Cultura

Est¨¢ comprobado que hay una relaci¨®n directa entre desarrollo cultural y el econ¨®mico. Hoy, por las caracter¨ªsticas del mundo actual y de c¨®mo evolucionan las sociedades avanzadas, se establece una vinculaci¨®n del enriquecimiento del entramado de la cultura con el pragm¨¢tico mundo de los negocios. Se parte de dos hechos. El primero consiste en que el valor a?adido, junto con la generaci¨®n de empleo y de actividad econ¨®mica, que acompa?an a los negocios ligados a manifestaciones culturales, cada d¨ªa son considerados como m¨¢s relevantes en el conjunto de los sectores empresariales. En segundo lugar, los ciudadanos a medida que incrementan su nivel de vida, aumentan y valoran el tiempo que dedican a actividades de ocio y enriquecimiento cultural. En este campo, la Comunidad Valenciana no puede ser una excepci¨®n.

La Comunidad Valenciana cont¨® con un considerable sector editorial y de artes gr¨¢ficas, sin olvidar la tradicional dedicaci¨®n musical ni la afici¨®n por la interpretaci¨®n teatral o los pilares de la industria cinematogr¨¢fica. Cualquier metr¨®poli o n¨²cleo geoestrat¨¦gico de decisi¨®n, requiere completar su proyecci¨®n de desarrollo econ¨®mico, con acciones culturales que no se pueden reducir a grandes inversiones en edificios, museos o espacios de vida. El proceso de consolidaci¨®n cultural pasa necesariamente por la formaci¨®n de los ciudadanos, para que proporcione consistencia a las actividades culturales.

Partimos del h¨¢bito que ha proliferado en c¨ªrculos pol¨ªticos y empresariales, de desconfiar del papel que pudieran jugar estudiosos, intelectuales y l¨ªderes de opini¨®n en el panorama de la cultura. Desde la d¨¦cada de los 70 del siglo XX en los pa¨ªses pertenecientes a la OCDE ha crecido constantemente el tiempo que dedican los ciudadanos al ocio -incluido el turismo- y esto ha hecho incrementar las horas de trabajo destinadas a las industrias de la cultura.

Por suerte para unos y por desgracia para otros, la inteligencia y el pensamiento no mueren, sino todo lo contrario, se reimpulsan. Ser¨ªa imposible concebir lo que son y representan los centros neur¨¢lgicos del progreso mundial -Nueva York, Par¨ªs, Londres, Tokio- sin tener en cuenta su valoraci¨®n como n¨²cleos de irradiaci¨®n cultural. La Comunidad Valenciana corre el serio peligro de quedarse descolgada. En este aspecto, es muy importante el entramado que supone una industria editorial asentada, eficaz y rentable. Y para conseguir todo esto, no queda m¨¢s remedio que disponer de un proyecto cultural ambicioso que contenga una pol¨ªtica auton¨®mica para el libro.

Los empresarios han comprendido que los productos que fabrican y comercializan han de tener un componente decisivo, que es la imagen y el dise?o. Dos factores creativos que ya est¨¢n incorporados en industrias implantadas en la Comunidad Valenciana -mueble, iluminaci¨®n, moda infantil, juguete, joyer¨ªa, azulejo o cer¨¢mica- con unos resultados brillantes hasta ahora, y que podr¨ªan resentirse por la falta de reacci¨®n conjunta. Ni la Comunidad Valenciana ni la ciudad de Valencia podr¨¢n desarrollar su proyecto de desempe?ar el papel que le corresponde en Espa?a y en Europa, si no logramos ser referentes culturales de forma permanente.