Bush apoya a Koizumi en el peor momento del primer ministro japon¨¦s
El jefe de Gobierno nip¨®n pierde puntos en los sondeos y recibe cr¨ªticas por la crisis
George W. Bush, que inici¨® ayer una gira por Extremo Oriente, mostr¨® su apoyo al primer ministro japon¨¦s, Junichiro Koizumi, al tiempo que EE UU presiona para que la econom¨ªa del archipi¨¦lago salga del atolladero. Perdiendo puntos en las encuestas y criticado en el extranjero por su falta de reacci¨®n ante la crisis econ¨®mica, Koizumi anunci¨® a Bush que su Gobierno har¨¢ todos los esfuerzos posibles para luchar contra la deflaci¨®n.
Otro de los grandes temas del encuentro entre el presidente estadounidense y el primer ministro japon¨¦s ha sido la seguridad, en concreto el problema de Corea del Norte, uno de los tres pa¨ªses del llamado eje del mal, seg¨²n Bush.
Para Koizumi, la visita de Bush es crucial para tratar de apaciguar los temores sobre el futuro de la econom¨ªa japonesa, considerada por los analistas extranjeros como 'una bomba financiera de efecto retardado'. El plan antideflaci¨®n ha sido elaborado a toda prisa, bajo presi¨®n por las tumultosas manifestaciones provocadas por la ca¨ªda espectacular de la popularidad de Koizumi, castigado por la opini¨®n p¨²blica por la destituci¨®n de la ministra de Exteriores, Makiko Tanaka, y las presiones insistentes de sus socios durante la reuni¨®n de ministros de Finanzas del G-7 la semana pasada en Ottawa.
El plan ser¨¢ anunciado a final de mes, pero ya se conocen las grandes l¨ªneas: tratar de acelerar la liquidaci¨®n de los impagados crediticios que soporta la banca estableciendo una evaluaci¨®n m¨¢s rigurosa de los cr¨¦ditos acordados con empresas de bajo rendimiento, estabilizar la Bolsa para evitar las ventas especulativas a la baja y ayudar a las peque?as empresas a acceder a los cr¨¦ditos. El plan marca un punto de inflexi¨®n, esperado pero tard¨ªo, en las prioridades del Gobierno de Koizumi. Hasta el momento, y a pesar de un deterioro alarmante de la situaci¨®n, las medidas se hab¨ªan ce?ido a reformas estructurales, entre ellas la austeridad presupuestaria, con el fin de reducir el d¨¦ficit p¨²blico (130% del producto interior bruto) y la privatizaci¨®n de empresas estatales, medidas necesarias pero ejecutadas en un mal momento, ya que la ca¨ªda de los precios agrava la situaci¨®n de los bancos, fuertemente endeudados.
La impaciencia de los inversores extranjeros ante el inmovilismo del Gobierno hizo descender hace diez d¨ªas el ¨ªndice Nikkei a su nivel m¨¢s bajo en 18 a?os. El Nikkei se recuper¨® ligeramente con el anuncio del plan antideflaci¨®n.
En Tokio, George Bush evit¨® increpar excesivamente a Koizumi, que, debido a su proamericanismo, es el mejor dirigente que Washington podr¨ªa esperar. No obstante, Bush debe insistir sobre la urgencia de un cambio de rumbo en la pol¨ªtica econ¨®mica nipona y advertir a los dirigentes japoneses de una depreciaci¨®n del yen frente al d¨®lar, de la que el Banco de Jap¨®n, que se niega a orquestarla, espera que estimule las exportaciones. La firmeza de Washington pretende tranquilizar a la industria automovil¨ªstica y sider¨²rgica estadounidense, inquieta ante la competitividad de los productos japoneses.
? Le Monde
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