El falso Mohamed
Un actor canario finge ser marroqu¨ª para actuar en una pel¨ªcula, pero lo despiden al descubrir la treta
Harto del paro, Salvador Quesada, un actor canario de 35 a?os, se dijo hace unos meses: 'No tengo nada que perder, as¨ª que all¨¢ voy'. Y se fue al casting de la pr¨®xima pel¨ªcula de Chus Guti¨¦rrez, Poniente, disfrazado de marroqu¨ª. Se hab¨ªa enterado de que la directora de Sexo oral buscaba actores de Marruecos para algunas escenas y, tras mirarse al espejo, concluy¨® que la treta pod¨ªa salir bien. Al entrar en la sala del casting se present¨® hablando con acento falso: 'Hola, me llamo Mohamed. ?Es aqu¨ª d¨®nde buscan actores ¨¢rabes?'.
'?Qu¨¦ pod¨ªa hacer? Aqu¨ª s¨®lo trabajan los famosos, y, que yo sepa, Robert de Niro tambi¨¦n consigui¨® un papel as¨ª', explic¨® la semana pasada en el parque del Retiro. Quesada guardaba varios ases en la manga para que su Operaci¨®n Mohamed fructificase: su tez morena y que meses antes de presentarse al casting hab¨ªa trabajado en una obra de teatro titulada Pasajeros, en la que interpretaba a un ¨¢rabe, Hassan, que llegaba a Espa?a en patera. 'La verdad, yo ese papel me lo curr¨¦. Hab¨ªa estado ya en bastantes pa¨ªses ¨¢rabes y cog¨ª el acento, y mezclaba ese acento con verdaderas palabras ¨¢rabes. As¨ª que el p¨²blico se pensaba que yo era de verdad marroqu¨ª. Y si el p¨²blico de una obra de teatro cre¨ªa que era marroqu¨ª, ?por qu¨¦ no los directores de casting?', se pregunt¨®..
As¨ª que Salvador se person¨® en la prueba present¨¢ndose como Mohamed y con las ropas de Hassan: llevaba puestos la chaqueta, el pantal¨®n y el gorro con los que actu¨® en Pasajeros.
Hubo una primera prueba en que Salvador, hablando todo el tiempo un espa?ol voluntariamente torpe (aunque casi impecable desde el punto de vista gramatical) tuvo que rodar varias escenas para una videoc¨¢mara. Y pas¨®. 'Me pidieron un curr¨ªculo, se lo di, y un n¨²mero de tel¨¦fono, y se lo di, claro. Me dijeron que ya me llamar¨ªan'.
Para prevenir posibles malentendidos (y echar al traste todo el empe?o), Salvador dej¨® apuntado en la puerta de la nevera del piso que comparte que si alguien preguntaba por Mohamed, Mohamed era ¨¦l.
Pasaron cerca de tres meses. Salvador casi se hab¨ªa olvidado de la historia. Hab¨ªa trabajado durante este tiempo en fiestas infantiles como animador. Y un d¨ªa, esperando en la cola de la ventanilla de un banco, son¨® su tel¨¦fono m¨®vil:
-?Diga? (con acento espa?ol)
-?Mohamed?
-?Qu¨¦? (con acento espa?ol todav¨ªa)
-Que si est¨¢ Mohamed. Llamo de la productora de Poniente.
Salvador cay¨® por fin y cambi¨® mete¨®ricamente el acent¨®.
-Ah, s¨ª, s¨ª, dime, dime.
Las tomas de v¨ªdeo de Salvador-Mohamed hab¨ªan gustado a la directora. Le llamaban para una segunda prueba.
'Yo ya no me acordaba. Los del banco alucinaban cuando me oyeron hablar con acento marroqu¨ª, pero, claro, ten¨ªa que seguir. ?Qu¨¦ pod¨ªa perder?'.
Le mandaron un fax con el texto del papelito que deb¨ªa rodar, todav¨ªa en v¨ªdeo. ?l interpretaba a un marroqu¨ª que se enfrentaba en Almer¨ªa al due?o de un invernadero que explotaba a sus trabajadores. Lo hizo. Lo hizo bien. Y Chus Guti¨¦rrez lo acept¨®.
'Yo ten¨ªa intenci¨®n de llegar hasta el final, entre otras cosas porque ya no pod¨ªa echarme atr¨¢s', relata el actor. Pero surgi¨® un problema. La productora, una vez aceptado Mohamed (Salvador), le pidi¨® que ensayara, un par de d¨ªas despu¨¦s, con un actor marroqu¨ª.
'Y aqu¨ª me vine abajo. Yo enga?o al p¨²blico del teatro, a los de la productora, a Chus Guti¨¦rrez. Pero a un actor marroqu¨ª no hab¨ªa manera. ?Qu¨¦ hubiera pasado si me habla en ¨¢rabe, si me saluda siquiera en ¨¢rabe? Deb¨ªa decir la verdad', a?ade.
Y aquel mismo d¨ªa intent¨® conectar con Chus Guti¨¦rrez. Le dijeron que estaba muy ocupada, en Almer¨ªa. Que si era muy importante.
-S¨ª, s¨ª, s¨ª. Es muy importante -respond¨ªa Salvador con acento de Mohamed.
Chus Guti¨¦rrez le llam¨® por fin por tel¨¦fono. Todav¨ªa con acento ¨¢rabe, Salvador empez¨® a explicarse:
-Mira, es que yo tengo una cosa que decirte, y es que... , pues que no soy marroqu¨ª, que soy canario, que estaba en el paro y necesitaba el papel.
La directora se qued¨® tan sorprendida que le pidi¨® 30 minutos para reflexionar. Al cabo de los cuales volvi¨® a llamar a Salvador. Le explic¨® que era un excelente actor, pero que ella ped¨ªa actores ¨¢rabes. Que no era posible. Que lo sent¨ªa.
-Yo no lo entiendo mucho, pero lo respeto, claro -dice Salvador.
La directora confiesa que con la treta del actor canario se sinti¨® 'gratamente estafada'. 'Es en verdad un gran actor, con gran sentido del humor, pero no pod¨ªa contratarle', a?ade.
Desde entonces, Salvador sigue buscando trabajo. Se acuerda de Robert de Niro: 'Me han contado que ¨¦l, en Malas calles, se hizo pasar por drogadicto para conseguir un papel. A ¨¦l le sali¨® y mira d¨®nde est¨¢. ?Qu¨¦ pod¨ªa perder yo?'.
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