El reo del asesinato de Mar Herrero niega ahora ser el autor del crimen
Andr¨¦s afirma que la mataron 'otras personas'
El juicio contra Luis Patricio Andr¨¦s, acusado de asesinar a su ex novia Mar Herrero, se inici¨® ayer en la Audiencia de Madrid. La declaraci¨®n de Andr¨¦s, de 38 a?os, fue una sorpresa. Se retract¨® de su declaraci¨®n autoinculpatoria anterior y atribuy¨® el crimen a unos conocidos suyos cuyos nombres rehus¨® facilitar. 'Prefiero estar en la c¨¢rcel que muerto', solt¨® ante las insistentes preguntas del fiscal y los abogados para que diese los nombres de esos conocidos.
El crimen de Mar, ocurrido el 13 de octubre de 1999, produjo una conmoci¨®n en Madrid. Andr¨¦s mat¨® supuestamente a su ex novia cuando disfrutaba de un r¨¦gimen de libertad condicional: cinco a?os antes dispar¨® con una escopeta a su anterior novia, lo que le cost¨® una condena de 18 a?os de prisi¨®n por asesinato frustrado. Adem¨¢s, la v¨ªctima hab¨ªa presentado 14 denuncias contra ¨¦l por amenazas de muerte y la juez de Alcobendas que las hab¨ªa recibido no adopt¨® ninguna medida cautelar. Esta juez ha sido sancionada por este motivo por el Consejo del Poder Judicial al pago de una multa de 200.000 pesetas por graves retrasos en la tramitaci¨®n de esas denuncias.
Andr¨¦s se enfrenta a una petici¨®n del fiscal de 18 a?os de c¨¢rcel por el asesinato de Mar. El abogado de la familia de la fallecida pide una condena de 31 a?os y el del Ayuntamiento de Alcobendas, que ejerce la acci¨®n popular, 25 a?os. La letrada de la defensa, Mar¨ªa Nieves P¨¦rez Fern¨¢ndez-Rabelo, entiende que la pena debe ser de s¨®lo 12 a?os. Subraya que en la conducta de su cliente concurre la eximente incompleta de 'trastorno severo de la personalidad'.
Andr¨¦s conoci¨® a Mar, vecina de Acobendas, a la semana de quedar en libertad condicional por el intento de asesinato de su anterior pareja. Mantuvo una relaci¨®n sentimental con ella entre marzo y agosto de 1999, fecha en la que Mar puso fin a la relaci¨®n. La decisi¨®n de Mar desat¨® la ira del acusado, quien, seg¨²n el escrito del fiscal, urdi¨® un plan para matarla. Mar era maquilladora de televisi¨®n, y Andr¨¦s, productor de cine. Utilizando como intermediarios a conocidos de ambos (ella le ten¨ªa aut¨¦ntico p¨¢nico), Andr¨¦s logr¨® que Mar se desplazase a la seis de la madrugada del 13 de octubre de 1999 desde Alcobendas hasta la plaza de Castilla. La chica, sin saber que su ex novio estaba detr¨¢s del plan, acudi¨® al lugar creyendo que se trataba de un trabajo para una productora de cine. El acusado hab¨ªa alquilado una furgoneta el d¨ªa anterior y, nada m¨¢s verla, la oblig¨®, a punta de navaja, a subir al veh¨ªculo. La condujo hasta el barrio madrile?o de San Blas. All¨ª la amordaz¨® de pies y manos, le asest¨® cinco cuchillada en el pecho y la estrangul¨®. A continuaci¨®n se present¨® en los juzgados de Madrid y confes¨® el crimen. Entonces, seg¨²n el sumario, declar¨® que ¨¦l 'era el ¨²nico culpable de la muerte', que hab¨ªa actuado de forma 'salvaje' y que su comportamiento con Mar hab¨ªa sido el de 'un animal'.
El acusado se retract¨® ayer de esa versi¨®n. Con un lenguaje preciso y un tono arrogante, confes¨® que fue ¨¦l quien rompi¨® con Mar y que la reacci¨®n de ella fue amenazarle y ponerle 'falsas denuncias'. Todo ello, dijo, con la finalidad de que el juzgado de vigilancia le revocase la libertad y ¨¦l volviese a la c¨¢rcel. 'Intent¨¦ parar todo eso a trav¨¦s de amigos y un abogado, para que dialogaran con ella y parar esa vor¨¢gine', declar¨®. Aclar¨® que contact¨® 'con terceras personas', cuyos nombres se neg¨® a revelar, y que ¨¦stas le dijeron que hablase con un taxista para que recogiese a Mar en su casa y la llevase a la plaza de Castilla. La excusa, que ten¨ªa que maquillar a artistas de una pel¨ªcula. Seg¨²n Andr¨¦s, esas personas le indicaron, adem¨¢s, que alquilase una furgoneta y que acudiera con ella a la plaza de Castilla antes de que llegase Mar en el taxi. Seg¨²n su nueva versi¨®n, dej¨® la furgoneta en el lugar indicado y se fue a beber. A?adi¨® que sobre las nueve de la ma?ana recogi¨® la furgoneta en el lugar indicado ('me dejaron las llaves escondidas debajo de una de las rueda', explic¨®) y que al abrir una de sus puerta se top¨® con el cad¨¢ver de Mar. 'Perd¨ª la noci¨®n y me puse a andar con la furgoneta sin rumbo'. En San Blas, Andres cogi¨® un taxi y le pidi¨® que le llevase a los juzgados de la plaza de Castilla, donde, seg¨²n su versi¨®n, se declar¨® 'el ¨²nico culpable de la muerte'.
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