?Es la UE capaz de decir 'no' a EE UU?
Antes del 11 de septiembre, el dato fundamental de la situaci¨®n internacional era el gran desequilibrio de poder existente entre Estados Unidos y cualquier otra naci¨®n. El 11 de septiembre, Al Qaida caus¨® da?os humanos terribles a los americanos, pero no debilit¨® el poder de Estados Unidos. En todo caso, lo aument¨®, ya que reforz¨® la cohesi¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs. Tras el 11 de septiembre, partiendo de la nueva percepci¨®n de vulnerabilidad que ahora tienen los americanos, aumentando los recursos militares del pa¨ªs, rechazando limitaciones del derecho internacional a las que estaba sujeto y dejando claro que actuar¨¢ unilateralmente siempre que lo considere oportuno, la Administraci¨®n Bush ha optado por una v¨ªa cuya efectividad final en la lucha contra el terrorismo est¨¢ por ver, pero que se orienta decididamente a reforzar el desequilibrio de poder que existe en el mundo.
Inmediatamente despu¨¦s del 11 de septiembre, la Uni¨®n Europea ofreci¨® a Washington solidaridad total frente al ataque y solicit¨® consultas y concertaci¨®n para organizar la respuesta. Washington ha agradecido lo primero y ha ignorado lo segundo. Javier Solana, tras sus ¨²ltimas gestiones en ese sentido, calific¨® la actitud de Estados Unidos de 'unilateralismo global'. Y Bush, declarando que su pol¨ªtica es hacer frente a Ir¨¢n, Irak y Corea del Norte, porque integran un 'eje del mal', ha provocado las cr¨ªticas del comisario Patten y las de ministros de Francia, Alemania, Jap¨®n y Canad¨¢, por s¨®lo citar a pa¨ªses aliados de Estados Unidos. Tras esto, ?qu¨¦ puede hacer la Uni¨®n Europea?
A mi entender, la Uni¨®n Europea y sus pa¨ªses miembros no tienen m¨¢s remedio que plantearse la cuesti¨®n de fondo: ?est¨¢ en el inter¨¦s de los europeos preservar el gran desequilibrio de poder que existe a escala mundial o lo que est¨¢ en su inter¨¦s es reducirlo?
Mi respuesta es que la Uni¨®n Europea debe tratar de reducir el gran desequilibrio de poder existente. ?l porqu¨¦ puedo explicarlo en pocas l¨ªneas. Me he preguntado: ?a qu¨¦ conceden prioridad hoy los Estados Unidos? ?A su inter¨¦s nacional, al inter¨¦s compartido con sus aliados, a la paz mundial? Y el presidente Bush me ha respondido reiteradamente que tras al 11 de septiembre 'lo primero es la seguridad de Estados Unidos' y que 'en la guerra contra el terrorismo, quien no est¨¢ con nosotros est¨¢ contra nosotros'. As¨ª pues, el presidente de Estados Unidos nos dice que lo primero es el inter¨¦s de su pa¨ªs y que quien no lo asuma est¨¢ contra su pa¨ªs. S¨®lo despu¨¦s (si hay un despu¨¦s) pueden encontrar acomodo los intereses de sus aliados o la paz mundial. En esas condiciones, la Uni¨®n Europea no puede seguir contribuyendo a preservar el gran desequilibrio de poder existente, sino que debe tratar de corregirlo para hacer valer sus propios intereses, que no siempre coinciden con los de Estados Unidos, y el inter¨¦s general de la paz mundial.
Esta respuesta suscita otra pregunta: ?puede la Uni¨®n Europea hacerlo? Mi respuesta, una vez m¨¢s, es 's¨ª'. Justificarla es m¨¢s dif¨ªcil que en el caso anterior, as¨ª que recurrir¨¦ a un argumento de autoridad le¨ªdo en sentido inverso.
En su ¨²ltimo libro (Does America need a foreign policy?), Kissinger se muestra muy preocupado con Europa. Afirma que las relaciones trasatl¨¢nticas est¨¢n marcadas por la controversia. Los europeos -dice- se disocian de la pol¨ªtica americana fuera del ¨¢rea OTAN; algunos se permiten atacar p¨²blicamente decisiones estrat¨¦gicas de Estados Unidos, como la relativa a defensa antimisiles; los hay que plantean la integraci¨®n de la UE como un contrapeso a la influencia de Estados Unidos; incluso hay europeos que conciben una relaci¨®n institucional entre Rusia y la UE tan o m¨¢s pr¨®xima que la que hay entre la UE y Estados Unidos. Por otra parte -contin¨²a- entre ambos lados del Atl¨¢ntico abundan las controversias comerciales, alentadas por influyentes grupos de inter¨¦s, y las pol¨ªticas de abastecimiento energ¨¦tico tienen enfoques distintos. Kissinger proclama que Europa ya no es lo que era: ya no hay URSS y eso desdibuja las inclinaciones expansionistas de Rusia; Alemania est¨¢ unificada y eso le replantea la tentaci¨®n de desarrollar una relaci¨®n especial con Rusia; y la UE est¨¢ creando una identidad europea sin aclarar cu¨¢nto espacio dejar¨¢ a la cooperaci¨®n trasatl¨¢ntica; cuando hoy Estados Unidos negocia con los europeos se encuentra con posiciones escasamente flexibles elaboradas en la Uni¨®n Europea; as¨ª ocurre en las negociaciones econ¨®micas y comienza a extenderse a las pol¨ªticas.
Del competidor, el consejo. Kissinger reconoce que cuando los pa¨ªses de la Uni¨®n asientan sus relaciones con Washington en posiciones previamente acordadas entre ellos, como hace tiempo ocurre con los temas comerciales, el margen de maniobra de Estados Unidos se reduce. Y manifiesta su temor de que si la Uni¨®n y sus miembros hacen otro tanto en los temas pol¨ªticos, lo que empezar¨¢ a reducirse es el gran desequilibrio de poder de que hoy disfruta Estados Unidos. Por eso pienso que la Uni¨®n Europea no s¨®lo debe, sino que tambi¨¦n puede hacerlo. Y en cuanto comience a actuar as¨ª otros muchos se sumar¨¢n a la tarea de reducir el gran desequilibrio.
Kissinger no deja las cosas ah¨ª. A?ade que a Estados Unidos le interesa una Uni¨®n Europea que, sin abdicar de sus responsabilidades internacionales para concentrarse en competir econ¨®micamente, tampoco asuma compromisos propios que le lleven a rivalizar con Washington. En otras palabras, una Uni¨®n Europea pol¨ªticamente subordinada a Estados Unidos. Kissinger avisa a la Uni¨®n Europea de que Estados Unidos no va a permanecer pasivo si ve que sus pol¨ªticas son cuestionadas y es claro hasta la amenaza cuando dice que algunos pa¨ªses europeos nunca aceptar¨ªan un progresivo alejamiento de Estados Unidos y pondr¨ªan antes en cuesti¨®n la unidad de la Uni¨®n Europea. Con lo que llegamos al fondo de la cuesti¨®n.
Javier Solana explic¨® recientemente que la Uni¨®n Europea no es una potencia militar, sino una potencia civil que se est¨¢
dotando de algunos elementos militares. As¨ª es. Pero, a mi modesto parecer, la cuesti¨®n clave a la hora de caracterizar el tipo de potencia que es la Uni¨®n Europea no reside en el contraste entre lo militar y lo civil. Reside en otra cosa. La pregunta que hay que hacerle a la Uni¨®n Europea es si es una potencia pol¨ªticamente independiente de Estados Unidos o si es una potencia pol¨ªticamente subordinada a Estados Unidos.
Dicho m¨¢s gr¨¢ficamente: ?es la Uni¨®n Europea capaz de decir 'no' a Estados Unidos? No se trata de que le tenga que decir 'no' por principio, ya que, en la mayor¨ªa de los casos, los intereses de la Uni¨®n y los de Estados Unidos son convergentes o pueden ser concertados. De lo que se trata es de que si, cuando eso no ocurre, la Uni¨®n Europea es capaz de decirle a Estados Unidos amistosamente: 'Bueno. Como no nos ponemos de acuerdo, t¨² aplicas tu pol¨ªtica y yo aplicar¨¦ la m¨ªa'.
Cuando le preguntaron esto, Solana respondi¨® que 's¨ª', que la Uni¨®n es capaz de decir 'no' a Estados Unidos. Yo me alegr¨¦ de o¨ªrlo y espero poder verlo, porque todav¨ªa no lo he visto. Y no ser¨¢ por falta de ocasiones. S¨®lo por citar una que clama al cielo y que va a marcar nuestro futuro en la Tierra, me referir¨¦ al conflicto israelo-palestino. ?No estamos en una situaci¨®n en la que resulta necesario que la Uni¨®n Europea diga 'no' a Washington y ofrezca otra pol¨ªtica m¨¢s esperanzadora para los palestinos y que abra una puerta de salida al pueblo jud¨ªo del camino oscuro en que se ha metido?
Carlos Alonso Zald¨ªvar es diplom¨¢tico.
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