Sharon no tiene plan
El primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, estaba convencido de que ten¨ªa un plan para garantizar la seguridad de su pueblo y no devolver a los palestinos m¨¢s que algunos retales de tierra que le sobraran. El plan parec¨ªa ser guerra y m¨¢s guerra para provocar el ¨¦xodo de las fuerzas vivas palestinas; forzar la liquidaci¨®n de Yasir Arafat, para lo cual se le impuso hace dos meses un impresentable arresto domicliario, rodeando de tanques su residencia de Ramala, y negociar en su d¨ªa con los barones locales para acabar con cualquier noci¨®n de Autoridad Palestina.
La guerra y m¨¢s guerra, sin embargo, recibe su r¨¦plica, modesta pero eficaz, en su despiadada naturaleza por parte palestina; hasta el punto de que en las ¨²ltimas horas la maltratada regi¨®n es lo m¨¢s parecido a un campo de batalla de m¨²ltiples frentes, en el que los muertos se cuentan por decenas. El ¨¦xodo, si se produce, no es de efectos externos visibles. Y Arafat encarcelado es hoy m¨¢s popular entre su gente, aparte el hecho de que el presidente estadounidense no se decidiera a dar a Sharon en su ¨²ltima entrevista permiso para la liquidaci¨®n, material o pol¨ªtica, del rais palestino. Washington rompi¨® anoche su espeso silencio para expresar su preocupaci¨®n y disgusto por la imparable violencia, aunque reiter¨® que no tiene planes para una nueva iniciativa diplom¨¢tica que detenga la sangr¨ªa.
Ante todo ello, la opini¨®n israel¨ª comienza a constatar que el primer ministro carece de cualquier plan que no sea la escalada b¨¦lica que deciden sus sucesivas convocatorias del Gabinete de Seguridad para acabar con una situaci¨®n cada vez m¨¢s insoportable. Desde la derecha se critica a Sharon por lo que se considera falta de energ¨ªa; la izquierda sabe que no va a ser el jefe del Likud el que haga la paz con el mundo palestino.
La ag¨®nica situaci¨®n no significa que el l¨ªder palestino est¨¦ triunfando en su calidad de m¨¢rtir. Hace unos d¨ªas perdi¨® los nervios cuando le pase¨® una pistola por la cara a su jefe de seguridad de Cisjordania, acus¨¢ndole de estar conspirando para sucederle. Si hay que salvar a Arafat es por lo que representa, mucho m¨¢s que por lo que hace. Igualmente, el primer ministro sionista se ve tanto o m¨¢s perdido en una guerra que sabe que no le conviene extender, porque ni Washington quiere la destrucci¨®n de la AP ni puede que su propio pueblo, donde ya hay m¨¢s de 100 reservistas que han firmado un manifiesto en contra de servir en los territorios ocupados. Queda poco por hacer m¨¢s all¨¢ de lo que Sharon hace. ?Mandar m¨¢s F-16 contra las poblaciones palestinas?, ?arrasar con una ofensiva de tanques todas las aglomeraciones enemigas? Al l¨ªder israel¨ª s¨®lo le queda, veros¨ªmilmente, reocupar Palestina volviendo al punto cero del desastre, como le piden sus ultras.
Sharon ha fracasado porque Israel es hoy mucho menos seguro que en marzo del a?o pasado, cuando form¨® Gobierno y prometi¨® tranquilidad a los suyos. Y eso es lo que cuenta hasta su propio ministro de Exteriores, Sim¨®n Peres, que ayer mismo volv¨ªa a insistir en que no cree en la opci¨®n militar como soluci¨®n al v¨¦rtigo que se ha apoderado de la zona tras diecisiete meses de Intifada.
No parece existir otra forma de poner freno a la locura que no sea retirar las fuerzas que se hallan en suelo palestino, guardar los cazabombarderos en sus hangares y los carros de combate en sus bases. Sharon debe levantar el cerco a Arafat y comenzar negociaciones sobre la declaraci¨®n de un Estado palestino, con unas fronteras cuya geograf¨ªa no tiene por qu¨¦ ser intocable, pero sobre la base de las anteriores a 1967, incluyendo Jerusal¨¦n Este. Nadie a estas alturas cree que en Oriente Pr¨®ximo sea posible la paz si no est¨¢ cimentada sobre la justicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.