Ocho estancias singulares en la Costa Brava
En la comarca del Empord¨¤ esperan palacetes, fortalezas militares, mas¨ªas, ¡®campings¡¯ y castillos reconvertidos en alojamientos en los que se mezclan historia, encanto y la esencia de lo aut¨¦ntico
Aunque se lleva todas las miradas en verano, la comarca del Empord¨¤ (Girona), con sus jardines, rutas y gastronom¨ªa, se puede disfrutar durante todo el a?o. Y, para hospedarse, nada mejor que nuevos alojamientos singulares, alejados del turismo y la masificaci¨®n, donde el valor de la proximidad es fundamental. A lo largo de la Costa Brava se distribuyen palacetes, antiguas fortalezas militares, mas¨ªas, campings y castillos reconvertidos en estancias hoteleras donde se mezclan la historia, el encanto y los esfuerzos para preservar la esencia de lo aut¨¦ntico.
Estas son ocho estancias muy singulares en las localidades de Girona, Vilaju?ga, Cadaqu¨¦s, Peralada o Fonteta, entre otras, una excusa perfecta para desconectar del bullicio y el ajetreo de la vida urbana y redescubrir este territorio de Catalu?a.
1. Esperit Roca (Sant Juli¨¤ de Ramis)
Saliendo de Girona, hacia el norte, en la misma ¨¢rea urbana, est¨¢ Sant Juli¨¤ de Ramis, de 4.000 habitantes. En la parte m¨¢s elevada, se erige una construcci¨®n conocida como La Fortalesa de Sant Juli¨¤ de Ramis, que nunca lleg¨® a tener uso militar. Hace pocos meses ha reabierto a manos de los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca, convertido en un hotel de 16 habitaciones. Con vistas a la comarca del Giron¨¨s, se trata de un edificio muy curioso con un jard¨ªn con piscina digno de aparecer en algunas de las famosas fotograf¨ªas de Slim Aarons.
Adem¨¢s de contar con un restaurante donde degustar los platos m¨¢s emblem¨¢ticos de El Celler de Can Roca, que acaba de ser premiado con una estrella Michelin, esta fortaleza esconde la bodega de Josep, una gran sala con c¨²pula donde caben 80.000 botellas y que los clientes pueden visitar.
2. Mas Espelt (Vilaju?ga)
Para los amantes del vino en la Costa Brava hay lugares especiales como Mas Espelt, en Vilaju?ga. Para llegar, hay que seguir hacia el norte, en direcci¨®n a Cap de Creus, y detenerse antes de adentrarse en el coraz¨®n de este espacio natural que limita con el mar con sus escarpados acantilados. El m¨¢ximo lujo aqu¨ª es la ubicaci¨®n.
Desde esta mas¨ªa, totalmente reformada, con capacidad para 10 personas y que se alquila de forma ¨ªntegra (tambi¨¦n cuenta con un peque?o apartamento para tres), se divisa toda la denominaci¨®n de origen Empord¨¤, con sus vi?edos. Cuando el cielo est¨¢ despejado, se avista el Canig¨®, el Prepirineo, la Alta Garrotxa, la sierra de la Albera y la de Rodes. Toda la casa est¨¢ rodeada de vi?as y olivos. Desde aqu¨ª se pueden andar varios caminos a pie o en bicicleta. Adem¨¢s, la bodega Mas Espelt, a unos metros, organiza actividades de enoturismo que para los alojados tienen un 10% de descuento.
3. Cala J¨®ncols (Roses)
En la remota cala J¨®ncols se esconde un hotel con el mismo nombre, regentado por la misma familia desde hace casi 60 a?os. Est¨¢ unos kil¨®metros al norte de la m¨¢s popular cala Montjoi, que hizo famosa elBulli. Hay que seguir la misma carretera de curvas, convertida en una pista de arena, para llegar a este para¨ªso, donde no llega internet. No sufran, el alojamiento tiene su propia red. Eso s¨ª, en algunas habitaciones, sencillas, pero confortables, la se?al no alcanza.
Aqu¨ª se viene a desconectar de verdad: a sentir el suelo en los pies, el agua en el cuerpo, la sal en el alma. Es un remanso de paz para descansar y un lugar donde disfrutar de actividades acu¨¢ticas, como el submarinismo. No esperen una piscina de lujo ni un jard¨ªn con el c¨¦sped perfectamente alineado; todo tiene un aire salvaje porque se ha buscado respetar la personalidad de este rinc¨®n natural. Puede presumir de ser de los hoteles m¨¢s respetuosos con su entorno de Catalu?a. Lo que implica una vuelta a los or¨ªgenes: hay vi?edos, corren cabras, la vegetaci¨®n es aut¨®ctona. Es aut¨¦ntico.
4. WeCamp Cadaqu¨¦s (Cadaqu¨¦s)
Para lugares m¨¢s concurridos y familiares, un sitio ideal es WeCamp Cadaqu¨¦s, abierto pr¨¢cticamente todo el a?o. En uno de los pueblos m¨¢s pintorescos de la zona, este alojamiento, reformado hace menos de dos a?os con el reconocible interiorismo de Sandra Tarruella, ofrece diferentes tipos de alojamientos, de tiendas de lona color arena a peque?as casitas de madera y apartamentos de paredes blancas con estilo mediterr¨¢neo.
Con restaurante, zona infantil y piscina, la naturaleza tiene todo el protagonismo con unas calles dominadas por los olivos. La visita a Portlligat y la casa-museo Dal¨ª es casi obligada.
5. Can Mascort (Palafrugell)
Las novedades en la Costa Brava llevan tambi¨¦n a Can Mascort, una casa de piedra en el centro de Palafrugell. Abri¨® como peque?o hotel en julio de 2022 y se ha convertido en un refugio para los que buscan paz y bienestar, adem¨¢s de vida de pueblo y un poco de programaci¨®n cultural. Muy cerca est¨¢n el mercado, que da vida al vecindario; el Museu del Suro, en su d¨ªa motor del municipio, o Can Mario, una de las salas de exposiciones de la Fundaci¨®n Vila Casas en Girona.
Lourdes Gaude es quien recibe, pero el proyecto es com¨²n con su marido, Alfred Villagrasa. Son 15 habitaciones reformadas con materiales naturales y locales y tonos neutros. Conservan el mobiliario de la antigua farmacia que hab¨ªa en la casa, reconvertida en una tienda donde comprar productos locales que se pueden tomar en el desayuno.
6. Castell de Vallgornera (Peralada)
En Peralada hay m¨¢s de un castillo. El de Vallgornera es una peque?a fortificaci¨®n que se remonta a 1123, tiene dos torres cuadradas a cada lado de un recinto de forma irregular con un patio central, que se ha convertido en la zona m¨¢s din¨¢mica de este hotel-boutique de nueve habitaciones tipo suite, que abri¨® la pasada primavera. Con muebles restaurados del castillo, las estancias son de una exquisita elegancia.
No tienen restaurante, pero s¨ª que sirven cada ma?ana unos generosos desayunos con productos locales. El valor de la proximidad parece muy claro en los nuevos alojamientos de la Costa Brava, donde hacen una buena red para preservar el valor de lo aut¨¦ntico. Adem¨¢s de un jard¨ªn con piscina, tienen bicicletas para que los clientes descubran los senderos de los alrededores.
7. Mas Gener¨®s (Fonteta)
Eug¨¨nia Huguet ha convertido Mas Gener¨®s en la casa de sus sue?os. Ella conoc¨ªa la zona porque ven¨ªa a comprar el recuit de Fonteta (deben probarlo) y se enamor¨® del lugar. Cuenta con 11 habitaciones de estilo rural, cada una diferente, pero con el mismo buen gusto y atenci¨®n al detalle, y nombres tan evocadores como Merc¨¨ Rodoreda, Josep Pla, Salvador Dal¨ª o Colette. La escritora y artista francesa da nombre a la m¨¢s lujosa, con una ba?era que no cabe dentro y est¨¢ en la terraza. Es la que se acostumbra a reservar a los novios cuando en el hotel celebran la boda.
Adem¨¢s de la zona con piscina, este santuario de lo verde resguarda un jard¨ªn de plantas arom¨¢ticas y un vergel secreto. Si van a este hotel, deben comer s¨ª o s¨ª. De la carta del restaurante se encarga Iolanda Bustos, conocida como ¡°la chef de las flores¡±.
8. Palau Fugit (Girona)
Un ejemplar de La vida lenta, de Josep Pla, reposa dentro de una vitrina de cristal en la biblioteca del Palau Fugit, como si fuera una joya. Es la manera que tiene este joven hotel boutique de Girona de mostrar a los visitantes su esp¨ªritu. Sin limitarse a hospedar, aqu¨ª quieren defender otra manera de vivir. Inaugurado hace poco m¨¢s de a?o y medio, este palacete del siglo XVIII, construido dentro de las antiguas murallas de la ciudad, es un remanso de paz con 25 habitaciones, todas diferentes. Entre el bullicio del casco antiguo y la tranquilidad de sus confortables habitaciones existe una zona media, llamada el patio, donde hu¨¦spedes y vecinos se mezclan, y es la terraza del bar Gipsy, una zona de encuentro entre mundos, tambi¨¦n art¨ªsticos.
Palau Fugit, nombre inspirado en la locuci¨®n tempus fugit, quiere agitar la vida cultural de Girona, apostando por el talento local. Ya han organizado exposiciones, y en sus paredes lucen obras de los artistas que les han visitado, como una escultura textil de Eliurpi, una fotograf¨ªa de Andrea Torres Balaguer y un cuadro de Clara Sull¨¤. Tambi¨¦n hay una sala pintada a mano por Joana Santamans. Un lugar para reposar tras perderse por las calles de la parte antigua de Girona.
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