La apuesta profunda por el di¨¢logo

S¨®lo su compromiso pol¨ªtico desde los 16 a?os, cuando ingres¨® en las Juventudes Socialistas de Euskadi, diferencia en algo el perfil de Eduardo Madina Mu?oz, Edu para casi todos, del de tant¨ªsimos jovenes que como ¨¦l tienen 25 a?os. Alegre, trabajador, amante de las cosas claras, es un fan¨¢tico del voleibol, compite en un equipo de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y ha sido entrenador de varios equipos escolares.

Hijo ¨²nico de una familia de izquierdas (su padre milita en UGT), no tiene novia. A sus 25 a?os, se ha licenciado en Historia por la Universidad de Deusto, en la que actualmente realiza el doctorado, y posee dos masters universitarios. En virtud del primero hizo unas pr¨¢cticas laborales en la Hacienda vizca¨ªna; las del segundo son las que realiza en la que empresa a la que ayer se dirig¨ªa cuando una bomba etarra le mutil¨®. Sus primeras palabras en euskera las aprendi¨® de las historias que le contaban sus abuelos.

Pero si hay algo que todos su conocidos destacan es su convicci¨®n casi infinita de que el di¨¢logo es la mejor forma de acabar con la violencia.

Daniel D¨ªez, secretario general de las Juventudes Socialistas de Euskadi, y amigo de Madina desde que compart¨ªan risas y juegos en los campamentos de verano, dec¨ªa ayer gr¨¢ficamente que han intentado matar a otro Ernest Lluch. 'Yo le digo que es mi Ernest', repet¨ªa. Madina ha participado activamente en foros de Elkarri, incluso antes de que este movimiento social arrancase con su actual Conferencia de Paz. Sus amigos destacan que, aunque adoptaba alguna medida de autoprotecci¨®n, nunca demostraba preocupaci¨®n por s¨ª mismo, sino por los cientos de amenazados por ETA.