Paradojas madre
El debate sobre la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, obtenidas a partir de los embriones desechados en los tratamientos de fecundaci¨®n asistida, contin¨²a a pesar de las reticencias de Gobiernos que, como el espa?ol, siguen las recomendaciones de la Iglesia cat¨®lica y de los grupos pro vida de prohibir sin paliativos toda investigaci¨®n con embriones humanos, al tiempo que les gustar¨ªa no enfrentarse a la opini¨®n mayoritaria de los cient¨ªficos y de sus propios asesores. Una ¨²ltima prueba de esa actitud escapista es la vaporosa enmienda aprobada en el reciente congreso del Partido Popular recomendando la creaci¨®n de un comit¨¦ estatal que analice la posible aplicaci¨®n de los avances cient¨ªficos que m¨¢s pueden interesar a los ciudadanos, como el tratamiento terap¨¦utico con c¨¦lulas madre, sin poner en entredicho la dignidad del ser humano.
Esta indefinici¨®n, aunque de un orden distinto, tambi¨¦n se produce en Estados Unidos. En este pa¨ªs, pionero en este tipo de investigaciones, se ha llegado a la absurda conclusi¨®n de autorizar dichos trabajos, pero no financiarlos con recursos p¨²blicos, con lo que se crea la peor situaci¨®n posible. En efecto, se cede sin vigilancia alguna un campo delicado, por sus implicaciones ¨¦ticas y sus potenciales beneficios para la salud, a la iniciativa privada, cuando ser¨ªa m¨¢s l¨®gico que los poderes p¨²blicos parecieran los m¨¢s interesados en su desarrollo y control.
As¨ª, aunque fue un investigador de la Universidad de Wisconsin quien primero las aisl¨® y demostr¨® que su enorme plasticidad permit¨ªa inducir su conversi¨®n en c¨¦lulas de casi cualquier tejido humano, los fondos que le permitieron realizar sus hallazgos fueron proporcionados por la empresa Geron, que se ha reservado, en consecuencia, una parte importante de los derechos de su posible explotaci¨®n comercial. No obstante lo cual, dicha empresa est¨¢ obligada a facilitar c¨¦lulas madre, por un precio simb¨®lico que cubra los gastos de env¨ªo y conservaci¨®n, a los investigadores que acrediten el inter¨¦s de sus trabajos, siempre que las utilicen ¨²nicamente con fines acad¨¦micos y no comerciales y se comprometan a no crear un embri¨®n humano a partir de ellas.
Esta posibilidad ha estado abierta desde hace alg¨²n tiempo y ha sido aprovechada por cient¨ªficos de todo el mundo, tambi¨¦n espa?oles, pero su reciente reflejo en los medios de comunicaci¨®n ha servido para apreciar las paradojas que acompa?an a un campo de investigaci¨®n extremadamente din¨¢mico pero lastrado por las vacilaciones de los poderes p¨²blicos. A este respecto, la Asamblea Nacional Francesa ha hecho un importante esfuerzo por aclarar la situaci¨®n y regularla de forma que no impida el progreso de la investigaci¨®n m¨¦dica, pero s¨ª algunos de sus posibles efectos indeseables. A propuesta del Gobierno, tras un loable ejercicio de consenso y con los partidos de centro y derecha permitiendo la libertad de voto a sus diputados, se ha aprobado un proyecto de ley que proh¨ªbe y sanciona fuertemente cualquier intento de clonaci¨®n reproductiva, proh¨ªbe provisionalmente la clonaci¨®n terap¨¦utica y pospone la decisi¨®n definitiva hasta que haya m¨¢s informaci¨®n al respecto, y autoriza la experimentaci¨®n con los embriones sobrantes de los tratamientos de fecundaci¨®n in vitro.
Las condiciones para llevar a cabo esta experimentaci¨®n son que tenga finalidad m¨¦dica, que conste el abandono de todo proyecto parental, que los progenitores hayan consentido y que se ajuste a procedimientos y controles de los ministerios de Sanidad e Investigaci¨®n; condiciones, por lo dem¨¢s, similares a las propuestas en Espa?a por la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida y deso¨ªdas por el Gobierno.
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