Israel lanza un ataque masivo contra campos de refugiados palestinos
13 muertos y 200 heridos en el asalto a las ciudades cisjordanas de Nabl¨²s, Jen¨ªn y Bel¨¦n
Ofensiva sin precedentes sobre los campos de refugiados palestinos de Nabl¨²s, Jen¨ªn y Bel¨¦n. Tanques, helic¨®pteros y fuerzas de infanter¨ªa participan de manera coordinada en una operaci¨®n de limpieza que trata, seg¨²n portavoces del Ministerio de Defensa, de acabar con los 'santuarios del terror' en los territorios aut¨®nomos. Las milicias palestinas, d¨¦bilmente armadas y desorganizadas, tratan in¨²tilmente de frenar la avanzada. Anoche continuaban los combates. El n¨²mero de muertos se elevaba a 13 (uno de ellos un soldado israel¨ª) y el de heridos superaba los 200. La tregua es ya papel mojado.
El suicidio de una mujer bomba en un control del Ejercito israel¨ª cerca de la l¨ªnea verde desat¨® en la madrugada de ayer las iras del mando militar de Israel, a pesar de que se hab¨ªa saldado con s¨®lo tres heridos. Las fuerzas de infanter¨ªa, apoyadas por helic¨®pteros y blindados, invadieron el campo de refugiados de Balata (16.000 habitantes), de donde era originaria la kamikaze: Dalil Abu Isa, de 21 a?os, estudiante de Literatura Inglesa en la Universidad de An Naja, militante de las Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, soltera y con un novio con el que iba a casarse en breve.
El ataque sobre Balata, que desde hace meses hab¨ªa sido planificado en los cuarteles del Estado Mayor israel¨ª, se inici¨® antes del alba, para toparse desde el primer momento con la resistencia de las milicias palestinas, a las que se sumaron las fuerzas de seguridad de Yasir Arafat. Las refriegas y los enfrentamientos culminaron al mediod¨ªa con la toma de una escuela en el centro del campo, donde las fuerzas especiales trataban de dominar la zona, mientras el resto de los soldados trataban de localizar activistas y armas. Calle por calle, casa por casa, a las que ascend¨ªan no por las puertas, sino derribando los muros de separaci¨®n de los domicilios contiguos.
A la misma hora, las fuerzas israel¨ªes iniciaban otra ofensiva similar sobre el campo de refugiados de Jen¨ªn, con 1.500 habitantes, tambi¨¦n en Cisjordania. Las tropas dispararon indiscriminadamente sobre la poblaci¨®n civil, como lo demuestra la muerte de un hombre de 65 a?os y el gran n¨²mero de heridos, entre los que hubo mujeres y ni?os. En medio del caos y de la confusi¨®n se aseguraba que las tropas hab¨ªan dado orden a los refugiados de abandonar sus casas y salir de los campos, para poder actuar con mayor facilidad. Pero nadie se movi¨® de sus domicilios. En total, 1,3 millones de palestinos viven en los 27 campos de refugiados en Gaza y Cisjordania.
Por la tarde, tras 14 horas de enfrentamientos en Balata y Jen¨ªn, se sum¨® a la lucha Bel¨¦n. Las milicias de las Brigadas de los M¨¢rtires de al Aqsa, concentradas en el Centro Internacional de la Paz, en la plaza del Establo, frente a la Bas¨ªlica del Nacimiento, vestidas en traje de combate y empu?ando fusiles y morteros, lanzaron un ultim¨¢tum a las fuerzas israel¨ªes: 'Abandon¨¢is Nabl¨²s y Jen¨ªn o atacamos el asentamiento de Gilo', situado a las puertas de Jerusal¨¦n. Dos horas despu¨¦s, mientras los soldados prosegu¨ªan con la ofensiva, las milicias disparaban sobre ese asentamiento-barrio. Se abr¨ªa as¨ª, en menos de 24 horas, un tercer frente. 'Voy a vengar las muertes de mis hermanos en Balata', aseguraba Mohamed, enfundado en su traje de combate, mientras empu?aba un fusil de asalto M-16 y sub¨ªa a un veh¨ªculo para dirigirse al frente de Bel¨¦n.
Helic¨®pteros de combate
Minutos antes, de espaldas al Centro Internacional de la Paz, s¨ªmbolo del dos mil aniversario de Bel¨¦n, encarado a Gilo, rezar¨ªa su ¨²ltima plegar¨ªa, la del magreb o la del atardecer. Los helic¨®pteros de combate Apache llegaron a Bel¨¦n poco despu¨¦s, al anochecer, para bombardear los campos de refugiados de Dheisde y Aidha.
La diplomacia internacional, pilotada por Javier Solana, segu¨ªa impulsando incansable el ¨²ltimo experimento de paz: el llamado plan saud¨ª. Solana se entrevist¨® ayer con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en El Cairo. El lunes y el martes viajar¨¢ a Washington para reunirse con el presidente George W. Bush. Mientras, en Israel empiezan a escucharse las primeras voces de oposici¨®n al mismo. Portavoces del partido nacionalista Likud, liderado por Ariel Sharon, disienten oficiosamente del proyecto del pr¨ªncipe heredero saud¨ª. 'Es un suicidio para Israel: no podemos replegarnos a las fronteras del 67 y tampoco dejar en manos palestinas Jerusal¨¦n este', declar¨® un dirigente nacionalista.
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