Rev¨¢lida
Menudo regalo les han hecho a Aznar y a su ministra Del Castillo los cuarenta estudiantes que irrumpieron contra la LOU en el rectorado de la Universidad de Sevilla: barras de hierro y puertas rotas, lanzamiento de pintura y polvo de extintores. Este ilustre grupo universitario ha actuado como un aut¨¦ntico extintor para apagar y reducir a cenizas el movimiento de los estudiantes en el instante preciso en el que, a punto de aplicarse la LOU, se preparaban movilizaciones generales contra la futura rev¨¢lida.
Los cuarenta universitarios airados me recuerdan a esas novelas sobre organizaciones revolucionarias que, infiltradas por la polic¨ªa, no tienen un solo miembro que no sea polic¨ªa. Veo fotos de los cuarenta furibundos: algunos se cubren con abrigos, como los reos que salen de los juzgados camino de la c¨¢rcel, y parecen delincuentes, pero todos tienen pinta de ser agentes del PP, o por lo menos todos irrumpen en el momento m¨¢s oportuno de la reforma educativa de Pilar del Castillo, que una vez m¨¢s ha demostrado su desprecio hacia los estudiantes. La doctrina Del Castillo parece ser ¨¦sta: 'Estudiantes e idiotas, es todo uno'. Seg¨²n Del Castillo, los que se movilizan son siempre los m¨¢s d¨¦biles y torpes, es decir, los m¨¢s bestias, los que van peor. Peor que con una barra de hierro en la mano, es imposible ir por la vida, as¨ª que ?le conceden la raz¨®n a la se?ora ministra los cuarenta de Sevilla?
El aumento del liderazgo social del PP es directamente proporcional a la incapacidad de los otros partidos para discutirles las ideas. Un ejemplo: la rev¨¢lida. ?Qu¨¦ tiene de discutible una prueba de rev¨¢lida (o como queramos llamarla), una vez que se acepta la l¨®gica de una educaci¨®n que recurre a los ex¨¢menes como constituyente fundamental? Discutible es el desorden mental que se adivina en el Ministerio de Educaci¨®n, que hoy elimina la selectividad para ma?ana darle el nombre de rev¨¢lida, pero la oposici¨®n al PP responde con m¨¢s palabrer¨ªa. El socialista Zapatero, a prop¨®sito de la rev¨¢lida, dice que no tolerar¨¢ 'discriminaci¨®n en la educaci¨®n por motivos de origen econ¨®mico, familiar o geogr¨¢fico'. Muy bien, muy bien. Pero ?eso qu¨¦ tiene que ver con la rev¨¢lida? La existencia de la selectividad durante no s¨¦ cu¨¢ntos largos a?os de gobierno socialista ?supon¨ªa discriminaci¨®n? La gente est¨¢ cansada de palabrer¨ªa ideol¨®gica, como el propio Zapatero sabe perfectamente.
Qu¨¦ y c¨®mo se aprende en las escuelas y universidades, qu¨¦ posibilidades reales tiene la poblaci¨®n de acceder igualitariamente a la ense?anza: es lo que habr¨ªa que discutir. Tal y como est¨¢ organizado el mundo (y predomina la idea de que nuestro mundo est¨¢, naturalmente y gracias a Dios, bien hecho), es innegable que hay discriminaci¨®n por motivos de origen econ¨®mico, familiar y geogr¨¢fico, pero la mayor¨ªa la considera (despu¨¦s de veinte a?os de educaci¨®n democr¨¢tica) una desigualdad inherente a la naturaleza humana. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica existen en Espa?a diferencias brutales de nivel educativo, y los primeros que huyen de la escuela, los que menos llegan a la universidad, son los canarios, extreme?os y andaluces.
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