'Arco no es el sitio m¨¢s adecuado para exponer el arte '
Rafael y Daniel Canogar, padre e hijo, dos generaciones y dos miradas distintas sobre el arte espa?ol. Rafael, toledano de 66 a?os, fue una de las figuras clave del grupo El Paso, que en los a?os cincuenta, los de la autarqu¨ªa y el nacionalcatolicismo, apost¨® por una vibrante renovaci¨®n de la pintura y por la apertura a la escena internacional y las tendencias de vanguardia que manten¨ªan intacto su poder transgresor. Hoy esa apertura est¨¢ plenamente conseguida y de ella es un excelente representante su hijo Daniel, madrile?o de 37 a?os, con una s¨®lida formaci¨®n universitaria en Am¨¦rica y autor de trabajos te¨®ricos entre los que se destaca Ciudades imaginarias, dedicado al an¨¢lisis de las ferias industriales del siglo XIX. En su propia pr¨¢ctica art¨ªstica, Daniel se inclina por el uso de la fotograf¨ªa y las instalaciones y en general por los nuevos medios, por contraste con su padre, quien durante los 50 a?os transcurridos desde su primera exposici¨®n en Madrid, se ha mantenido fiel a la pintura en la que se inici¨® de la mano de Daniel V¨¢zquez D¨ªaz.
'El arte tiene que ser cr¨ªtico y confrontar los modos establecidos de ver y de pensar'
'Sentimos un verdadero horror por la televisi¨®n basura y lamentamos que no haya una voz que diga ?basta!'
PREGUNTA. La pintura ha muerto, ?vivan los nuevos medios?
RAFAEL CANOGAR. Evidentemente no. He vivido ya dos veces por lo menos esta muerte anunciada. La pintura que aparentemente es un cansado oficio siempre encuentra c¨®mo renovarse y demostrar su vitalidad. Esto ocurri¨® en los ochenta y seguramente ocurrir¨¢ dentro de muy poco dado el cansancio que ya se advierte por el uso y el abuso de los nuevos medios. Las soluciones que entonces encuentre la pintura probablemente tendr¨¢n que ver mucho con las que ha encontrado antes, pero el pensamiento, la ideolog¨ªa, ser¨¢n otras.
DANIEL CANOGAR. Yo creo que es un error en el estado actual del arte contempor¨¢neo, cuando hay una enorme hibridez de medios, el seguir hablando de g¨¦neros, de la pintura, de la escultura o de la fotograf¨ªa. Lo que s¨ª creo que ha cambiado y que es m¨¢s interesante es la forma de ver la obra de arte. El desarrollo de un discurso mucho m¨¢s elaborado y una mirada m¨¢s estructurada, cambios que han afectado tanto a la pintura como a los nuevos medios. Creo que esta nueva mirada, este acercamiento m¨¢s intelectual, ha sido una de las conquistas m¨¢s positivas del desarrollo del arte contempor¨¢neo.
P. Rafael, tu generaci¨®n atribuy¨® un gran papel a las ideolog¨ªas. ?No crees que las ideolog¨ªas ya no tienen ning¨²n papel en una situaci¨®n como la actual del todo vale?
R. C. Efectivamente, vivimos un momento de gran confusi¨®n que afecta al arte y a sus posibilidades cr¨ªticas, pero a¨²n as¨ª siguen existiendo posiciones m¨¢s renovadoras que otras. Al fin y al cabo, al amparo de esta situaci¨®n del todo vale hay posiciones muy acad¨¦micas que se aceptan como arte actual, a veces, con mucha m¨¢s atenci¨®n de los medios y de la cr¨ªtica porque es m¨¢s f¨¢cil asimilarlas, aunque de hecho lo que est¨¢n haciendo es ofrecer soluciones muy trilladas. Yo sigo defendiendo en el arte una posici¨®n m¨¢s investigadora y de riesgo.
D. C. Las problem¨¢ticas de la ¨¦poca actual son muy globales y por lo mismo es muy dif¨ªcil captarlas y enunciarlas. Por eso la situaci¨®n que vive el creador actualmente es especialmente compleja, creo que el referente simb¨®lico que ha utilizado a lo largo del siglo XX ha quedado desbancado, y ahora mismo estamos escribiendo las met¨¢foras que simbolicen esta nueva realidad y, claro, en un momento como este de transici¨®n hay una doble confusi¨®n, y hasta ese todo vale al que te refieres. En esa confusi¨®n, sin embargo, est¨¢ la semilla de la creaci¨®n futura.
P. ?Es posible mantener la actitud cr¨ªtica de las vanguardias hist¨®ricas en la situaci¨®n actual?
R. C. El arte tiene que seguir siendo cr¨ªtico y confrontar los modos establecidos de ver y de pensar, abri¨¦ndose a la creaci¨®n de nuevas im¨¢genes. En definitiva, debe mantener la distancia cr¨ªtica aunque de otra forma, no con una cr¨ªtica social y pol¨ªtica como la de antes, sino con una cr¨ªtica a ese mercado que parece que de alguna forma est¨¢ imponiendo hasta los modelos de creaci¨®n.
D. C. Es dif¨ªcil separar la creaci¨®n de lo que es el resto de las din¨¢micas que est¨¢n ocurriendo en la sociedad. Y aun as¨ª creo que hay cosas absolutamente criticables, de hecho mi padre y yo sentimos un verdadero horror por la televisi¨®n basura y lamentamos que entre los intelectuales y los artistas no haya una voz lo suficientemente fuerte para decir ?basta!, ¨¦sta es una programaci¨®n que se est¨¢ financiando con dinero p¨²blico, que es extremadamente da?ina, yo casi dir¨ªa que es psic¨®tica, peligrosa, y extremadamente denunciable. Mi generaci¨®n ha vivido la ca¨ªda de las ideolog¨ªas de izquierda que han dejado un enorme vac¨ªo, que incrementa todav¨ªa m¨¢s la dificultad de responder a las problem¨¢ticas actuales, por el car¨¢cter ef¨ªmero, abstracto, invisible de las mismas. Creo que lo que dificulta atacar algo es su invisibilidad y m¨¢s si esa invisibilidad esta combinada con la omnipresencia. Al mismo tiempo se dan movimientos como los de protesta contra la globalizaci¨®n que aunque no tienen mucho que ver con el arte son una fuente de cuestionamientos de la realidad que puede ser importante para los artistas.
R. C. El arte hay que mirarlo hoy en el ¨¢mbito planetario y en ese ¨¢mbito se descubre que el arte en Cuba, por ejemplo, est¨¢ desarrollando actitudes cr¨ªticas muy interesantes, porque cuando artistas como Kcho hacen sus instalaciones con barcas y con desechos, indudablemente est¨¢n hablando de una situaci¨®n. Y ahora mismo en Espa?a yo estoy haciendo una serie de obras con cristales rotos que me han venido como una reacci¨®n de repulsa a los actos terroristas.
P. ?No creen que los artistas de hoy, a diferencia de los de los a?os sesenta y setenta, en vez de criticar el mercado hacen todos los esfuerzos a su alcance para entrar en ¨¦l?
D. C. Me parece que muchas de las cr¨ªticas que en el medio art¨ªstico se hacen del mercado del arte tienen mucho que ver con una cierta ideolog¨ªa rom¨¢ntica, que considera al artista como un ser privilegiado y apartado de la realidad social y econ¨®mica en la que vive. Esto hace parte de esa mitolog¨ªa del artista que contrasta con mi postura y con la de otros artistas de mi generaci¨®n, cada vez m¨¢s interesados en el mercado del arte. Yo no quiero ser utilizado por el mercado del arte, yo quiero ser mucho m¨¢s consciente de las din¨¢micas, de los hilos que est¨¢n tir¨¢ndose y afloj¨¢ndose en el sector en el que soy un participe muy activo, ofreciendo productos que no necesariamente son objetos art¨ªsticos. Quiero ser muy consciente de la especulaci¨®n que puede haber alrededor del mercado del arte y de unos procesos que hacen parte de la realidad econ¨®mica de la sociedad.
R. C. El mercado tiene un poder de asimilaci¨®n enorme de aquello que se le opone, como ocurri¨® con los artistas del land art, cuyas obras hechas en el desierto o en las monta?as no parec¨ªan susceptibles de venderse, pero que terminaron si¨¦ndolo bajo la forma de fotograf¨ªas firmadas por los artistas y vendidas como piezas ¨²nicas. Mi actitud ha sido la de mantener una distancia cr¨ªtica, hasta el punto de que si un tipo de obra m¨ªa ha conseguido gran aceptaci¨®n en el mismo, mi reacci¨®n inmediata ha sido romper con ella buscando otras formas de expresi¨®n. Y en algunas ocasiones incluso he roto con el marchante que llevaba esa obra. Son formas de mantener la independencia.
D. C. Lo m¨¢s interesante que se est¨¢ haciendo en el ¨¢mbito de la creaci¨®n ocurre fuera del mercado, en las periferias, donde hay m¨¢s energ¨ªa, De hecho, el mercado tiene ahora una gran dificultad para meterle el diente a todo lo que tenga que ver con nuevos medios, un ¨¢mbito en el que, para empezar, la objetualidad de la obra de arte est¨¢ completamente puesta en cuesti¨®n, planteando la enorme dificultad de comercializar una obra que para empezar no existe.
P. ?Arco es el encuentro feliz del arte y el mercado?
D. C. Por el contrario, me produce verdadera angustia porque un evento que cada vez gira m¨¢s alrededor de los galeristas y de los coleccionistas no me parece el sitio m¨¢s adecuado para exponer el arte ni para permitir el di¨¢logo ¨ªntimo que supone la obra de arte. Arco, como las otras ferias comerciales, asume las din¨¢micas ¨®pticas, el bombardeo sensorial y las t¨¢cticas de seducci¨®n visual, que son inherentes a la sociedad del espect¨¢culo.
R. C. Yo siempre salgo muy cansado, porque en Arco hay demasiadas im¨¢genes, demasiada gente y demasiado ruido. Prefiero la callada labor cotidiana de las galer¨ªas y los museos.

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