Oficina de patra?as

En las ¨²ltimas 48 horas hemos asistido al bochornoso espect¨¢culo de un Gobierno y un peri¨®dico (El Mundo) empe?ados en airear unas supuestas entrevistas que nunca existieron de Felipe Gonz¨¢lez con el rey de Marruecos y el primer ministro Yussufi. Esas citas inventadas han dado pie, naturalmente, a un fuego graneado de acusaciones de deslealtad que ese diario abr¨ªa el lunes con la aseveraci¨®n de que el gesto de Gonz¨¢lez romp¨ªa 'las normas b¨¢sicas del consenso en pol¨ªtica exterior'.

Felipe Gonz¨¢lez viaj¨® el s¨¢bado con unos familiares y amigos a T¨¢nger, donde permaneci¨® 24 horas escasas. Los servicios de seguridad de Presidencia, de los que depende la escolta del ex presidente, conoc¨ªan desde el martes este desplazamiento, como ocurre con todos los viajes que realiza dentro o fuera de Espa?a. A partir de ah¨ª, todo indica que el circuito Moncloa-Exteriores-Embajada en Rabat puso en marcha un dispositivo para seguir las andanzas del ex presidente en Marruecos. Dispositivo que, a la luz del ¨¦xito, pareci¨® encomendado al inspector Clouseau. Y sin m¨¢s soporte que una fuente al parecer 'muy fiable' del c¨®nsul espa?ol en T¨¢nger, la m¨¢quina de propaganda que dirige desde La Moncloa el ministro P¨ªo Cabanillas vendi¨® su exclusiva al diario El Mundo, siempre dispuesto a actuar como correa de transmisi¨®n del Gobierno.

El desmentido tajante de Gonz¨¢lez apenas sirvi¨® para corregir el patinazo de la falsa entrevista con el rey Mohamed VI, pero no as¨ª la del primer ministro Yussufi. La Embajada y el peri¨®dico, que revela tener acceso directo a sus informes, segu¨ªan sosteniendo la veracidad de esta reuni¨®n. Ayer por la ma?ana, en un tono casi policial, el ministro de Exteriores, Josep Piqu¨¦, a¨²n dec¨ªa tener 'indicios' de tal encuentro, que consideraba como un hecho inusual 'sin consentimiento' del Gobierno. M¨¢s que 'salvaguardar la dignidad institucional de los ex presidentes del Gobierno', Piqu¨¦, en plena presidencia espa?ola de la UE, ha arruinado su propia credibilidad y demostrado que desmerece esa crucial cartera. En el colmo de los desprop¨®sitos, Exteriores no zanj¨® el asunto hasta ayer por la tarde, una vez que Yussufi a?adi¨® su propio desmentido p¨²blico al que hab¨ªa dado Gonz¨¢lez el d¨ªa anterior. Incluso en plena crisis con Rabat, el Gobierno parece creer m¨¢s al primer ministro marroqu¨ª que al ex presidente espa?ol.

Cuando Bush ha desautorizado el plan de Rumsfeld para crear una oficina de desinformaci¨®n, se dir¨ªa que el Gobierno de Aznar ha decidido apropiarse de la idea. Todo vale para poner en la picota a quien no siga estrictamente su l¨ªnea, siempre con la acusaci¨®n de deslealtad por delante, sin importar si los hechos son ciertos o no. Aunque con detalles circunstanciales suficientes como para confirmar que Gonz¨¢lez fue espiado en Marruecos. S¨®lo cabe esperar que no sean los informes de la Embajada en Rabat, cuyo titular es Fernando Arias-Salgado, los que sirvan de base a la pol¨ªtica exterior espa?ola.