28-F, y Aznar en sus 13

Por un momento pareci¨® que la historia se doblaba, que nada hab¨ªa ocurrido en 22 a?os. La ma?ana del 18 de febrero, una nube de peque?os agricultores, tremolando la bandera andaluza, se concentraba en las inmediaciones de la estaci¨®n del AVE. Una tenue neblina envolv¨ªa los corazones. Enfrente, una cerrada formaci¨®n de polic¨ªas antidisturbios, como venidos de otro tiempo tambi¨¦n, de las otras nieblas del pasado. Mil tractores aparcados en la explanada de la Plaza de Espa?a, el s¨ªmbolo de la otra Expo, la del 29, calentaban motores entretanto, a manera de carros blindados contra la injusticia. Al final hubo refriega, golpes, estampidos, disparos de goma, que en las b¨®vedas de Santa Justa resonaron a ins¨®lita catedral derrumb¨¢ndose. Una veintena de heridos, cristales rotos, griter¨ªo, confusi¨®n. ?Como anta?o? ?Como siempre? El cronista -que all¨ª estaba, por seguro azar-, sinti¨® el v¨¦rtigo absurdo de la historia caminando hacia sus fuentes, de cuando coleccionaba pelotas de goma y botes de humo, peque?os trofeos contra el franquismo.

Pero no. La escala ya no es la misma, ni los protagonistas tampoco, aunque lo parezca. Ya no son jornaleros, due?os de su hambre, sino peque?os agricultores, tambi¨¦n due?os de su dignidad. Y la estaci¨®n de Santa Justa ya no es aquel monumento preciosista de azulejo y ladrillo tallado que ide¨® An¨ªbal Gonz¨¢lez para distraer la miseria de la primera dictadura, sino uno de los lugares tecnol¨®gicamente m¨¢s avanzados de Europa. No nos dejemos enga?ar por los espejismos.

Aqu¨ª el ¨²nico que se enga?a es Aznar y sus muchachos. Ellos s¨ª creen que Andaluc¨ªa es la misma de siempre, y que se la puede seguir sometiendo a golpe de consigna, de tel¨¦fonos airados. Se equivocan de toda gravedad. Ahora hasta Bruselas le da la raz¨®n a la Junta de Andaluc¨ªa cuando ¨¦sta, decreto en ristre, corrige la torpeza de un ministerio que interpret¨® a su aire la norma europea sobre el algod¨®n, tratando de favorecer a los suyos, a los terratenientes de toda la vida. No parece ni verdad. No aprenden. Ahora dilatan una vez m¨¢s la transferencia de las pol¨ªticas de empleo, porque s¨ª, porque les da a ellos su real gana. Para eso mandan. Pero ya tuvieron que rectificar con lo del censo, y con el nuevo acuerdo financiero; 6.000 millones m¨¢s en los cinco a?os pr¨®ximos. Y con el AVE a M¨¢laga, que Aznar despreci¨® como un capricho de pedig¨¹e?os. Los peri¨®dicos no olvidan. Eso s¨ª, ceden en el ¨²ltimo momento, cuando el clamor ya les va llegando al cuello. Siempre frenando, atascando, embrollando. Y hasta se aliaron con un par de aventureros para derribar a Chaves en las cajas de ahorro. Ahora se hacen gui?os con los que dicen ser socios de gobierno del PSOE, los andalucistas, que tampoco aprenden. (El espect¨¢culo que han dado por un qu¨ªtate t¨² que me pongo yo, sin recato alguno, y eso que son pocos, como que vuelven a caber en un taxi. Pero tienen que coger dos, porque est¨¢n peleados).

22 de Febrero. Fiesta de despedida en la Plaza de Espa?a. L¨¢grimas de hombre, gozos de mujer luchadora, tras 16 d¨ªas de acampada, de arroz solidario y bocadillos en la cuneta del desamparo. En el ¨²ltimo momento Arenas titubea, Aznar flaquea, el ministro Ca?ete se doblega. Andaluc¨ªa, como hace 22 a?os, contra todo pron¨®stico, gana.