'?xtasis' mortal
Mientras no sean legalizadas las drogas se multiplicar¨¢n las muertes por sobredosis. Mientras la informaci¨®n sobre los efectos del estupefaciente no sea completa se mantendr¨¢ su mitificaci¨®n. La primera premisa es dif¨ªcil de cumplir sin amplio acuerdo internacional, pero ambas est¨¢n estrechamente relacionadas.
Todav¨ªa ayer los an¨¢lisis de toxicolog¨ªa se ocupaban en desentra?ar qu¨¦ sustancias provocaron la muerte de los dos j¨®venes en la multitudinaria fiesta de m¨²sica electr¨®nica de M¨¢laga. En los an¨¢lisis hist¨®ricos del ¨¦xtasis se ha hallado tal diversidad de ingredientes y en tan cambiantes proporciones que el consumidor est¨¢ expuesto a cualquier percance imprevisible. Pero ?c¨®mo no tener en cuenta que la aventura y hasta la temeridad es parte inseparable de las noches rave, de m¨²sica y droga?
La muerte de los dos j¨®venes puede aceptarse como un accidente y el padre de uno de ellos la ha calificado incluso de asesinato. Bajo una u otra consideraci¨®n permanece, no obstante, la causa decisiva del notable consumo de drogas, incluido el alcohol, entre la juventud. Con el prop¨®sito de mitigar las desgraciadas consecuencias y hasta para disuadir del consumo de estupefacientes, algunas ONG crearon puntos de informaci¨®n en los vest¨ªbulos de las discotecas catalanas. No parece que el resultado fuera plenamente satisfactorio, pero la informaci¨®n posee el efecto de imbuir consciencia al acto del consumo y restar misterio a la pastilla.
Pero, a la vez, ?qu¨¦ frontera puede trazarse hoy entre los productos que se compran en la clandestinidad y los incontables psicotropos que expenden en la farmacia? Quien dispone de un m¨¦dico laxo no necesita a un camello. Mientras las drogas no se legalicen a?adir¨¢n a su efecto bioqu¨ªmico la apuesta por situarse en un m¨¢s all¨¢ prohibido. Pero mientras la legalizaci¨®n no llega, la informaci¨®n, por todas partes, en la escuela y fuera de ella, puede contribuir a desmitificar la aventura de drogarse y la excitaci¨®n de la temeridad.
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