¨²nico cuando lo impone Aznar, tambi¨¦n lo aplican.
P. El castigo es por haber discrepado en p¨²blico.
R. Eso es algo que se tienen que replantear los partidos. Nos hemos olvidado de que reciben fondos p¨²blicos, porque son de inter¨¦s general como cauces de participaci¨®n en democracia, seg¨²n la Constituci¨®n. Tienen la obligaci¨®n de que los ciudadanos, que les financian con sus impuestos, conozcan las distintas posiciones que se plantean dentro. Y yo, ? qu¨¦ he hecho? Considerar intolerables los acuerdos con ETA y con EH y criticar que no se cortaran de inmediato cuando se sabe que ETA va a romper la tregua. Todo eso me subleva porque hay gente perseguida, no lo puedo aguantar y salgo defendiendo lo que he defendido. Si mi expulsi¨®n es el precio a pagar por quedarme a gusto con mi conciencia, lo abono gustoso. Puede ser que dentro de un a?o, tras discutir si son galgos o podencos, tengamos encima a los perros, y unas elecciones locales que no merezcan el calificativo de leg¨ªtimas. Eso es m¨¢s importante que mi expulsi¨®n , eso s¨ª que me preocupa y a eso s¨ª que me voy a seguir dedicando. Que sea dentro o fuera del partido, me da exactamente igual.
P. ?Se ve volviendo a la pol¨ªtica desde otro grupo, el PP o el PSE?
R. No. Ni voy a pedir un carn¨¦ ni me integrar¨¦ en ninguna parte. Pero en la defensa de derechos fundamentales y libertades, de gente extorsionada, amenazada, en esa guerra estar¨¦. Pisar¨¦ los callos que tenga que pisar, pero no me callar¨¦. Yo ya he dicho en una asamblea de mi partido, y se hizo un silencio sepulcral, que si tuvi¨¦ramos verg¨¹enza tendr¨ªamos que haber reclutado afiliados voluntarios para acompa?ar las 24 horas del d¨ªa a los concejales amenazados de los otros partidos.
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