'Los pa¨ªses ricos hemos incumplido todas las promesas'
Federico Mayor Zaragoza (Barcelona 1934), que fue director general de la Unesco de 1987 a 1999, organiza hoy y ma?ana en la Ciudad Condal un 'foro mundial de redes de la sociedad civil' denominado Ubuntu (en suajili, comunidad, armon¨ªa), para coordinar esfuerzos hacia una globalizaci¨®n m¨¢s solidaria. Entre los participantes, Noam Chomsky, Rigoberta Mench¨², Danielle Mitterrand o M¨¢rio Soares. Asisten 80 ONG como Caritas Internationalis, Greenpeace, Interm¨®n Oxfam o Comunit¨¤ di Sant'Egidio. Hay apoyos del Instituto Tecnol¨®gico de Massachussets, la Universidad de Columbia y la London School of Economics.
Pregunta. ?Es el foro de redes una posdata de Porto Alegre?
Respuesta. Porto Alegre ha sido una respuesta clara de la sociedad civil, y culmina un proceso solidario iniciado en Seattle y prolongado en varias cumbres; en la de G¨¦nova qued¨® demostrado que la violencia s¨®lo engendra violencia, y de ah¨ª que el movimiento encarase Porto Alegre para encauzar propuestas pac¨ªficas de ordenamiento democr¨¢tico del planeta. Pero Porto Alegre, como todo, acaba olvid¨¢ndose. Por eso Ubuntu aspira a constituirse en un foco que mantenga una coordinaci¨®n de esa corriente de vida. Y Ubuntu tiene ventajas: puede representar, mediante Internet, a los millones y millones de personas que no tienen acceso a la red. El movimiento mundial por otra globalizaci¨®n es muy diverso, pero puede reflexionar sobre qu¨¦ tienen en com¨²n las organizaciones que lo integran. Y, sobre todo, puede y debe elaborar propuestas.
'Un 40% de la humanidad nunca ha podido hacer una llamada telef¨®nica'
'Estamos en una econom¨ªa de guerra, y no hay econom¨ªa de guerra sin guerra'
P. Pero parece que EE UU, tras el 11 de septiembre, no est¨¢ por la labor de o¨ªr propuestas que no sean de apoyos b¨¦licos.
R. Ese endurecimiento viene de antes: desde los a?os ochenta EE UU se ha negado a firmar o ratificar acuerdos internacionales que podr¨ªan desembocar en un mundo m¨¢s democr¨¢tico, y cort¨® los fondos para instituciones como la Unesco. Y con la desaparici¨®n de la URSS, queda clara la ambici¨®n de poder omn¨ªmodo del G-7 [los pa¨ªses m¨¢s industrializados]. Incluso el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial se han revelado instrumentos del G-7. Pero creo que ahora, tras el 11 de septiembre, EE UU necesita m¨¢s que nunca saber que los amigos deben criticarle. Europa es aliada de EE UU, pero por eso mismo tiene que disentir: un amigo es el que te dice las cosas. No podemos consentir que una potencia hable de democracia moral y que en realidad quiera que el planeta funcione como una oligocracia internacional. El mejor tributo que podemos rendir a las v¨ªctimas de Nueva York es precisamente hacer visible la realidad de un mundo que quiere cambiar.
P. ?Hay cabida para un cambio de rumbo socioecon¨®mico?
R. Es el momento. Justamente porque estamos sumergidos, desde el 11 de septiembre, en una econom¨ªa de guerra: y lo terrible es que no hay econom¨ªa de guerra sin guerra. Todos, poderosos o no, sabemos que la guerra no arregla nada. Hoy el disentimiento no es s¨®lo posible, sino una exigencia ¨¦tica. Hay que volver al esp¨ªritu l¨²cido que hizo que, al acabar la II Guerra Mundial, todos los pa¨ªses decidieran trabajar juntos. Los pa¨ªses ricos hemos incumplido todas las promesas de desarrollo que hicimos a los pa¨ªses pobres. La ONU debe ser el instrumento de regeneraci¨®n de ese fracaso.
P. ?Es regenerable una ONU maniatada?
R. La ONU, evidentemente, requiere una refundaci¨®n: debe ver reforzados incluso sus mecanismos militares para garantizar el cumplimiento de la justicia. La ONU debe poder hacer realidad la abolici¨®n de la pena de muerte, la constituci¨®n de un Tribunal Internacional, y el respeto a los acuerdos internacionales en materia de medio ambiente: EE UU tiene que cambiar su oposici¨®n sistem¨¢tica a todos esos objetivos, que simplemente son propios del respeto a los derechos humanos. La ONU debe poder coordinar el esfuerzo colectivo de una aut¨¦ntica pol¨ªtica mundial de desarrollo, focalizada en un plan estricto.
P. Ubuntu tiene en Barcelona como uno de sus temas fundamentales la gobernabilidad democr¨¢tica de la globalizaci¨®n. ?Por d¨®nde se empieza eso?
R. Creo que el trabajo de coordinaci¨®n entre redes solidarias proporcionar¨¢ evidentes resultados. No se trata de ser ut¨®picos, sino de ver que el fracaso del siglo XX ha sido precisamente el de la fuerza. Alardeamos del progreso t¨¦cnico, pero realmente un 40% de la humanidad no ha podido nunca hacer una llamada telef¨®nica. Ubuntu se?ala que, si hablamos de globalidad, ya estamos mirando a los dem¨¢s y hablando con la gente. Democracia es tener en cuenta a los dem¨¢s. Internet nos da esa oportunidad, porque puede ser un foro de foros, algo que acabe con el silencio y permita ver que, como se dijo colectivamente en Porto Alegre, otro mundo es posible.
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