Un efecto ¨®ptico
Con gran elegancia, el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦, ha querido desactivar la majader¨ªa de Silvio Berlusconi, quien en C¨¢ceres el pasado viernes le hab¨ªa obsequiado haciendo con la mano derecha sobre la cabeza de nuestro canciller el signo del cornudo. Preguntado sobre el particular, Piqu¨¦ ha preferido decir que era el resultado de un efecto ¨®ptico. De donde se demuestra que, si el p¨²blico colabora, siempre puede encontrarse una salida, a¨²n en los casos aparentemente m¨¢s desesperados. El efecto ¨®ptico mencionado ser¨ªa, en este caso, consecuencia directa del error de paralaje. Un error al que habr¨ªa inducido la imagen publicada que estamos comentando, debido al ¨¢ngulo con que se hizo la toma fotogr¨¢fica. Enseguida analizaremos esta cuesti¨®n pero antes conviene subrayar las cuidadosas diferencias de los ministros de la UE respecto al aliado estadounidense a prop¨®sito del trato debido a los prisioneros de Guant¨¢namo y del Eje del mal definido por Bush para anticipar nuevas intervenciones militares unilaterales.
Volviendo a la imagen, para su examen ha de tenerse en cuenta que Piqu¨¦, como no pod¨ªa ser menos, ocupaba el centro de la escena preparada ad hoc para la foto de familia propia de estas ocasiones y su obtenci¨®n se debe a un operador fuera del eje perpendicular trazado a partir del Piqu¨¦ protagonista. Queda claro, pues, que el fot¨®grafo dispara en una situaci¨®n muy a la derecha del citado eje y que hace su toma con un ¨¢ngulo de casi 90? respecto de la que hubiera sido una toma frontal. Por eso, la secuencia visual que se nos presenta, de izquierda a derecha, ofrece primero la cabeza de Piqu¨¦, casi de perfil; luego la mano derecha de Berlusconi, componiendo el gesto de cornudo, y por ¨²ltimo el propio busto de Il Cavaliere con la boca sonriente. S¨®lo una reconstrucci¨®n que corrigiera el error de paralaje nos permitir¨ªa comprobar que los tres elementos -Piqu¨¦, la mano del gesto grosero y su accionador Berlusconi, encaramado detr¨¢s sobre un pelda?o superior -se encontraban en el mismo eje principal de la escena compuesta por los ministros de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Europea en C¨¢ceres. Es decir, que si se elimina el efecto ¨®ptico del paralaje que suaviza, la disposici¨®n de la grosera manualidad de Berlusconi ocurre precisamente tras la cabeza de su anfitri¨®n espa?ol.
Otra cosa es que escuchada la indulgente interpretaci¨®n del ministro espa?ol de Exteriores, al l¨ªder del PSOE Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero bien le gustar¨ªa que su compatriota Piqu¨¦ le tratara con an¨¢loga deferencia a la mostrada hacia Berlusconi en lugar propinarle las abruptas respuestas que acostumbra. Pero es que el italiano nada tiene que ver con esos socialdem¨®cratas denunciados por Aznar por su contribuci¨®n a la par¨¢lisis de varios pa¨ªses europeos. Adem¨¢s, Berlusconi es amigo de la casa monclovita y ha sido incorporado con toda su hueste de Forza Italia al Partido Popular Europeo en una operaci¨®n perge?ada por ese joven Alejandro Agag al que tanto debemos, como enseguida se ver¨¢. S¨®lo as¨ª se explica que Il Cavaliere aparezca inmune sonriendo en nuestro pa¨ªs, a pesar de estar reclamado por la Justicia para explicar algunas de sus trapacer¨ªas en Tele 5, en Publiespa?a y por ah¨ª adelante. Llegados aqu¨ª, resulta aleccionador observar el contraste que resulta de comparar la diligencia judicial cuando se reclamaba la detenci¨®n de Pinochet en Londres frente a la deliberada torpeza de las autoridades espa?olas para la tramitaci¨®n del suplicatorio ante el Parlamento Europeo del amigo Berlusconi, que gracias a ello pudo escapar sin rendir cuentas de sus fechor¨ªas.
Otros efectos ¨®pticos deber¨ªan ser estudiados tambi¨¦n para evitar confusiones anunciadas en el panorama pol¨ªtico. Algunos proponen el efecto del espejismo que parecen sufrir algunos miembros relevantes de la Ejecutiva Socialista. Una ilusi¨®n ¨®ptica que resulta de la diferente refracci¨®n que experimenta la luz en las capas superpuestas de aire con distinta temperatura, que se encuentran estancadas sin respetar el orden gravitatorio de densidades. En este caso, el fen¨®meno de construcci¨®n de im¨¢genes virtuales por el ojo humano lleva al observador all¨ª situado a divisar verdaderos lagos en la absoluta sequedad del m¨¢s puro desierto. Continuar¨¢.
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