Horror atl¨¦tico en Albacete

Hace una semana, despu¨¦s de ser castigado el Atl¨¦tico con un empate tras realizar su mejor f¨²tbol de la temporada, Luis Aragon¨¦s lanz¨® un mensaje inquietante. 'Eso, para los que les gusta el f¨²tbol bonito', dijo de manera tan socorrida como vac¨ªa para justificar que los suyos entregaran en el ¨²ltimo minuto, ante el Numancia, una renta de dos goles. Y a la frase del t¨¦cnico, claro, se colgaron luego decenas de incondicionales para repetir esa vieja mentira que pretende colar como incompatibles el buen juego y el ganar. Pues bien, el Atl¨¦tico, ayer, jug¨® una primera parte vulgar, descolorida, y casi lo sacan del estadio Carlos Belmonte a bofetadas. Lo hizo el Albacete, nadie del otro mundo, con dos goles que dejaron en muy mal lugar a su zaga.

Los rojiblancos llegaron con vida al descanso gracias a un gol desesperado de Aguilera, cuyo zapatazo desde la frontal de ¨¢rea qued¨® perfectamente sincronizado con el pitido final del colegiado. Roto Dani, el futbolista que le hab¨ªa dado algo de lustre al Atl¨¦tico ahora que, al fin, hab¨ªa encontrado un hueco en el once inicial, Aguilera volvi¨® a ser el ¨²nico argumento ofensivo del equipo. No tiene tacto en el pie, pero s¨ª velocidad, voluntad y remate, ¨¦ste, con los a?os, cada vez m¨¢s poderoso.

Y esas cualidades, sin mostrarse ayer abundantes, representaron un mundo al lado de la intrascedencia que ense?¨® la delantera. Ni Fernando Torres -qu¨¦ diferencia con aquel chico al que no hab¨ªa forma de sujetar el a?o pasado en este mismo escenario- ni Correa -jugador de curvas pronunciadas en su rendimiento, el uruguayo est¨¢ este mes en su fase bailarina- plantearon problemas a la nutrida defensa local. Ambos fueron sustituidos en la segunda parte, pero sus relevistas, Diego Alonso y Luque, no aportaron m¨¢s. Planos hasta la irritaci¨®n los cuatro.

El Atl¨¦tico sigui¨® malviviendo de sus centrocampistas e incluso de alg¨²n arranque de la gente de atr¨¢s. Ataques de casta m¨¢s que nada, de resistencia a la derrota, sin demasiado contenido. El Atl¨¦tico asumi¨® la iniciativa, pero no supo ponerse a jugar. M¨¢s all¨¢ de con combinaciones horizontales, el Atl¨¦tico no acert¨® a dar tres pases seguidos. Si buscaba el env¨ªo vertical, la pelota acababa siempre en los pies -en las cabezas, m¨¢s bien- del Albacete. Sin mordiente en el ataque, sin imaginaci¨®n en el medio, sin seguridad por atr¨¢s, el Atl¨¦tico no fue el espejo del l¨ªder. Y acab¨® sumido en la impotencia, con entradas feas y sin sentido.

El Atl¨¦tico conserva un colch¨®n suficiente como para que la derrota no inquiete sus aspiraciones de ascenso a la Primera Divisi¨®n. Pero jug¨® mal y perdi¨®. 'Eso, para los que les gusta el f¨²tbol bonito'. Esta vez la frase de Luis no fue pronunciada. Pero retumb¨® por las paredes del Carlos Belmonte.