Una exposici¨®n muestra la escultura vanguardista espa?ola de la mano de Gargallo, Gonz¨¢lez y Hugu¨¦
Tres escultores en Par¨ªs. Con este t¨ªtulo, la Fundaci¨® Caixa de Sabadell muestra a trav¨¦s de 31 esculturas y 19 dibujos tres maneras distintas de tratar el espacio. Los escultores catalanes Pau Gargallo, Juli Gonz¨¢lez y Manolo Hugu¨¦ coincidieron en Par¨ªs a principios del siglo XX y participaron en la creaci¨®n de un nuevo lenguaje, una nueva manera de entender las obras tridimensionales: aportaron el vac¨ªo a sus esculturas.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n Pau Gargallo, Juli Gonz¨¢lez y Manolo Hugu¨¦? Los tres se formaron en Barcelona; coincidieron en Par¨ªs, hacia 1903, cuando ninguno de ellos superaba los 30 a?os; fueron amigos de Picasso; vivieron la euforia modernista; participaron en la creaci¨®n del movimiento vanguardista e intentaron responder con la escultura a la pregunta de su ¨¦poca: ?c¨®mo integrar la raz¨®n a la vida? A partir de ah¨ª, y seg¨²n la comisaria de la exposici¨®n, Marisa Oropesa, nada tiene que ver el uno con el otro, porque cada 'uno esculpe como siente'.
Gargallo (Saragossa, 1881- Reus, 1934) justifica as¨ª su est¨¦tica en el hierro: 's¨ªntesis, exigencia, amplitud y libertad'. Arlequines, bailarinas, cantantes y otros personajes circenses se convierten en caricaturas, en m¨¢scaras huecas recortadas en chapa, de la mano de este escultor. Juli Gonz¨¢lez (Barcelona, 1876-Arcueil, 1942) es hijo de orfebres y artesanos, su ¨²nica formaci¨®n son las clases nocturnas en la Escuela de Arte de Barcelona. Hipersensible y solitario, da un nuevo valor al hierro, como ¨¦l mismo escribe: 'la edad del hierro empez¨® hace siglos para desgraciadamente proporcionar armas, algunas de ellas muy bonitas. Ya es hora que este material deje de ser mort¨ªfero y un simple instrumento de una ciencia demasiado mec¨¢nica: la puerta est¨¢ abierta hoy para que este material penetre en el mundo del arte y pueda ser forjado por las manos pac¨ªficas de los artistas'.
Fue trabajando como soldador en los talleres de autom¨®viles de Renault, donde Gonz¨¢lez aprendi¨® la soldadura aut¨®gena, t¨¦cnica determinante en la escultura de hierro. Seg¨²n Oropera, 'en uno de sus pocos momentos de debilidad, Picasso reconoci¨® que fue Gonz¨¢lez el que le hab¨ªa ense?ado a esculpir'. Gonz¨¢lez es el que m¨¢s se acerca al arte abstracto y el que m¨¢s sufrimiento transmite en sus obras y en sus m¨¢scaras vac¨ªas.
Hugu¨¦ (Barcelona, 1872-Caldes de Montbui, 1945) es todo lo contrario de Gonz¨¢lez, desde los 10 a?os estudia en la Llotja y afirma: 'Una obra tiene que ser viviente. La vida es una obra de arte. El arte no es una cosa esencial, y yo no necesito hacer esculturas para ser el hombre que soy'. Efectivamente, sus obras, esculturas redondas, casi mesopot¨¢micas, vibran. Bailes populares, toreros, animales y figuras femeninas en piedra calcaria, bronce y terracota forman parte de la obra del m¨¢s subversivo y ecl¨¦ctico de los tres escultores catalanes.
Las obras que muestra en la exposici¨®n provienen, en su mayor¨ªa, de colecciones particulares de Espa?a y Francia. Seg¨²n la comisaria de la exposici¨®n, abierta hasta el 17 de marzo, el objetivo ha sido conseguir congregar a los tres escultores, 'nunca antes se hab¨ªa hecho', en una muestra '¨ªntima, sin estridencias ni obras demasiado grandes que destaquen sobre las otras'.
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