Castigo por un 'pecado externo'
El sexo fue un asunto desprovisto de importancia para los primeros cristianos hasta que Ambrosio, obispo de Mil¨¢n en el siglo IV, introdujo el debate del celibato de los eclesi¨¢sticos con aquello de que 'el matrimonio es honroso, pero el celibato lo es todav¨ªa m¨¢s; no es necesario evitar lo que es bueno, pero debe elegirse lo que es mejor'. Tampoco hay nada en los evangelios sobre la homosexualidad, aunque s¨ª en tres ep¨ªstolas de Pablo de Tarso, el aut¨¦ntico secretario de organizaci¨®n del primer cristianismo, que incluy¨® a los sodomitas en una larga lista de delincuentes, precedidos por los 'fornicarios' y seguidos de los 'secuestradores'. Y ni siquiera la ¨²ltima versi¨®n del C¨®digo de Derecho Can¨®nigo contiene cita alguna contra los 'que yacen con varones' (as¨ª escribi¨® Pablo), sino ¨²nicamente para 'el cl¨¦rigo que atenta matrimonio' (can¨®n 1394), y tambi¨¦n contra 'el cl¨¦rigo concubinario y el que con esc¨¢ndalo permanece en otro pecado externo contra el sexto mandamiento del Dec¨¢lago' (can¨®n 1395).
Es este el precepto que la atribulada jerarqu¨ªa cat¨®lica puede aplicar al vicario de la parroquia de Valverde del Camino, Jos¨¦ Mantero, para castigarle con la 'suspensi¨®n' del cargo y, si persistiera el delito despu¨¦s de una amonestaci¨®n, a?adir 'gradualmente otras penas, hasta la expulsi¨®n del estado clerical'.
Pero es probable que la Iglesia cat¨®lica intente arreglar el problema Mantero por las buenas, a pesar del esc¨¢ndalo p¨²blico ya suscitado entre sus fieles. Un experto en Derecho can¨®nigo como Dionisio Llamazares, catedr¨¢tico de Derecho Eclesi¨¢stico del Estado en la Complutense de Madrid, advierte, adem¨¢s, de que en estos asuntos los vicarios judiciales [en este caso, el del obispo de Huelva, ¨²nica autoridad que decidir¨¢ finalmente] suelen actuar con una 'gran discreccionalidad' para aplicar una pena u otra en funci¨®n de la actitud de los encausados.
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