Serbia y Montenegro
Nada m¨¢s llamativo en el Consejo Europeo de Barcelona que la presencia conjunta ayer, impensable la v¨ªspera, de Vojislav Kostunica y Milo Djukanovic, presidentes de las dos ¨²nicas rep¨²blicas integrantes de la difunta federaci¨®n llamada Yugoslavia hasta el jueves. De un plumazo, auspiciados por el tes¨®n de la Uni¨®n Europea, personificada en este caso por Javier Solana, y al abrigo de los vientos democr¨¢ticos que soplan en el que fuera feudo totalitario de Slobodan Milosevic, los l¨ªderes serbio y montenegrino han evitado lo que se promet¨ªa otro terrible divorcio, y liquidado de paso una historia turbulenta que se remonta a las postrimer¨ªas de la Gran Guerra. La Yugoslavia en cuyo nombre Milosevic desat¨® y perdi¨® algunas de las m¨¢s atroces guerras europeas, desaparece al final entre los susurros de los despachos.
Montenegro ha renunciado al refer¨¦ndum secesionista planeado para esta primavera (aunque Djukanovic todav¨ªa debe vender el compromiso a sus socios independentistas) y a cambio surge una nueva uni¨®n m¨¢s equilibrada, de nombre Serbia y Montenegro, que tendr¨¢ presidente, Parlamento, Gobierno, tribunales y Ej¨¦rcito ¨²nicos, pero aduanas y moneda distintas por ahora. Si la disoluci¨®n formal de Yugoslavia afecta al estatuto de Kosovo es uno de los m¨¢s serios interrogantes de la nueva situaci¨®n. El acuerdo, que un Solana justificadamente satisfecho rubricaba en Belgrado en nombre de la UE, otorga al recompuesto matrimonio tres a?os para probar su vida en com¨²n. La nota cicatera la puso quien orden¨® ayer desde el Gobierno, con nocturnidad y sin la menor cortes¨ªa, cancelar una entrevista concertada desde d¨ªas antes en RTVE con Javier Solana para colocar en su sitio al portavoz del Gobierno, no fuera a suceder que un socialista proyectara la m¨¢s leve sombra sobre Aznar.
M¨¢s all¨¢ de su valor intr¨ªnseco, el pacto entre Belgrado y Podgorica apunta una voluntad com¨²n de acercarse a la UE. Kostunica ha dicho que Serbia y Montenegro han escogido la integraci¨®n frente a la segregaci¨®n. La acogida en Barcelona a ambos dirigentes ilustra la disposici¨®n de los Quince, que est¨¢n colaborando decisivamente a la desbalcanizaci¨®n del sureste europeo, a facilitar un camino por el que ya transita la ex rep¨²blica yugoslava de Eslovenia.
El rey Juan Carlos se?alaba ayer en Barcelona que Europa es hoy un horizonte de libertad y prosperidad en el que cifran sus esperanzas millones de personas. Y a?ad¨ªa que el sue?o de unidad est¨¢ m¨¢s cercano. El reencuentro entre Serbia y Montenegro no s¨®lo corrobora el camino de direcci¨®n ¨²nica hacia la cohesi¨®n, en lugar de la fragmentacion. Pone tambi¨¦n de relieve c¨®mo la UE, anticipando una progresiva retirada de EE UU, se toma por fin en serio la estabilizaci¨®n de su quebradizo flanco suroriental en v¨ªsperas de que se inaugure el tiempo de esa Europa al fin unificada que pudo visualizarse ayer en Barcelona.
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