El ¨²nico Rimbaud: del arte a la vida
De los tres grandes poetas de la literatura francesa moderna, seguramente sea Arthur Rimbaud (1854-1891) el que, junto a Baudelaire y Mallarm¨¦, haya ejercido una influencia m¨¢s decisiva: es a la vez punto de llegada y de partida, el ejemplo de una vida en movimiento incesante. Las n¨®minas de sus proclamados sucesores, tanto literarios como vitales, unas m¨¢s leg¨ªtimas que otras, son tan amplias como ir¨®nicas y discutibles. ?Qui¨¦n, pasados ya m¨¢s de cien a?os de su muerte, no ha dejado de reclamarse bajo el poder tutelar de su figura? Evidentemente muy pocos, casi nadie desde la generaci¨®n beat y el mundo de la contracultura de los a?os sesenta hasta llegar a cantantes como Bob Dylan, Jim Morrison y Patti Smith, pasando por una bater¨ªa interminable de escritores reconocidos: desde Henry Miller a Delmore Schwart, desde Pound y Beckett a Robert Lowell y Ginsberg, y entre medias nombres tan dis¨ªmiles como Picasso, Breton, Camus, Cocteau o el mism¨ªsimo Paul Claudel. Seguir adelante con la lista de personalidades influidas e influyentes ser¨ªa casi una temeridad interminable. Sin la menor duda, Rimbaud ten¨ªa raz¨®n cuando proclam¨® en uno de sus m¨¢s c¨¦lebres versos: 'Yo es otro'.
RIMBAUD
Graham Robb Traducci¨®n de Daniel Aguirre Oteiza Tusquets. Barcelona, 2001 548 p¨¢ginas. 23,44 euros
Todo esto llama poderosamente la atenci¨®n si tenemos en cuenta que, como reconoce Graham Robb en su introducci¨®n a esta espl¨¦ndida e impagable biograf¨ªa, Rimbaud era, salvo para muy pocos, pr¨¢cticamente un desconocido en el momento de su muerte. Sin embargo, y esto es lo parad¨®jico y desconcertante, 'ha sido una de las figuras que han ejercido una influencia m¨¢s destructiva y liberadora en la cultura del siglo XX. ?l fue el primer poeta en crear un m¨¦todo cient¨ªficamente veros¨ªmil para cambiar la naturaleza de la existencia, el primero en vivir una aventura homosexual como modelo de transformaci¨®n social y el primero en rechazar los mitos de los que todav¨ªa depende su reputaci¨®n'. Partiendo de aqu¨ª, de esas transformaciones y rechazos que Graham Robb asume decididamente en su trabajo, asistimos al crecimiento progresivo de una biograf¨ªa capaz de mostrarnos un Rimbaud posible, en el que vida y obra son una ¨²nica cosa. Es una seria tentativa por alejarse de especulaciones e implicaciones existenciales y literarias tomadas por separado, de esa obstinada idea de que una cosa es la vida y otra la obra de Rimbaud, y tambi¨¦n, por encima de otra divisi¨®n demasiadas veces impertinente, intenta desechar la existencia de un antes y un despu¨¦s a partir del momento en que, m¨¢s o menos con 20 a?os, Rimbaud deja de escribir y parte hacia otras latitudes, convirti¨¦ndose en 'un comerciante extraordinario', y lo que es m¨¢s llamativo, con 'un gran futuro ante s¨ª', si tenemos en cuenta los beneficios m¨¢s que respetables conseguidos en sus transacciones comerciales.
Robb se decide por una mirada
de conjunto, por dar cuenta de una vida de y en acci¨®n, donde la poes¨ªa y la escritura forman parte integrante del acto mismo del movimiento. En nadie como en Rimbaud aparece una obra tejida sobre la misma tela de la vida, son una misma continuidad, incluso una anticip¨¢ndose a la otra, casi proclamando su futuro. El inventario existencial y espiritual que aparece en los textos de Iluminaciones o de Una temporada en el infierno, con su carga literaria y vital, vienen a reafirmar esta premisa, son testimonio suficiente. Esta biograf¨ªa se atreve con el cuadro completo, con las correspondencias y con las anticipaciones, incluso las impalpables, con las l¨ªneas de fuerza visibles y subyacentes que parecen haber gobernado una vida y una obra incluso contra s¨ª mismas. Viene a proclamar que s¨®lo hubo y hay un Rimbaud, y contesta a esa pregunta que todo lector consciente y responsable no tiene m¨¢s remedio que hacerse: tras m¨¢s de un siglo de su muerte, tras la importante procesi¨®n de bi¨®grafos, traductores, cr¨ªticos y hagi¨®grafos (sobre todo de estos ¨²ltimos) que durante a?os han difundido su vida, su obra y sus mitos, y cuando parec¨ªa que cualquier adjetivo era apropiado para definir al hombre o al poeta (Rimbaud el maldito, el simbolista, el bolchevique, el burgu¨¦s, el pervertido, el profeta, el m¨ªstico, el ladr¨®n, el asesino, el vidente...), ?todav¨ªa era posible y necesaria una nueva biograf¨ªa, otra m¨¢s, sobre un poeta que dej¨® de escribir con tan s¨®lo 20 a?os?
Despu¨¦s de leer este Rimbaud de Graham Robb, la respuesta no puede ser otra: desde luego que s¨ª. Solamente despu¨¦s de ser conscientes de la densidad y el alcance de esta biograf¨ªa, que disuelve la perezosa ambici¨®n de los fabricantes de mitos, del romanticismo y los malentendidos, que encara sin tapujos ni incomodidades una certera visi¨®n de los hechos (que se recomienda al lector descubrir y asimilar por s¨ª mismo), llegaremos indudablemente a la misma conclusi¨®n a la que llega su autor: que el Rimbaud que vamos a descubrir no es el que esper¨¢bamos encontrar. Es la suma de todos los anteriores, de la naturaleza veraz de sus cartas, de nuevas investigaciones e informaciones verificables que el tiempo ha dejado crecer, tanto como al mismo Rimbaud, a cuyo desarrollo intelectual podremos acercarnos, y que nada tiene que ver con el final de su escritura po¨¦tica. Adem¨¢s de la amena y bien escrita biograf¨ªa misma, m¨¢s f¨¢cil de leer que muchas otras, incluso en muchos momentos veloz como un libro de intriga, accederemos a trav¨¦s de sus ap¨¦ndices a luminosas ilustraciones, a un ¨¢rbol familiar, a una antolog¨ªa de poemas, a una cronolog¨ªa de acontecimientos hist¨®ricos de Francia y ?frica decisivos en la vida del poeta, a mapas, profusas notas y a una inestimable bibliograf¨ªa. Esta magn¨ªfica biograf¨ªa no nos proporciona tanto respuestas como preguntas y cuestiones indeclinables, a las que el lector encontrar¨¢ soluci¨®n siguiendo el completo y expl¨ªcito desarrollo de la continuidad existencial y literaria que fue, y que es, sin falsificaciones ni visiones legendarias, la vida de Arthur Rimbaud, sin duda fruto de su tiempo. Aqu¨ª no encontraremos juicios sino hechos hablando por s¨ª mismos, al hombre a la misma altura que el adolescente poeta, a Rimbaud en su totalidad.
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