Europa, desde la izquierda
A estas alturas, decir que vivimos en un mundo globalizado en el que conviven peligros ya conocidos con nuevas amenazas, como la globalizaci¨®n del terrorismo, no es decir nada nuevo. Pero es esta realidad la que convierte en imprescindible la hasta ahora necesaria reforma de los viejos Estados-naci¨®n. Una reforma orientada hacia un ejercicio eficaz de sus responsabilidades a trav¨¦s de la transferencia de competencias que, hoy por hoy, s¨®lo pueden desarrollarse en plenitud en otros niveles de gobierno, bien hacia arriba, bien hacia abajo. Pero, adem¨¢s, si el objetivo que compartimos desde la izquierda es el de democratizar la globalizaci¨®n, ¨¦ste dif¨ªcilmente ser¨¢ alcanzable sin la articulaci¨®n de espacios regionales supranacionales, con intereses e identidades civilizadoras compartidas, dentro de la diversidad cultural.
Los socialistas hemos de profundizar en nuestro compromiso con un futuro federal para Europa
La Declaraci¨®n de Laeken recoge que Europa se encuentra en una verdadera encrucijada. Debe elegir entre aferrarse a lo conocido, a conservar lo existente, que la condenar¨ªa a tener un papel residual en el mundo, o apostar por una opci¨®n valiente y ambiciosa, que no es otra que la de la Europa federal, la de la cohesi¨®n interna y de la solidaridad externa, con instituciones fuertes, responsables. El a?o transcurrido entre Niza y Laeken ha fortalecido las propuestas orientadas a dar un impulso reformista y federal a la UE. Y estas propuestas surgen del convencimiento de que no es posible salir airosos de esta encrucijada sin un compromiso m¨¢s activo y directo de los europeos y europeas.
Las aportaciones de la izquierda europea encaminadas a abrir un nuevo 'proceso constitucional', sobre la base de una reorganizaci¨®n de los Tratados, para hacerlos m¨¢s sencillos, con competencias m¨¢s delimitadas y decisiones m¨¢s democr¨¢ticas, han sido constantes a lo largo de estos meses y crearon un clima propicio para que en Laeken se hiciera realidad la convocatoria de una Convenci¨®n sobre el Futuro de Europa, preparatoria de la pr¨®xima Conferencia Intergubernamental.
Me gustar¨ªa equivocarme, pero no parece que la actual presidencia espa?ola est¨¦ dispuesta a convertir esta necesidad en una realidad. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar act¨²a y se siente m¨¢s c¨®modo ejerciendo de l¨ªder de la derecha europea que de l¨ªder europeo. L¨ªder de una derecha que, como Berlusconi en Italia, vive con recelo y desconfianza el proyecto europeo y se siente m¨¢s identificada con el retorno hacia los viejos modelos de Estado centralista. De una derecha que en Espa?a habla de liberalizar, y se limita a privatizar en favor de sus amigos, y que en Italia ha convertido el Estado en el lacayo de un conglomerado de empresas. Tambi¨¦n Pujol ha derivado hacia una visi¨®n de Europa en la cual los poderes p¨²blicos se limitan a hacer de notarios de los intereses de las grandes empresas, como hemos comprobado en el caso Lear, una multinacional americana -con beneficios en Espa?a- que quiere cerrar su centro en Cervera (Lleida) y dejar en la calle a 1.200 personas. Aznar representa, adem¨¢s, una derecha europea reticente a trasladar competencias hacia arriba y beligerante contra la transferencia de competencias hacia abajo. Los socialistas, frente al freno y marcha atr¨¢s de la derecha espa?ola, queremos desarrollar el actual Estado de las autonom¨ªas en una orientaci¨®n federal: convirtiendo el Senado en una verdadera c¨¢mara territorial a trav¨¦s de una reforma constitucional, definiendo unos canales de participaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas en la UE o fortaleciendo el papel de los municipios.
Los socialistas, a diferencia de las opciones conservadoras, no podemos concebir una Europa en la que la armonizaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas no vaya acompa?ada de la armonizaci¨®n de los modelos de protecci¨®n social y de relaciones laborales. Para nosotros, federalismo y cohesi¨®n social son dos caras de la misma moneda.Por eso, damos apoyo a los actos y manifestaciones que se celebran en Barcelona de forma pac¨ªfica y educada en el marco del Foro Social juntamente con organizaciones sindicales como UGT, Uni¨® de Pagesos y CC OO, organizaciones cristianas, la Federaci¨®n Catalana de ONG para los Derechos Humanos, la Federaci¨®n Catalana de ONG para el Desarrollo, SOS Racisme o la Fundaci¨® per la Pau, el Consejo de la Juventud y partidos pol¨ªticos como ERC, ICV y EUiA. Todas estas organizaciones pol¨ªticas y sociales creemos que existe otra forma de hacer Europa. Una manera m¨¢s democr¨¢tica, m¨¢s participativa, m¨¢s social, m¨¢s solidaria, m¨¢s equilibrada. ?sta es nuestra Europa, muy lejos de la Europa pensada solamente como un gran mercado que algunos nos pretenden vender como ¨²nica opci¨®n. Esta obsesi¨®n por la imposici¨®n lleva a Aznar a manipular nuestro apoyo a los movimientos que pretenden una Europa m¨¢s social, equipar¨¢ndonos de forma maniquea y sectaria a los antisistema, a los violentos y a los que dan cobijo a los terroristas, como es el caso de Batasuna.
En el fondo, Aznar deja traslucir el instinto totalitario que le lleva a dar instrucciones permanentes a los socialistas. Nos dice cu¨¢ndo, d¨®nde y con qui¨¦n podemos viajar, c¨®mo hemos de hacer pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco y c¨®mo hemos de conducir nuestro congreso. Tambi¨¦n con estilo acomplejado persigue cada paso del ex presidente del Gobierno y con estilo desde?oso rechaza cualquier tipo de iniciativa que no sea de ¨¦l. Y lo hace aplaudido por una cohorte de aduladores que flaco favor prestan a nuestra democracia. Tanto ¨¦stos como el propio presidente del Gobierno olvidan que Espa?a ya no es una, grande y libre, y el se?or Aznar no se ha enterado todav¨ªa de que no es el jefe nacional del extinto Movimiento. Frente a una derecha europea parapetada en un nacionalismo instintivo de corto alcance y obsesionada en limitar el proyecto europeo a un espacio econ¨®mico en el cual lo pol¨ªtico y lo p¨²blico se reducen a lo intergubernamental, los socialistas hemos de profundizar en nuestro compromiso con un futuro federal para Europa.
Felipe Gonz¨¢lez, en 1992, con motivo del refer¨¦ndum franc¨¦s sobre el Tratado de Maastricht, afirmaba: 'Hoy, por convicci¨®n, debemos hacer de la Uni¨®n Europea el eje b¨¢sico de la construcci¨®n de la nueva Europa tras la liquidaci¨®n de la pol¨ªtica de bloques. Si perdemos esta oportunidad nos costar¨¢ al menos una generaci¨®n recuperarla, si es que no nos cuesta un retroceso irreversible en el horizonte que uno es capaz de ver en pol¨ªtica'. Diez a?os despu¨¦s, estas palabras de Felipe Gonz¨¢lez han ganado en validez. Conviene no olvidarlas, sobre todo, todos aquellos que pretenden satanizar el libre derecho de libertad de expresi¨®n y manifestaci¨®n de los que no queremos someternos a la idea de que solamente hay una manera de interpretar el mundo. Los socialistas no vamos a quedarnos impasibles ante estos ataques porque, simplemente, no queremos que nuestra sociedad pierda el futuro.
Jos¨¦ Montilla es primer secretario del PSC.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.