Un catal¨¢n cosmopolita que habla castellano en la intimidad
Cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lleg¨® a La Moncloa, en 1996, y le presentaron al personal de la casa le llam¨® la atenci¨®n un joven sonriente que trabajaba en protocolo y que dijo llamarse Jordi Moragas. '?Jordi? Muy interesante para los tiempos que corren', musit¨® Aznar. Eran los tiempos en que el presidente del Gobierno necesitaba el apoyo de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) y ¨¦l mismo alardeaba incluso de hablar catal¨¢n en la intimidad. Moragas pod¨ªa irle como anillo al dedo, a pesar de que sus amigos de los barrios altos de Barcelona siempre le hab¨ªan llamado Jorge y de que ¨¦l, en la intimidad, prefer¨ªa el castellano.
Moragas, de 36 a?os, casado y con dos hijas, ha sido el catal¨¢n m¨¢s promocionado en el ¨²ltimo congreso del Partido Popular (PP), que se clausur¨® en Madrid el pasado domingo: fue elegido responsable de Relaciones Internacionales de la ejecutiva, un cargo de la m¨¢xima confianza de Aznar y que depende directamente de ¨¦l. Para elegirlo, el partido lo afili¨® a toda prisa en Catalu?a -sin que la estructura regional fuera informada- y le coloc¨® dos avaladores de lujo: Aznar y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦.
Moragas, de 36 a?os, ha sido el catal¨¢n m¨¢s promocionado en el ¨²ltimo congreso del PP
En Madrid ha ejercido de catal¨¢n liberal, moderado y no nacionalista
A pesar de contar con toda la simpat¨ªa de Piqu¨¦, Moragas ha hecho su carrera de la mano de Aznar y de sus fontaneros en La Moncloa, donde entr¨® en 1995 como refuerzo del equipo de Felipe Gonz¨¢lez ante la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea como miembro del cuerpo diplom¨¢tico, cuyas oposiciones acababa de aprobar. La insinuaci¨®n inicial de Aznar no cay¨® en saco roto y en seguida fue apadrinado por Carlos Aragon¨¦s, director del gabinete de la Presidencia; Javier Zarzalejos, secretario general de la Presidencia, de quien ha sido jefe de gabinete, y Alejandro Agag, durante a?os secretario personal del presidente y hoy influyente secretario general del Partido Popular Europeo y futuro yerno de Aznar.
Sus responsabilidades dentro de este equipo empezaron siendo t¨¦cnicas, pero r¨¢pidamente fue ganando peso pol¨ªtico para asuntos de Catalu?a hasta el punto de participar activamente en el dise?o de los siempre complicados viajes de Aznar a esta comunidad, como uno de los v¨¦rtices del tri¨¢ngulo que participa en los preparativos: La Moncloa, el entorno de Josep Piqu¨¦ y la delegaci¨®n del Gobierno en Catalu?a. En este v¨¦rtice no tiene lugar hasta ahora la estructura regional del PP catal¨¢n, por lo que pocos dirigentes regionales del partido han tratado a Moragas alguna vez, a pesar de que en La Moncloa, ¨¦ste segu¨ªa muy de cerca los asuntos catalanes.
En Madrid, Moragas siempre ha ejercido de catal¨¢n liberal, moderado y no nacionalista, unos atributos que, todos juntos, son una magn¨ªfica tarjeta de presentaci¨®n para hacer carrera en el PP. Y m¨¢s a¨²n si, como es el caso de Moragas, se a?ade juventud, simpat¨ªa, una familia con arraigo entre las clases acomodadas de Barcelona y una formaci¨®n s¨®lida y cosmopolita.
Y si en Madrid sol¨ªa ser Jordi, entre sus amigos de toda la vida de Barcelona, sus compinches de infancia en Sarri¨¤ y Pedralbes, en la escuela de ¨¦lite Aula y en sus veraneos en el Empord¨¤ y Menorca, siempre lo han conocido como Jorge y hablando en castellano. Aunque las lenguas no han sido nunca un problema para ¨¦l: domina perfectamente el catal¨¢n, el ingl¨¦s -ampli¨® sus estudios de Derecho en Estados Unidos, en la Universidad de Drew- y el franc¨¦s -estudi¨® Arte en Francia y tiene el distintivo de Caballero de la Legi¨®n de Honor Francesa.
El toque cosmopolita lo ampl¨ªa la herencia familiar, que le aporta un cierto barniz filipino y burgu¨¦s: su abuelo materno trabaj¨® en Filipinas como alto ejecutivo de la Compa?¨ªa de Tabacos de Filipinas, y all¨ª conoci¨® a la que ser¨ªa su esposa. Su otro abuelo, por su parte, fue director del hospital de Sant Pau de Barcelona y uno de los introductores de la penicilina en Catalu?a, casado con una mujer que se hizo un nombre en los barrios altos de la ciudad por sus actividades de beneficencia.
Aunque siempre ha seguido la pol¨ªtica con inter¨¦s, Moragas no ten¨ªa previsto un salto hacia adelante como el que ha dado al tomar el carnet del partido y asumir la responsabilidad de las relaciones internacionales. No hace ni un mes segu¨ªa deshojando la margarita entre dos opciones que no pasaban por la pol¨ªtica de partido: una, acudir al bombo en busca de su primer destino diplom¨¢tico. Y dos, por la que pr¨¢cticamente se hab¨ªa decidido: convertirse en el hombre fuerte del Gobierno central en el F¨°rum 2004 como director general adjunto.
Al final, no obstante, una llamada de Aznar la misma semana del congreso supuso un giro radical a sus planes. Ni el bombo ni el F¨°rum, sino entrada en pol¨ªtica con dedicaci¨®n completa. En Madrid, y como responsable de las relaciones internacionales del PP, pero con un ojo puesto en Catalu?a, donde el PP no arranca ni con mayor¨ªa absoluta en Espa?a y teniendo la llave de la mayor¨ªa en el Parlament.
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