Rusia afronta el drama de los ni?os de la calle
Mi pap¨¢ y mi mam¨¢ beb¨ªan y se peleaban todo el tiempo. Borrachos, me golpeaban con frecuencia. Todo el dinero se lo gastaban en vodka y casi no hab¨ªa comida en casa. Nunca me preguntaban d¨®nde andaba ni lo que hac¨ªa. Un d¨ªa decid¨ª no volver', cuenta Slava, un chico de 12 a?os, que en el oto?o de 2001 pas¨® a engrosar las filas de los ni?os vagabundos.
Puede que el relato de Slava no corresponda a la realidad: los chicos a menudo mienten al explicar por qu¨¦ abandonaron sus hogares, pero las estad¨ªsticas testimonian que la mayor¨ªa de los menores de 18 a?os que huyen de sus casas son hijos de padres alcoh¨®licos o drogadictos. Las cifras sobre la cantidad de estos hu¨¦rfanos sociales -es decir, que tienen a uno o ambos padres vivos, pero que prefieren la calle al hogar- difieren seg¨²n las fuentes de las diversas instituciones.
Hay en marcha un proyecto que prev¨¦ una multa -de entre uno y cinco salarios m¨ªnimos- para penalizar la mala educaci¨®n a los hijos
El problema se agrava porque son numerosos los polic¨ªas que no s¨®lo no hacen nada por salvar a los menores, sino que participan en su explotaci¨®n
La mayor¨ªa de los ni?os vagabundos cae en las redes de alguno de los grupos criminales que se han repartido el 'negocio infantil'
El Ministerio del Trabajo y Desarrollo Social sostiene que hay un mill¨®n de ni?os vagabundos en toda Rusia; que han huido de sus casas y viven en s¨®tanos, buhardillas, casas abandonadas y estaciones de ferrocarril; la fiscal¨ªa general calcula que son dos millones; el Ministerio del Interior, dos millones y medio; el Consejo de la Federaci¨®n o Senado ruso pone esta cifra en tres millones, y los expertos independientes la elevan a cuatro.
Las mafias
Algunos de estos ni?os vagabundos son recogidos al poco tiempo por las autoridades y destinados a orfanatos. Unos pocos se quedan, pero muchos huyen y vuelven a la calle. Y all¨ª son poqu¨ªsimos los que logran evitar caer en la droga, la prostituci¨®n o el crimen.
El problema se agrava porque son numerosos los casos en los que los polic¨ªas no s¨®lo no hacen nada por salvar a los menores, sino que incluso participan directamente en su explotaci¨®n.
Masha, de 13 a?os, era vendida a adultos por menos de 50 euros (8.319 pesetas) en la moscovita plaza de las tres estaciones. Miles de espectadores pudieron ver por televisi¨®n c¨®mo funcionaba ese sistema: el adulto iba al hotelito que funciona en la estaci¨®n para los padres con ni?os (en Rusia se llama 'Habitaci¨®n para la madre y el ni?o'), dec¨ªa que era su t¨ªo y si le pon¨ªan pegas pagaba un poco m¨¢s. Despu¨¦s de tener relaciones sexuales con la chica, se le acercaba un polic¨ªa y le hac¨ªa pagar otra suma si no quer¨ªa ir a la c¨¢rcel como corruptor de menores. Negocio redondo.
Los ni?os que huyen de sus hogares, las m¨¢s de las veces lo hacen a grandes ciudades, como Mosc¨² o San Petersburgo. Se calcula que en la capital rusa hay unos 50.000 menores vagabundos, y en San Petersburgo, 40.000. Pero hay algunos chicos que no alcanzan a huir de la crueldad de sus padres. Alex¨¦i, de cuatro a?os de edad, fue llevado al hospital despu¨¦s de que los vecinos, cansados de o¨ªr gemidos infantiles durante casi un mes, llamaron a la ambulancia. Lo que vieron los m¨¦dicos al abrir la sucia manta en la que lleg¨® Alex¨¦i los dej¨® consternados: lleno de piojos, su cuerpo estaba cubierto de excrementos, y la cabeza, de llagas. Pero lo peor eran sus pies: por lo visto se le hab¨ªan congelado durante los grandes fr¨ªos del pasado diciembre y pr¨¢cticamente ya no ten¨ªan carne: se pod¨ªan ver los huesos y los tendones. La amputaci¨®n fue casi natural.
La mayor¨ªa de los ni?os de la calle cae en las redes de alguno de los grupos criminales que se han repartido el 'negocio infantil'.
Mendigos
La mendicidad de los menores la controlan tres grupos, que act¨²an de la misma manera: a cada uno le determinan la suma m¨ªnima diaria que debe entregar y le asignan un sueldo. A veces, ¨¦ste incluye la cola de pegar Moment, que los chicos acostumbran inhalar para 'darse un viaje'.
El presidente Vlad¨ªmir Putin se refiri¨® p¨²blicamente al problema del vagabundeo infantil y de los hu¨¦rfanos a fines del a?o pasado, despu¨¦s de lo cual el Gobierno y otras instituciones se han visto obligadas a tomar medidas para tratar de encontrar soluciones. Se han creado l¨ªneas directas a las que cualquier ciudadano puede llamar para avisar que hay alg¨²n menor mendigando o durmiendo en un s¨®tano. Adem¨¢s, ya funcionan tres centros operativos para ocuparse de los ni?os vagabundos: uno en el Ministerio del Trabajo y Desarrollo Social; otro, en el Ministerio de Salud P¨²blica, y el ¨²ltimo, en el Ministerio de Educaci¨®n.
Pero el principal problema es que el n¨²mero de orfanatos y otras instituciones donde se puede internar a los ni?os es insuficiente para la gran cantidad de menores vagabundos existentes.
Esta situaci¨®n ha provocado el surgimiento de proyectos cuando menos pol¨¦micos. As¨ª, la Duma (Asamblea) Urbana de Mosc¨² ha comenzado a discutir un proyecto de ley que pretende establecer una especie de toque de queda para los menores. Seg¨²n el documento propuesto por Yevgueni Balashov, los ni?os menores de 16 a?os no podr¨¢n estar fuera de casa sin los padres despu¨¦s de las once de la noche, y los que tienen entre 16 y 18 a?os, despu¨¦s de la una.
Para hacer que esta medida tenga fuerza, el concejal propone aplicar la norma del C¨®digo Administrativo que prev¨¦ una multa -entre uno y cinco salarios m¨ªnimos- para penalizar la mala educaci¨®n de los hijos. 'Si un adolescente est¨¢ en la calle en la noche, significa que no lo educan bien', dice Balashov, que considera que hay que proteger no s¨®lo a los propios menores, sino tambi¨¦n a los moscovitas adultos que pueden ser atacados por los adolescentes.
Orfanatos e internados
El Ministerio del Trabajo se est¨¢ ocupando de encontrar urgentemente en Mosc¨² y sus alrededores edificaciones que puedan ser habilitadas como orfanatos con capacidad para recibir a los miles de ni?os que hasta hace unos d¨ªas vagabundeaban por la capital rusa.
Tomando en cuenta el inter¨¦s personal de Putin en el problema, las autoridades de todo nivel han lanzado redadas para recoger a los ni?os y destinarlos a orfanatos e internados.
Como resultado, ya pr¨¢cticamente no se ven menores vagabundos en las calles de Mosc¨². Pero los expertos coinciden en opinar que se trata de algo temporal y no de la soluci¨®n del problema: la mayor¨ªa de ellos est¨¢n escondidos por propia voluntad o por la de sus amos que los explotan.
Los grupos criminales no est¨¢n dispuestos a perder el jugoso negocio que significa la mendicidad y prostituci¨®n infantiles, y sus representantes llegan a menudo a los orfanatos y pagan un rescate de 550 euros (91.512 pesetas) para llevarse de nuevo a su ni?o y continuar explot¨¢ndolo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.