Costumbrismo alborotado
Digamos que las intenciones de Molina Foix como autor est¨¢n claras desde el principio, y que sus recursos son un juego de contraposiciones m¨¢s que de contrapuntos musicales. Tambi¨¦n se trata de que todo quede clarito desde que se alza el tel¨®n. Un comunista de mediana edad (sabemos que lo es porque se deleita todav¨ªa escuchando La Internacional en sus horas libres: he ah¨ª una elaborada se?a de identidad), convive con su mujer, cantante de ¨®pera semifracasada, y con un hijo de condici¨®n homosexual cuya pareja es aceptada sin problemas en la casa. Pronto veremos que la situaci¨®n es m¨¢s inestable de lo que parece, y despu¨¦s de algunas peripecias entre el vodevil y el costumbrismo, el padre y el hijo deciden largarse para encontrarse al fin a s¨ª mismos.
Lenguas de plata
De Vicente Molina Foix. Int¨¦rpretes, Mag¨¹i Mira, Albert Forner, Enrique Alcides. Sergi Calleja. Iluminaci¨®n, Camilo Guti¨¦rrez. Vestuario, Theo Garrido. Espacio esc¨¦nico, Pedro Pablo Hern¨¢ndez. M¨²sica, Luis Ibars. Direcci¨®n, Vicente Molina Foix. Teatro Tal¨ªa. Valencia.
Sobre este esqueleto como hilo conductor, Molina Foix propone reflexiones de diverso calado, que surgen del libre albedr¨ªo de los personajes m¨¢s que de necesidades dram¨¢ticas de la acci¨®n, y que oscilan entre el testimonio y la moralina, siempre con la sugerencia como veh¨ªculo: el padre se separar¨¢ de su mujer en el 25 aniversario de su boda para revolucionarse en otros parajes, la pareja de su hijo se convertir¨¢ en l¨ªder de un partido tan gay como ecologista (que aqu¨ª, por supuesto, es ridiculizado), etc¨¦tera. Por esa v¨ªa establece el autor un cierto juego de correspondencias. El militante gay acabar¨¢ corriendo el riesgo de parecerse demasiado al padre de su pareja, quien a su vez se interesar¨¢ ante su hijo por saber si ¨¦l tendr¨ªa alg¨²n ¨¦xito como homosexual practicante, la madre es por lo com¨²n simple observadora de lo que sucede, aunque, comprensiva como es, no se sorprende casi por nada.
Todo este material, y alguno m¨¢s que contiene el texto, se monta de manera precipitada, un tanto al modo que se llama cinematogr¨¢fico, mediante breves escenas sobre las que cae el tel¨®n o se hace el oscuro como en el fundido de una pel¨ªcula, sobre una escenograf¨ªa que permite ese y otros efectos porque lo f¨ªa casi todo al papel de la iluminaci¨®n (incluso en el brillante minuto final, sin duda lo m¨¢s destacable del montaje), y con una vivacidad que acaso conviene al car¨¢cter decididamente juvenil que tiene todo el asunto. Se nota que, como director, Molina Foix, ha dejado hacer a sus actores, recomponiendo el montaje sobre la marcha, y el resultado es una Mag¨¹i Mira que es Mag¨¹i Mira, aunque algo m¨¢s contenida que otras veces, Albert Forner hace de padre comunista, o comunista padre, de manera convincente, a veces algo pasado de revoluciones, Sergi Calleja cumple y Enrique Alcides llegar¨¢ lejos si no refrena su propensi¨®n al exhibicionismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.