Gala telef¨®nica

Una contradictoria mezcla de tensi¨®n y relajaci¨®n ha invadido la academia en la ¨²ltima semana. El final se acerca y concursantes y profes dan muestras de un cansancio que se traduce en cierta dispersi¨®n al ensayar las canciones que esta noche brillar¨¢n antes de ser juzgadas por el implacable tribunal telef¨®nico del p¨²blico. De los seis aspirantes, s¨®lo pueden ganar tres, que, adem¨¢s de aplausos, recibir¨¢n un anticipo sobre royalties a cuenta de su futuro.

Las apuestas apuntan a Bisbal, Chenoa y Rosa, pero habr¨¢ sorpresas. No descarten a Manu, que se atrever¨¢ con una versi¨®n de Aquellas peque?as cosas que emocionar¨¢ a todo el pa¨ªs. Aunque si el concurso es tan limpio como dicen, ?por qu¨¦ no votar masivamente a Ver¨®nica? Por lo visto durante la semana, la ilicitana lo lleva crudo. Pilar Tabares ha dicho que no ir¨¢ a Eurovisi¨®n, en Gente. El ilusionado padre de la chica cont¨® que su hija s¨®lo canta desde hace tres a?os, y la propia Ver¨®nica confiesa sufrir cuando se oye. Quiz¨¢s por eso, Bustamante se veng¨® de la Tabares llam¨¢ndola Tabarras y la imit¨® con simp¨¢tica crueldad al tiempo que nos ense?aba sus gran¨ªticas pantorrillas.

?ngel, uno de los profes entrevistados por Gemma Nierga en la SER, insisti¨® en que el p¨²blico decide, y compar¨® OT con las elecciones. 'A Aznar tambi¨¦n lo eligi¨® el p¨²blico', dijo en un an¨¢lisis digno de Josep Ramoneda (otro adicto a OT). La diferencia es que para votar en el programa hay que tener un tel¨¦fono y los electores pueden llamar tantas veces como deseen, mientras que los comicios fet¨¦n se siguen rigiendo por la sabia norma de cada persona, un voto. Mientras tanto, los eliminados se chamuscan en la parrilla y, como Nuria, confirman que, por m¨¢s que les entrevisten, tienen poco que contar. Reciben ofertas para cantar himnos de los que se arriman a la sombra del triunfo, pero, como dice Empar Moliner, no estar¨¢n consagrados hasta que protagonicen el anuncio navide?o de Freixenet. Por ahora, les hemos visto ensayar una versi¨®n a capella de la canci¨®n del Cola-Cao.

Los t¨®picos sobre concursantes se consolidan como los anuncios pre-resumen, que duran lo mismo que el resumen. De Rosa se dice que tiene la mejor voz, pero que la pierden los nervios, aunque esta noche impondr¨¢ su grandeza gitana. De Chenoa, que no tiene m¨¦rito porque lleg¨® aprendida, como si traerse el talento de casa fuera pecado. De Manu, que es quien mejor ha aprovechado su estancia en la academia. De Bustamante, que vale ya de llorar, aunque yo cre¨ªa que el hombre del siglo XXI ten¨ªa que ser sensible. De Ver¨®nica, que tiene un color de voz precioso, que mi daltonismo me impide detectar. De Bisbal, que todo est¨¢ apa?ado para que gane, una maldad avalada por su insultante calidad.

Pongan todos estos rumores en una batidora, ag¨ªtenlos y obtendr¨¢n el zumo de una semana con muchas visitas. Por orden: Raphael y los reflejos de su psicotr¨®pica melena; Rasha, cantante que, respaldada por el ACNUR, les ilustr¨® sobre el lado humanitario y ¨¦tnico del negocio aporreando una calabaza; Joaquin Cort¨¦s, que ense?¨® la goma de sus calzoncillos, y Antonio Carmona, de Ketama. Pero fue en la clase de expresi¨®n oral donde salt¨® el momento m¨¢s filos¨®fico. La profe le pregunt¨® a Manu: '?C¨®mo te ves dentro de 20 a?os?'. Y ¨¦l respondi¨®: 'Un poco decr¨¦pito'. Ya somos dos, t¨ªo.