El nuevo esqu¨ª, sin riesgos
Hace s¨®lo unos a?os, los esqu¨ªs de estilo alpino que usan miles de personas cada fin de semana sufrieron una revoluci¨®n: un fabricante avispado, inspir¨¢ndose en el snowboard, se atrevi¨® a construir unas tablas bastante m¨¢s anchas en la esp¨¢tula (punta) y en la cola. Nacieron as¨ª los carving, cuyo dise?o permite, con poco esfuerzo y mediana t¨¦cnica, girar con facilidad y trazar curvas de ensue?o a gran velocidad. Ninguna marca fabrica ya esqu¨ªs que no tengan estas caracter¨ªsticas, un material que, unido a unas pistas cada vez mejor preparadas, ha abierto a los aficionados un mundo reservado hasta ahora para la ¨¦lite.
Las ventajas son evidentes: aprendizaje r¨¢pido, trazada perfecta y menos desgaste f¨ªsico. Si con la vieja t¨¦cnica lo bueno era bajar ajust¨¢ndose a la l¨ªnea de m¨¢xima pendiente, ahora la mayor¨ªa hace giros de un gran radio, de un lado a otro de la pista, aumentando as¨ª el riesgo de colisi¨®n. Por eso conviene tener en cuenta algunas normas b¨¢sicas.
Moderar la velocidad
Lo m¨¢s importante es moderar la velocidad y pensar que se tarda a?os en alcanzar una buena t¨¦cnica, y sin ella es muy dif¨ªcil cambiar bruscamente la trayectoria o detenerse para evitar colisiones. Tambi¨¦n quienes practican el snowboard deben tener precauci¨®n, ya que el ¨¢ngulo de visi¨®n del deportista es reducido.
No salir fuera de pista
Respetar las normas de los centros de invierno es igualmente b¨¢sico. Por ejemplo, respetar las se?ales de esqu¨ª lento en las zonas de debutantes, en los cruces de pistas o en las cercan¨ªas de los accesos a los remontes, o abstenerse de entrar en las pistas cerradas o en ¨¢reas prohibidas; saltarse estas indicaciones para intentar emular a los profesionales freeriders, que descienden en monta?a abierta por lugares de alta dificultad, es fuente de accidentes. Manteni¨¦ndose fuera de estas zonas se evita el riesgo de desprendimientos, ca¨ªdas y choques contra elementos de seguridad como los paneles antiavalanchas. Conocer la informaci¨®n sobre el riesgo de aludes es tambi¨¦n fundamental.
Revisar el material
Antes de ponerse en marcha conviene llevar a revisar el material, sobre todo las fijaciones para asegurarse de que se abrir¨¢n en una ca¨ªda. Si una fijaci¨®n no salta, incluso las peque?as colisiones pueden provocar da?os.
Preparaci¨®n f¨ªsica
El final de la jornada es, seguramente, el momento m¨¢s delicado del d¨ªa, ya que el cansancio reduce los reflejos. En una semana de esqu¨ª, el tercer d¨ªa hay que tener m¨¢s cuidado e incluso es aconsejable esquiar menos horas. Una buena forma f¨ªsica y un peso adecuado minimizar¨¢n el cansancio. Y un truco: si una ca¨ªda hacia atr¨¢s parece inevitable, mejor dejarse caer que hacer un sobreesfuerzo por recuperar la verticalidad.
Ni?os
Los ni?os no deben empezar antes de los cinco a?os y siempre sin ser obligados. Hasta los 12 a?os, aproximadamente, deben llevar casco para proteger la cabeza de golpes. Para los adultos, la conveniencia del casco no es tan clara. Algunos expertos lo consideran ¨²til para evitar traumatismos; otros, sin embargo, creen que llevarlo puede incitar a arriesgarse m¨¢s de lo necesario y provocar lesiones al contrario en caso de choque. Asunto, en todo caso, pol¨¦mico.
Seguros espec¨ªficos
Quien adem¨¢s de ser precavido quiere contratar un seguro (mejor si cubre responsabilidad civil), tiene diferentes opciones. Muchas estaciones espa?olas ofrecen la posibilidad de contratar uno en el momento de adquirir el pase. Ast¨²n, en Huesca, por ejemplo, propone uno que incluye rescate, gastos m¨¦dicos, traslado al hospital y repatriaci¨®n por 1,50 euros al d¨ªa (www.astun.com). Inscribirse en cualquiera de las federaciones regionales de deportes de invierno da derecho a un seguro que cubre toda Europa por 42 euros al a?o (Federaci¨®n Espa?ola de Deportes de Invierno, 913 76 99 30). Algunas aseguradoras privadas, como Elvia (902 40 24 40), Winterthur (902 30 30 12) o Europe Assistance (902 15 85 85), tienen igualmente productos espec¨ªficos.
Esfuerzos por parte de la estaci¨®n
Tambi¨¦n las estaciones pueden hacer algo por minimizar los riesgos. De hecho, representantes del sector se reunieron a principios de a?o en Sierra Nevada para estudiar soluciones. Entre otras, se habl¨® de controlar el acceso a las pistas dif¨ªciles, dar poderes a los empleados para retirar el forfait en caso de comportamientos temerarios o, incluso, introducir la polic¨ªa de pistas como en Estados Unidos. No es la ¨²nica idea. Limitar el aforo (ya se ha probado en Sierra Nevada y en Formigal) y formar profesores titulados, capaces de inculcar a los principiantes las normas de conducta, son otros recursos para reducir accidentes.
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