Suelo pol¨ªtico

Muy cerca estuvo ayer ETA de conseguir su objetivo de asesinar a otro concejal socialista y a su escolta. El atentado se produjo el mismo d¨ªa en que el lehendakari Ibarretxe presid¨ªa en Gernika un acto en solidaridad con los concejales amenazados, del que estaban ausentes los representantes de PP y PSOE. En Navarra eran detenidos varios etarras, entre los que figura el presunto autor del asesinato de un concejal de Leitza en julio pasado. Todos los detenidos hab¨ªan sido miembros de Jarrai, rama juvenil del entramado que dirige ETA, y contaban con antecedentes de terrorismo callejero. La Audiencia Nacional ha confirmado la prisi¨®n de 12 dirigentes de Jarrai, asumiendo la hip¨®tesis del juez Garz¨®n sobre la naturaleza de ETA como una estructura de la que forman parte diversos organismos (Jarrai, Gestoras pro Amnist¨ªa), legales o alegales.

Todas esas noticias juntas hacen incomprensible que en Euskadi se discuta todav¨ªa si los partidos democr¨¢ticos pueden o no mantener acuerdos, o alcanzarlos en el futuro con el brazo pol¨ªtico de ETA. El socialista J¨¢uregui tiene raz¨®n al decirle al lehendakari que ya no basta con establecer unos principios ¨¦ticos respecto a la violencia; que es hora de trasladar esos principios al terreno pol¨ªtico; que la condena de los asesinatos, aunque se a?ada el adjetivo de 'contundente', es poca cosa cuando asistimos al intento sistem¨¢tico de eliminar a los rivales pol¨ªticos; que no se trata de preguntar a Batasuna si acepta el pluralismo, sino de sacar conclusiones de la evidencia de que no lo hace. Y de no condicionar la unidad de los dem¨®cratas contra ETA a la aceptaci¨®n por los dem¨¢s de los presupuestos ideol¨®gicos nacionalistas.

El 'suelo ¨¦tico' compartido de que habla Ibarretxe a prop¨®sito de los cr¨ªmenes de ETA deber¨ªa darse por supuesto. Mucho m¨¢s expresivos que las condenas contundentes son los actos pol¨ªticos: la materializaci¨®n de la ruptura con Lizarra en mociones de censura contra los alcaldes de Batasuna, el apoyo p¨²blico a las medidas judiciales -no pol¨ªticas, judiciales- contra el entorno de ETA, el abandono de Udalbiltza (asamblea de municipios) y dem¨¢s residuos de Lizarra, la retirada de las subvenciones a las organizaciones-pantalla de Batasuna. Sin eso, la solidaridad con los vascos no nacionalistas suena a hueco.