'Mi funci¨®n es una especie de control de calidad del servicio municipal'

El Ayuntamiento de Vitoria design¨® ayer al abogado Javier Otaola (Bilbao, 1956) defensor del vecino o s¨ªndico, una figura novedosa en las capitales vascas, cont¨® con el respaldo pol¨ªtico de tres quintas partes del pleno municipal. Otaola cuenta con un curriculum personal y profesional variado y sorprendente. Miembro de varias asociaciones, entre elllas la Real Sociedad Bascongada de Amigos del Pa¨ªs y la ONG Ayuda en Acci¨®n, ha trabajado como abogado laboralista, profesor de Derecho en la Academia de la Ertzaintza y letrado de los servicios jur¨ªdicos del Gobierno vasco. Adem¨¢s es maestro de una logia mas¨®nica y ha escrito dos libros, La met¨¢fora mas¨®nica y La laicidad, una estrategia para la libertad.

Pregunta. ?Qu¨¦ atribuciones tiene la figura de s¨ªndico?

Respuesta. Su reglamento est¨¢ inspirado en el del Ararteko. Es un comisionado del pleno del Ayuntamiento para mediar entre la ciudadan¨ªa y los servicios consistoriales, por lo que no existe una dependencia del equipo de gobierno. Su funci¨®n es doble. Por un lado debe responder a consultas de los vecinos, y por otro, emitir recomendaciones frente a quejas o demandas.

P. Grupos municipales han se?alado un eventual solapamiento con el Ararteko.

R. Esa cr¨ªtica tendr¨ªa sentido si la hiciera el propio Ararteko, pero no ha puesto ning¨²n inconveniente. En Catalu?a ocurre lo mismo y las figuras auton¨®mica y municipal conviven sin problemas.

P. ?Est¨¢ realmente tan desprotegido el ciudadano frente a la Administraci¨®n?

R. Hay muchos sistemas de control, que van desde la legislaci¨®n contencioso administrativa, el equilibrio de los partidos pol¨ªticos y los propios medios de comunicaci¨®n. El poder es una realidad un poco magm¨¢tica que se manifiesta en muchos niveles y se trata de establecer controles y contrapesos. Ninguno de ellos es definitivo, pero entre todos, como al Gulliver gigante, se le puede sujetar un poco.

P. Parece una paradoja que el propio Ayuntamiento coloque un cors¨¦ a sus actuaciones.

R. Es una apuesta pol¨ªtica muy honorable, un acto de confianza democr¨¢tica. El s¨ªndico es una especie de control de calidad que el consistorio instaura sobre sus propios servicios.