El disparador del coleccionista
Escribi¨® Lemagny que el coleccionista de fotograf¨ªas se diferencia de otros en su forma de participar de la continuidad del acto fotogr¨¢fico, porque lo suyo es la consecuci¨®n de una actividad de la misma naturaleza. Para ¨¦l, el hecho de coleccionar fotograf¨ªa contin¨²a la aventura de quien aprieta el disparador, de su b¨²squeda: 'Hacerles decir a las fotograf¨ªas algunas verdades sobre nuestra sensibilidad hacia el mundo'. Con este mismo esp¨ªritu, y con vocaci¨®n de fomentar esta suerte de coleccionismo -especialmente en Espa?a y Portugal, desde 1950 hasta nuestros d¨ªas-, recientemente se ha puesto en marcha, en Barcelona, un interesante proyecto: la Fundaci¨®n Foto Colectania, una entidad privada que pretende aportar una rigurosa visi¨®n sobre la especialidad no de una manera sesgada, sino como un sistema que contempla simult¨¢neamente lo p¨²blico y lo privado, las actividades muse¨ªsticas y galeristas, sin perder de vista la pasi¨®n individual de quienes se introducen en este universo. Para ello parte de una base de 2.000 fotos realizadas por unos treinta autores que est¨¢n a disposici¨®n de los usuarios en la biblioteca de su sede o, volcadas en la red, en una p¨¢gina en construcci¨®n (www.colectania.es). Tambi¨¦n cuenta con una sala de exposiciones que pretende convertirse en un escenario pluridisciplinar receptor de actividades tales como cine, v¨ªdeo, literatura o la edici¨®n.
PAISAJES CONTEMPOR?NEOS
Colecci¨®n Helga de Alvear Fundaci¨®n Foto Colectania Juli¨¢n Romea, 6, D2. Barcelona Hasta el 30 de marzo
En este ¨²ltimo espacio se ha colgado la muestra Paisajes contempor¨¢neos de la colecci¨®n Helga de Alvear, comisariada por Lola Garrido Armend¨¢riz; se trata de un recorrido a trav¨¦s de una selecci¨®n de 35 fotos, s¨ªntesis de la producci¨®n de una serie de autores contempor¨¢neos de referencia, que desarrollaron su actividad en el cap¨ªtulo de unas est¨¦ticas que marcaron las tendencias de las ¨²ltimas d¨¦cadas del pasado siglo. Desde artistas cuya obra est¨¢ fuertemente influida por ideas de la escuela de D¨¹sseldorf -con fotos de la pareja Hilla y Bernd Becher- hasta arquetipos del posmodernismo cr¨ªtico americano, como Cindy Sherman. Algunos de los materiales expuestos nos traen a la memoria los or¨ªgenes de fot¨®grafos que, a estas alturas, poco tienen que ver con lo m¨¢s conocido de su obra posterior (el caso de un autorretrato de Mapplethorpe, fechado en 1973). Otras, por el contrario, sostienen la forma de hacer de sus autores, definitorias de la est¨¦tica de una singular trayectoria: Rodney Graham (y su serie de ¨¢rboles invertidos, Flanders Trees, 1989), Tracey Moffatt (Something, More # 1, 1989), Meret Oppenheim (La pareja) o la caja de luz de Jeff Wall (The Jewish Cementery, 1980). En conjunto, una congruente selecci¨®n de una no menos congruente colecci¨®n que evidencia aquello de que 'cada imagen debe de encontrar el lugar de su incardinaci¨®n y su reposo'.
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