Las hebras de una tractorada
El algod¨®n es la raz¨®n de existir de Trajano y una decena de poblados de colonos del bajo Guadalquivir
Por estas fechas, Juan Egea y Pepe Saavedra ya deb¨ªan haber aireado la tierra con el tractor, para mezclar abono y herbicidas. 'Antes de sembrar el algod¨®n hay que hacer cuatro pasadas y s¨®lo he hecho una', explica Pepe, de 42 a?os. Pero ni ¨¦l ni Juan, de 45 a?os, trabajan desde hace dos semanas en sus parcelas. Y sus tractores tampoco. Junto a un millar m¨¢s , concentrados en la plaza de Espa?a de Sevilla, se han convertido en el principal arma de presi¨®n de los algodoneros de la asociaci¨®n agraria COAG en sus movilizaciones contra la normativa con la que el Ministerio de Agricultura quiere regular el cultivo.
Como sus tractores, Egea y Saavedra, algodoneros de Trajano, una pedan¨ªa de Utrera (Sevilla), llevan tambi¨¦n m¨¢s de diez d¨ªas concentrados por COAG ante la sede de la Delegaci¨®n del Gobierno. Por las noches, vuelven en autob¨²s a sus casas, pero por el d¨ªa intervienen activamente en asambleas y actos de protesta: ayer, una cacerolada, el lunes cortaron el AVE, en una acci¨®n que dej¨® 21 heridos entre polic¨ªas y agricultores. Esta vez, despu¨¦s de comer, hacen un alto en su jornada de movilizaciones y vuelven a Trajano para explicar sobre el terreno las razones que llevar¨¢n a medio centenar de pueblos de Sevilla y C¨¢diz a la huelga general este viernes. En el camino, un centenar de tractores cortan el tr¨¢fico en las cercan¨ªas de Los Palacios (Sevilla).
'Vamos contra los grandes que nunca han sembrado y quiere entrar ahora a cultivar'Las hebras de una tractorada
El viaje vital de estos dos hombres al bajo Guadalquivir comenz¨® hace 30 a?os. 'Nuestros padres entraron en los lotes que se adjudicaron entonces', explica Juan. El Gobierno, en el intermedio entre franquismo y democracia, cedi¨® a las exigencias jornaleras y parcel¨® las marismas de Utrera, Los Palacios y Cabezas de San Juan para sortearlas entre agricultores con familias numerosas. Los padres de Juan (cuatro hermanos) y Pepe (cinco) consiguieron parcela: una de nueve hect¨¢reas y otra de doce, regadas con el 'canal de los presos' -construido por combatientes re-publicanos entre 1940 y 1961-, en los alrededores de Trajano, uno de los 12 poblados de colonos que se construyeron en la zona con el prop¨®sito de dar vivienda a los nuevos propietarios.
'En Trajano, todo depende del algod¨®n', sentencia Pepe Saavedra. Los 1.500 habitantes de esta localidad dependen absolutamente de las cosechas de las 2.000 hect¨¢reas de parcelas de regad¨ªo. Y en ellas el algod¨®n es el rey absoluto desde el principio. 'En los a?os setenta, el algod¨®n se recog¨ªa a mano, se necesitaba una cuadrilla de 30 personas durante un mes en el final de la campa?a, ahora, con las m¨¢quinas echamos dos d¨ªas con cinco personas', explica Juan.
Los dos agricultores insisten en que no se oponen a la rotaci¨®n, la medida propuesta por el Ministerio de Agricultura para limitar el cultivo. 'Aqu¨ª todo el mundo cambia, yo tengo algunas hect¨¢reas de remolacha que ahora no puedo regar por todo esto', se?ala Juan. 'Si no rotas, el suelo va a peor y luego viene un hongo defoliante y se carga todo el algod¨®n', agrega Pepe. El problema es que la rotaci¨®n no es suficiente. 'Vamos contra los grandes que nunca han sembrado y quieren entrar ahora', advierten.
Las alternativas m¨¢s habituales al algod¨®n en esta comarca son la remolacha, el ma¨ªz y el girasol. Las se?ales de alarma se encendieron cuando Bruselas impuso un recorte brutal en las ayudas al girasol. 'Antes se pagaba 175.000 pesetas por hect¨¢rea, ahora casi ni 40.000', afirma Pepe. Y los agricultores de Trajano empezaron a escuchar que las grandes fincas constru¨ªan 'balsas de agua y muchas tienen ya el terreno preparado para el algod¨®n'.
Si entran los grandes que no suelen cultivar algod¨®n, Trajano y el bajo Guadalquivir, anclado en el sistema de cooperativas de peque?os propietarios, podr¨ªan sufrir un duro golpe. 'En COAG dicen que hay preparadas entre 40.000 y 70.000 hect¨¢reas', comenta Juan. En Andaluc¨ªa suelen cultivarse algo m¨¢s de 100.000 hect¨¢res, cerca de la mitad en Sevilla.
Los agricultores de Trajano hacen n¨²meros y no les salen: en una hect¨¢reas, los costes fijos suelen estar en torno a los 180 euros (300.000 pesetas) y si no hay mucha penalizaci¨®n en las ayudas europeas, pueden sacar 150 euros de beneficio (250. 000 pesetas) por hect¨¢rea. Pero si los augurios de COAG se cumplieran, esta campa?a la producci¨®n espa?ola podr¨ªa superar las 362.000 toneladas, y las penalizaciones poner el precio que cobran los algodoneros de las desmotadoras (en Trajano tambi¨¦n es de la cooperativa) en '100 pesetas por kilogramo, una ruina total', concluye Pepe.
De ah¨ª que Pepe y Juan est¨¦n dispuestos a dejarse las manos en una cacerolada de diez horas y no duden en embarcar a sus familias en una marcha a Madrid ma?ana si el Ministerio de Agricultura no incluye alguna limitaci¨®n m¨¢s, en la l¨ªnea de la que ya incluye la Junta: limitar la ayuda a los que hayan sembrado algod¨®n en los ¨²ltimos a?os, a 'los que est¨¢n en esto de siempre'. 'Los autobuses salen a las cinco de Los Palacios', informa Antonia, esposa de Juan. 'No va a haber instituto, hacen huelga tambi¨¦n', aclara Ana, la hija. 'Pues entonces nos iremos todos para all¨¢', concluye Juan.
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