RTVV: del secreto al enga?o
Resulta tan decepcionante la estrategia pol¨ªtica del director general de RTVV como c¨®mplice la actitud de sus compa?eros de partido en el consejo de administraci¨®n de RTVV. Su af¨¢n por hurtar sistem¨¢ticamente al consejo de administraci¨®n del ente p¨²blico la informaci¨®n sobre las materias de su competencia, para que ¨¦ste no pueda ejercer su leg¨ªtimo control, sit¨²a ir¨®nicamente a los consejeros elegidos a propuesta del Partido Popular en un gueto compartido con los que est¨¢n en el secreto de los secretos y les empuja a callar o cuando hablan, a enga?ar a los dem¨¢s. Aunque la desaz¨®n sea comprensible, deberemos adoptar una actitud serena.
En el consejo de administraci¨®n de RTVV, el PP, a trav¨¦s de sus consejeros, apoya la reclamaci¨®n del director general de un espacio de opacidad para todas las relaciones contractuales de RTVV y sus sociedades -TVV y RAV-; el PP ampara la ocultaci¨®n de los datos financieros y contables que permitir¨ªan el conocimiento, en tiempo y forma, de las p¨¦rdidas y ganancias de Radiotelevisi¨®n Valenciana, y se resiste sistem¨¢ticamente a la transparencia informativa tanto de los negocios como de los planes estrat¨¦gicos, si los hubiere. Esta reserva informativa que encripta al director general y a los directores de la radio y de la televisi¨®n est¨¢ directamente relacionada con la utilizaci¨®n del secreto por los que est¨¢n en el secreto como t¨¦cnica de poder, e impide el avance democr¨¢tico de una instituci¨®n al edificarse ¨¦sta sobre la ocultaci¨®n. Esto a?ade una pauta de enga?o a la opini¨®n p¨²blica que espera de las instituciones democr¨¢ticas transparencia y debate para encauzar sus conflictos. Porque el avance democr¨¢tico de una sociedad o de una instituci¨®n est¨¢ en relaci¨®n inversa a las zonas de secreto que su gobierno y gestores pueden impunemente conservar, como bien se?ala M. Castells en La era de la informaci¨®n.
La transparencia que los ciudadanos exigen a trav¨¦s de sus representantes en la Comisi¨®n de Control de RTVV en las Cortes Valencianas y en el consejo de administraci¨®n del ente publico resulta negada demag¨®gicamente por el director general del ente, atribuyendo la demanda a una intencionalidad de perjudicar a RTVV. Como si la opacidad y desinformaci¨®n fueran atributos positivos que benefician la gesti¨®n de Radiotelevisi¨®n Valenciana y quien la dirige. Con este falseamiento Jos¨¦ Vicente Villaescusa elude su responsabilidad pol¨ªtica, porque, de aceptarla, le conducir¨ªa inexorablemente a presentar su dimisi¨®n o aceptar su cese, tantas veces demandado por los miembros del consejo de administraci¨®n reclamantes de la transparencia.
La decisi¨®n de proteger con el secreto los contratos para la producci¨®n de programas, los contratos para la prestaci¨®n de servicios, los contratos sobre los derechos de retransmisi¨®n de acontecimientos deportivos o los contratos de personal fuera de plantilla, no est¨¢ relacionada con la defensa de la competencia mercantil y los intereses de RTVV, como afirma el director general. ?Qu¨¦ intereses? La privacidad formal y del contenido de estos contratos est¨¢ garantizada por ley en las instituciones democr¨¢ticas competentes para el control de RTVV. Negar los contratos a los consejeros es una irresponsabilidad grave, se?alada involuntariamente por la propia portavoz del Gobierno valenciano, Alicia de Miguel, al remitir, en unas recientes palabras, al consejo de administraci¨®n como ¨¢mbito competente para disponer de dichos contratos. Apelar sistem¨¢ticamente, como hace el director general, a que las peticiones de informaci¨®n, estudio y debate formuladas por los consejeros de RTVV no son pertinentes, siendo as¨ª que la Ley de Creaci¨®n de RTVV atribuye al consejo de administraci¨®n la competencia para velar por el cumplimiento de lo dispuesto en esta ley, no es sino atentar contra uno de los pilares de la democracia, el derecho a la informaci¨®n imprescindible para el ejercicio de las competencias plenas de los consejeros de este ¨®rgano colegiado. Con ello se impide el funcionamiento democr¨¢tico y se practica una voluntad de dominaci¨®n que inevitablemente se edifica sobre el enga?o.
Con estas pr¨¢cticas se tensan las relaciones, se consigue lijar la intelocuci¨®n, se quiebra la posibilidad de acuerdo en el seno de este ¨®rgano directivo y colegiado que ostenta, por el modo de elecci¨®n de sus miembros, la representaci¨®n de las Cortes Valencianas, y se reduce a tabula rasa la democracia interna de la instituci¨®n con lo que ello afecta a la ra¨ªz de la confianza p¨²blica en la misma.
En un entorno de afinidades pol¨ªticas, amistades e intereses de Eduardo Zaplana y del Partido Popular, el director general de RTVV rehusa aceptar su responsabilidad pol¨ªtica. Se niega a dar cuenta de sus actos, (omisiones y enga?os) en los ¨¢mbitos donde ejerce la representaci¨®n de RTVV, en un intento de reducir a los t¨¦rminos de una contienda partidista lo que en realidad es un triste d¨¦ficit democr¨¢tico en el consejo de administraci¨®n de RTVV. Los ciudadanos, en cierto modo anonadados (no por ignorancia, sino por el examen de informaciones contrastadas que evidencian el d¨¦ficit democr¨¢tico de esta instituci¨®n) hacen aflorar progresivamente sentimientos de desconfianza en las instituciones y, a veces, temor e ira. Todos estos sentimientos operan cuando los individuos se sienten s¨²bditos en vez de ciudadanos, dependientes de un gobierno autoritario percibido por encima de la ley, como se refleja en el modelo del PP. Sin embargo, tienen raz¨®n los ciudadanos cuando se reclaman sujetos libres y responsables del bien p¨²blico. Es extravagante pensar que los individuos no sean capaces de ejercer sus derechos y deberes ciudadanos y de exigir claridad y transparencia a sus instituciones. Nada impide a la sociedad dotarse de mecanismos participativos en demanda de responsabilidad a los dirigentes pol¨ªticos por la enorme devaluaci¨®n democr¨¢tica de las instituciones que gobiernan y gestionan por mayor¨ªa absoluta. La experiencia muestra que quien se pliega a presiones inconfesables para propiciar zonas de opacidad en beneficio del poder, acaba pag¨¢ndolo, al menos, en las urnas.
Marina Gilabert Aguilar es vicepresidenta del consejo de administraci¨®n de RTVV.
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