El bricolaje frente a la fotograf¨ªa
En esta suerte de eventos (Arco 2002 da fe de ello) visten a la fotograf¨ªa -la disfrazan- con miles de variopintos nombres. Lo excepcional es encontrarse una ficha t¨¦cnica que defina una foto simplemente como tal, a secas (las hay, pero son las menos: un retrato de Alberto Giacometti, de Henri Cartier-Bresson, en la galer¨ªa francesa Claude Bernard; instant¨¢neas de Miguel Rio Branco, en la galer¨ªa Oliva Arauna, o im¨¢genes de Cristina Garc¨ªa Rodero, de la serie Rituales en Hait¨ª (2001), en Juana de Aizpuru, por citar s¨®lo algunas).
Las f¨®rmulas magistrales que las encubren son diversas y de variada naturaleza. As¨ª, en esta feria existen pies de fotos -cuyo argumento se despacha telegr¨¢ficamente- que definen, ante todo y enf¨¢ticamente, el procedimiento, la estructura o el formato. Se encuentran m¨²ltiples f¨®rmulas: 'fotograf¨ªa color siliconada bajo metacrilato' (de la serire Lima, de 2001, de Carmela Garc¨ªa); 'fotograf¨ªa sobre policarbonato, estructura de acero y fluorescente' (Apuntalados, de Tomi Osuna,); hay numerosas 'duratrans, cajas de luz y madera lacada' (por ejemplo: Clockrooms, de 2002, de Dionisio Gonz¨¢lez); 'cibachromes sobre diasec' (Marie-Jo Lafontaine), o 'pelo y lana tratado digitalmente sobre gelatina de plata'... y, as¨ª, lo que se quiera. Una nomenclatura m¨¢s propia de la secci¨®n de bricolaje, o ferreter¨ªa, del cat¨¢logo de una gran superficie que de una plataforma cultural.
Hay una saturaci¨®n de im¨¢genes, pero la mayor¨ªa de ellas son de mero tr¨¢mite
El mestizaje de formas, con su consiguiente ceremonial de la confusi¨®n, ampara la mediocridad de la mayor¨ªa del material que se ha valido en esta edici¨®n de la feria de la fotograf¨ªa como soporte. Arco 2002 dice muy poco de las tendencias contempor¨¢neas de esta materia si se la compara con otras convocatorias similares. Es cierto que hay una saturaci¨®n de im¨¢genes fotogr¨¢ficas. Pero la mayor¨ªa de ellas son de mero tr¨¢mite. La c¨¢mara, desde hace unos a?os, ha pasado de ser la herramienta m¨¢s olvidada para convertirse en el instrumento m¨¢s democr¨¢tico y accesible (con sus correspondientes riesgos de banalizaci¨®n).
Sin embargo, en estos momentos son pocas las galer¨ªas con solvencia reconocida que hagan una apuesta congruente por el medio. Merecen resaltarse especialmente Visor (Valencia), Helga de Alvear (Madrid), Enrique Guerrero (M¨¦xico), Rachlin Lemarie (Par¨ªs) o ?ngel Romero (Madrid). Tambi¨¦n se echan en falta espacios institucionales que apuesten por la especifidad de lo fotogr¨¢fico. Hay, eso s¨ª, la apuesta mod¨¦lica de la Comunidad de Madrid -por cierto, no es de recibo que el Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deportes exhiba una ¨²nica foto, y poco representativa, de Tony Catany, ¨²ltimo premio Nacional de Fotograf¨ªa-.
Sea como sea, hay obras que merecen destacarse en esta edici¨®n de la feria. As¨ª, los trabajos digitales de gran formato (120 x 90 cm) de Isaac Montoya (en la galer¨ªa de ?ngel Romero); los referentes arquitect¨®nicos de Thomas Ruff (que son tambi¨¦n grandes ampliaciones de 185 x 235 cm), junto a los paisajes de Solheimug?hull (Islandia) firmados por Axel H¨¹tte, los cibachromes de Daniel Canogar -pertenecientes a la serie Osarios, Destruction of experience- y las copias en blanco y negro de Helena Almeida.
Por otro lado, parad¨®jicamente, vuelven las t¨¦cnicas m¨¢s elementales y primitivas, como la simple superposici¨®n de im¨¢genes. ?sa es la propuesta de la galer¨ªa Valu Oria (S?o Paulo, Brasil), donde destaca la producci¨®n de Tadeo Jungle (reproducciones en duraflex, que nos trasladan a referentes culturales propios de ilustraciones de enciclopedias). O las escenificaciones, las naturalezas muertas y otras met¨¢foras visuales, como ocurre en las im¨¢genes de Manuel Vilari?o (Naturaleza muerta con c¨²rcuma), Chema Madoz y Ana Teresa Ortega, que destacan junto con las obras en el cl¨¢sico papel baritado de Andr¨¦s Pinal, que definen cualitativamente el espacio de la galer¨ªa Bacelos (Vigo).
Como contrapunto de muchas de las banalidades que inflan la n¨®mina fotogr¨¢fica de Arco 02, queda un sitio tradicional de visita obligada (galer¨ªa Visor). Aqu¨ª se pueden ver fotograf¨ªas para todos los gustos: desde los retratos en clave de realismo m¨¢gico de Luis Gonz¨¢lez de Palma a la simbiosis de literatura y fotograf¨ªa de la obra de ??igo Royo, pasando por la densa atm¨®sfera kitsch de las estancias de Valent¨ªn Vallhonrat, las construcciones de Eul¨¤lia Valldosera o los grupos esc¨¦nicos de Mira Bernabeu.
Babelia
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