Elecci¨®n de m¨¦dico

Al fin he comprendido de qu¨¦ se trata ese tan cacareado decreto. Tras m¨¢s de 15 a?os con mi m¨¦dico, con el cual he conseguido importantes lazos de empat¨ªa, hasta de amistad, resulta que, de pronto, recibo en mi domicilio una misiva del SAS asign¨¢ndome un nuevo galeno. O sea, que se trataba de que usted, se?or Vallejo, es qui¨¦n me elige el m¨¦dico de cabecera libremente. Much¨ªsimas gracias, me evita el tener ni siquiera que plante¨¢rmelo, un problema menos en qu¨¦ pensar. Cuando requiera de la asistencia de alg¨²n especialista, ?qu¨¦ debo hacer? ?Enviarle una carta y esperar su respuesta con la elecci¨®n pertinente?

Por cierto, mi hermano fue el otro d¨ªa a su m¨¦dico y resulta que no est¨¢ en el listado que obraba en manos del facultativo. ?l todav¨ªa no ha recibido 'su' elecci¨®n. ?Qu¨¦ demora tiene el proceso? ?Cu¨¢ndo sabr¨¢ qu¨¦ m¨¦dico le ha elegido usted?

Simplemente ratificarme en mi gratitud y ampliarla a su magn¨ªfica gesti¨®n de las listas de espera, masificaci¨®n del SAS, la alegr¨ªa que transmiten los trabajadores a su cargo, etc.