Cifras y letras

Gran verdad brot¨® de los labios del S¨ªndic al concluir que tambi¨¦n en las cuentas de la Comunidad todo depende del color del cristal que se interponga entre la mirada y el objeto a analizar. Y puesto que as¨ª es refiri¨¦ndonos a n¨²meros (materia con la que se construye una ciencia exacta), qu¨¦ no pasar¨¢ en el terreno de las valoraciones, por ejemplo sobre la crisis en los hospitales, o en la interpretaci¨®n de unas im¨¢genes que, al fin y al cabo, pertenecen al reino de la representaci¨®n. ?Ser¨¢ normal que los peri¨®dicos (incluso los menos cr¨ªticos) publiquen pasillos hospitalarios cuajados de camas, llenas a su vez de enfermos, mientras el conseller comunica con notas oficiales, declaraciones y campa?as de publicidad que las fotos mienten m¨¢s que muestran?

Cifras: 600 plazas perdidas en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n la oposici¨®n. Ahora, adem¨¢s de los llamativos corredores, invaden habitaciones las camas Bis, tambi¨¦n llamadas C (tercera en habitaci¨®n de dos), y hasta las quintas en discordia donde ya hab¨ªa cuartetos. Letras: los sindicatos denuncian que la presi¨®n es insoportable en la mayor parte de los centros, que los servicios de urgencia est¨¢n colapsados por picos asistenciales. Tamizando con filtro de otro calibre, el subsecretario niega situaci¨®n y causa, y hace mal, porque si no es la gripe la culpable de amontonamientos extraordinarios ser¨¢ que padecemos ya un mal cr¨®nico producto de la ineficacia, o que topamos con algo mucho m¨¢s grave. Los profesionales que ¨²ltimamente protagonizan protestas en L'Alacant¨ª , Les Marines, X¨¤tiva y Algemes¨ª mantienen que para la Administraci¨®n del PP, 'cuanto peor, mejor' porque lo que interesa es potenciar el modelo privado. Mientras, Sanidad anuncia 'pol¨ªticas de incentivaci¨®n profesional' y una Ley de Derechos e Informaci¨®n al Paciente. Y s¨®lo admite 'cr¨ªticas constructivas' como la del presidente del Colegio de M¨¦dicos de Valencia, imp¨²dicamente enamorado del 'modelo Alzira'.

Las mires como las mires, las fotos de los pasillos son penosas, pero es lo que hay. Y la defensa de la sanidad p¨²blica no pasa por negar la evidencia, sino por denunciar sus males y exigir su transformaci¨®n.