Fernando Ter¨¢n reflexiona sobre la ciudad al ingresar en la Real Academia de Bellas Artes
El arquitecto recorre en su discurso el ¨²ltimo medio siglo de pensamiento urban¨ªstico
El arquitecto Fernando Ter¨¢n revis¨® ayer el ¨²ltimo medio siglo del pensamiento sobre la ciudad en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 'La ciudad es arquitectura, pero bastante m¨¢s que arquitectura', comenz¨® afirmando el nuevo acad¨¦mico. En los a?os ochenta, la crisis dio lugar a un crecimiento disperso, afirm¨® Ter¨¢n, que abog¨® por una heterogeneidad discontinua por encima de la disoluci¨®n urbana preconizada por algunos pensadores. Ter¨¢n fue contestado por el acad¨¦mico y tambi¨¦n arquitecto Fernando Chueca Goitia.
Fernando Ter¨¢n (Calatayud, Zaragoza, 1931) fue elegido miembro de Bellas Artes en enero del a?o pasado. Su candidatura fue propuesta por Antonio Bonet Correa, Antonio Fern¨¢ndez Alba y ?ngel del Campo. Sustituye en la Academia al tambi¨¦n arquitecto Rafael de la Hoz Arderius, fallecido en junio de 2000 y a quien dedic¨® una parte de su intervenci¨®n, en la que repas¨® Medio siglo de pensamiento sobre la ciudad.
El nuevo acad¨¦mico, que entr¨® acompa?ado por el historiador Antonio Bonet Correa y el arquitecto Rafael Manzano, resalt¨® la dimensi¨®n urban¨ªstica por encima de la arquitect¨®nica. 'La ciudad es el arte mismo', dijo citanto a Lewis Momford. Habl¨® de las formas cambiantes y permanentes de la ciudad actual y de c¨®mo protegerla, mejorarla y ayudarla a desarrollarse adecuadamente. 'Al mismo tiempo que se iba construyendo y transformando la realidad urbana, se iba transformando el pensamiento sobre la ciudad', se?al¨® el arquitecto.
Ter¨¢n repas¨® el pensamiento sobre la ciudad desde mediados del siglo XX, en un recorrido paralelo a su 'propia experiencia personal'. 'He trazado un repaso del siglo XX tanto te¨®rico como en el ¨¢mbito de las realizaciones, analizando c¨®mo los procesos de urbanizaci¨®n son a veces tan violentos y dif¨ªciles de dominar que a veces la realidad no responde a la teor¨ªa, al pensamiento', declar¨® antes de su ingreso en la Academia. El arquitecto resalt¨® 'la importancia de la pol¨ªtica. La ciudad no se puede dominar y controlar m¨¢s que a trav¨¦s de las acciones que tienen que decidir los pol¨ªticos'.
Ter¨¢n se detuvo en la d¨¦cada de los cincuenta -el Movimiento Moderno, el impacto de Brasilia, el Manifiesto de la Alhambra de 1953-, los sesenta -marcados por el crecimiento demogr¨¢fico, y en Espa?a por el desarrollismo, los altos ¨ªndices de inmigraci¨®n y de edificaci¨®n- y los setenta -en los que se produjo una flexibilizaci¨®n de los sistemas de planeamiento en Europa-.
En la d¨¦cada de los ochenta 'se generalizan las operaciones sectoriales de rehabilitaci¨®n, que cambian tanto visual como funcionalmente las ciudades, aumentando su atractivo ambiental y econ¨®mico'. Modelo de estas operaciones es, por ejemplo, la apertura de Barcelona al mar. 'El ¨¦xito econ¨®mico y social llev¨® a extrapolar el m¨¦todo, us¨¢ndolo no s¨®lo en la reconstrucci¨®n interior, sino tambi¨¦n en la transformaci¨®n de situaciones perif¨¦ricas', afirm¨® Ter¨¢n, que relat¨® c¨®mo 'la crisis hab¨ªa enga?ado a algunos, que la tomaron por crisis estructural del capitalismo, y proclamaron que las ciudades no iban a crecer m¨¢s', por lo que 'no hab¨ªa que preocuparse de su extensi¨®n sino de su transformaci¨®n interior'. La crisis dio lugar a un crecimiento disperso, 'en forma de urbanizaci¨®n aut¨®noma, diluida y continua'.
'A principios de los noventa, cuando esa urbanizaci¨®n dispersa estaba ya bien extendida en Inglaterra, los italianos inventaron lo de la citt¨¢ difussa, para designar algo que era muy visible en la regi¨®n de Mil¨¢n, que no ha hecho m¨¢s que extenderse y que ya podemos reconocer tambi¨¦n en algunas ciudades espa?olas'. 'Al producirse el conocimiento de esta realidad, se ha visto que para ella no valen las intervenciones transformadoras de la ciudad existentes. Porque ya no estamos en la ciudad. Estamos o estaremos ante una no ciudad, que invade el territorio, lo surca de infraestructuras, consume el paisaje natural y deteriora el medio ambiente, en una loca espiral de desarrollo no sostenible'.
Fernando Ter¨¢n se refiri¨® al pensamiento sobre la ciudad del inmediato futuro. 'Mucho m¨¢s veros¨ªmil que un futuro de disoluci¨®n urbana me parece el de la heterogeneidad discontinua'. 'Habr¨¢ piezas yuxtapuestas muy diversas de ciudad compacta y de ciudad difusa'. Para el arquitecto, pues, el reto actual se centra precisamente en el crecimiento disperso, aunque este proceso no quiere decir que todo sea dispersi¨®n, 'la ciudad compacta tradicional va a seguir creciendo'. 'Pero los expertos sabemos c¨®mo tratar esa ciudad compacta', declar¨®, 'aunque haya que a?adir cosas, como por ejemplo la pir¨¢mide del Louvre'. El problema m¨¢s grave es, a juicio de Ter¨¢n, 'la ciudad externa dispersa', respecto a la cual hay un pensamiento menos formado y en este sentido 'es fundamental que haya acuerdos para dominarlo, pol¨ªticas concertadas, porque el problema desborda incluso las fronteras nacionales'.
Babelia
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