Ni?as inmigrantes son casadas a la fuerza
Los fiscales investigan numerosas denuncias y en Catalu?a se ha actuado contra varias familias
Cientos de ni?as, en su mayor¨ªa marroqu¨ªes, que residen en Espa?a son 'vendidas' en matrimonios forzosos aprovechando 'viajes de vacaciones' a su pa¨ªs para lograr una dote o conseguir que un familiar regularice su situaci¨®n, seg¨²n fuentes judiciales y de los servicios sociales de Andaluc¨ªa y Catalu?a. En esta ¨²ltima comunidad siete ni?as han denunciado su 'venta' durante el ¨²ltimo a?o.
Lamiae, de 15 a?os, natural de T¨¢nger (Marruecos), y vecina de Vilanova i la Geltr¨², localidad catalana de 55.000 habitantes, ingres¨® dos veces en el sanatorio por las palizas que le propin¨® su padre al negarse a casarse por la fuerza con un marroqu¨ª que hab¨ªa adelantado una dote de 1.803 euros (300.000 pesetas). En el hospital Sant Camil se le apreci¨® traumatismo craneal y p¨¦rdida de conocimiento. Pese a la intervenci¨®n del juzgado y de los servicios sociales, su madre se la llev¨® a Marruecos 'de vacaciones' donde la ni?a se intent¨® suicidar. Su novio espa?ol consigui¨® traerla e ingres¨® en un centro de menores donde recibi¨® atenci¨®n psicol¨®gica. Semanas despu¨¦s huy¨®. Desde 1999 los Mossos d?Esquadra ignoran su paradero.
Lamiae, 15 a?os, sufri¨® traumatismo craneal por la paliza de su padre y quiso suicidarse
'S¨®lo las m¨¢s listas, avispadas e integradas se atreven a denunciar a sus familiares'
Bahija, 13 a?os, escap¨® de su marido, porque la pegaba. Ingres¨® en un centro de menores
Siete ni?as marroqu¨ªes de edades comprendidas entre los 13 y 16 a?os que han sido asistidas por la Fiscal¨ªa de Protecci¨®n de Menores de Catalu?a y algunas tuteladas por la Direcci¨®n General de Protecci¨®n al Menor (Degam) de esa comunidad han confesado en el ¨²ltimo a?o experiencias similares a la de Lamiae. Adem¨¢s de malos tratos sufrieron la amenaza de ser vendidas en matrimonio, una costumbre que impera en zonas rurales de Marruecos pese a ser ilegal.
Retirada de pasaportes
La Fiscal¨ªa de Protecci¨®n de Menores de Catalu?a ha retirado el pasaporte a alguna de ellas para evitar que sus padres las saquen del pa¨ªs y ha elaborado un informe interno en el que se describen ¨¦stos y otros casos de maltrato f¨ªsico y ps¨ªquico a menores inmigrantes.
Pocas inmigrantes se atreven a denunciar la violaci¨®n de sus derechos. S¨®lo dan el paso las que van bien en sus estudios, disfrutan de atenci¨®n sanitaria o su familia est¨¢ bien integrada. Un perfil similar al de la ni?a marroqu¨ª que acaba de revelar en Almer¨ªa que su madre quer¨ªa 'venderla' en matrimonio a cambio 3.606 euros (600.000 pesetas) o el de la adolescente de 14 a?os de C¨®rdoba a la que su familia quer¨ªa casar en Marruecos a cambio de 721 euros (120.000 pesetas). Ahora, las dos, igual que las siete ni?as de Catalu?a, est¨¢n bajo vigilancia de la Administraci¨®n.
La historia de Lamiae se suele repetir. De los siete casos supervisados por la Fiscal¨ªa de Protecci¨®n al Menor en Catalu?a destaca el de una ni?a marroqu¨ª de 14 a?os que sufr¨ªa malos tratos que la empujaron a un intento suicidio. Se la ha separado de sus padres e iniciado tr¨¢mites para su futura emancipaci¨®n a los 16 a?os. La amenaza del matrimonio forzoso tambi¨¦n atormentaba a esta ni?a.
Bahija S., de 13 a?os, escap¨® de su casa en El Masnou (Barcelona). Hu¨ªa del matrimonio forzado al que hab¨ªa sido obligada en Marruecos. Su marido la obligaba a mantener relaciones sexuales cuando ella s¨®lo so?aba con ir a la escuela y a jugar con sus amigos. Sus padres la maltrataban. Una patrulla de la Polic¨ªa Local de Badalona la localiz¨® en la playa en diciembre de 1999. La ni?a pidi¨® ayuda. Ingres¨® en un centro de menores.
Aixa, de 14 a?os, natural de T¨¢nger, sufr¨ªa tantas palizas de sus padres que lo denunci¨® en la escuela y la Degam la separ¨® del n¨²cleo familiar, tutel¨® y busc¨® una familia que se ocupa de ella. Confes¨® a sus tutores que quer¨ªan casarla con un hombre al que nunca hab¨ªa visto. No ha vuelto con sus padres, que viv¨ªan en una localidad del Maresme y estaban sin regularizar.
Otras tres ni?as marroqu¨ªes de 14 y 15 a?os que resid¨ªan en el Pened¨¦s han sido tambi¨¦n v¨ªctimas de sus padres, que quer¨ªan casarlas en Marruecos con hombres a los que no conoc¨ªan ni amaban. En todos los casos se hab¨ªa negociado una dote. 'Como no hab¨ªa malos tratos siguen en el n¨²cleo familiar. Uno de nuestros mediadores marroqu¨ª vigila la evoluci¨®n de los casos', se?ala Ana Sol¨¦, directora de la Degam.
La atenci¨®n a F¨¢tima lleg¨® tarde porque ya se hab¨ªa consumado la 'venta' en matrimonio. La joven recibi¨® atenci¨®n y ayuda por parte de la Direcci¨®n de Menores. Ha regresado a dar las gracias a sus tutores y comunicarles una buena noticia: su marido forzoso ha vuelto a Marruecos y ella ha recuperado su libertad. Un caso excepcional.
Pero son muy pocas las que se atreven a denunciarlo antes de que se consume el matrimonio. 'Tenemos montones de casos sobre posibles situaciones de riesgo, pero por cada uno que llega hay decenas que se consuman sin denuncia', asegura una fiscal de menores en Barcelona que confiesa su pol¨ªtica en estos y otros casos de violaci¨®n de derechos humanos por parte de algunos inmigrantes: 'Tolerancia cero'. 'Por cada caso que se denuncia antes se han producido cien', asegura una asistente social en Andaluc¨ªa.
Faustino Zapatero, decano de la Fiscal¨ªa de Menores en Madrid, tiene una idea similar: 'Hay que ser intransigentes en la defensa de los derechos humanos que recoge nuestra Constituci¨®n. Ahora, se perder¨¢ el miedo y saldr¨¢n muchos m¨¢s casos'.
En Espa?a los marroqu¨ªes son la colonia de inmigrantes m¨¢s numerosa. A los 280.000 censados, hay que sumar varias decenas de miles en situaci¨®n irregular. Miles de ni?as est¨¢n en peligro potencial de sufrir esta violaci¨®n de sus derechos.
Las madres son 'las principales transmisoras de ideolog¨ªa y en ocasiones las maltratadoras' de las ni?as, seg¨²n fuentes de la Fiscal¨ªa de Protecci¨®n al Menor de Catalu?a. Casi todas las madres est¨¢n desocupadas, mientras el padre trabaja. ?ste suele ser el que, a veces, se opone a que la ni?a sea escolarizada.
Ana Sol¨¦, responsable de la Degam, organismo que depende de la Consejer¨ªa de Justicia de la Generalitat y que tutela a estas ni?as, sospecha que hay muchos m¨¢s casos de los que les llegan y dice que la ¨²nica soluci¨®n pasa por trabajar 'codo a codo' con los padres. 'A veces no es tan dif¨ªcil. Son familias que proceden de ¨¢mbitos rurales, que ignoran el medio en el que est¨¢n y sobre las que ejercen una gran influencia los imames. Si no hay im¨¢m en su zona de residencia se integran con m¨¢s libertad'.
Sol¨¦, de 44 a?os, se?ala que la prevenci¨®n y educaci¨®n de la familia es clave para evitar que se produzcan casos de matrimonios forzosos. En la zona del Maresme la poblaci¨®n de riesgo es muy elevada y los equipos de especialistas dependientes de la Degam -asistentes sociales, psic¨®logos y pedag¨®gos- han pasado de tres a ocho personas. El pasado mes de diciembre 7.180 menores en situaci¨®n de desamparo estaban siendo atendidos por este departamento catal¨¢n.
La alarma sobre los matrimonios pactados o el maltrato salta en las escuelas y hospitales. 'S¨®lo las m¨¢s listas y avispadas se atreven a dar el paso. Las denuncias provienen siempre de ni?as bien integradas y relacionadas con su nuevo medio', se?ala una fiscal de menores.
Sol¨¦ a?ade: 'A veces las ni?as nos plantean si tienen derecho a oponerse al matrimonio pactado. Ellas no lo saben y sus padres est¨¢n por encima de nuestras leyes y las de su propio pa¨ªs'. La ley matrimonial marroqu¨ª admite la dote, pero proh¨ªbe expresamente que los padres obliguen a casarse a su hija. Aunque ¨¦sta tiene la ¨²ltima palabra, muchas familias ignoran la ley.
Badia Bouia, 38 a?os, licenciada en Derecho y ex trabajadora en un juzgado de Larache (Marruecos) trabaja como mediadora en Matar¨® (Barcelona) y se muestra en contra del matrimonio pactado. 'Las ni?as han nacido aqu¨ª, van a la escuela, se integran y adaptan a las costumbres espa?olas. Cuando llega el matrimonio forzado es normal que sufran un choque muy fuerte. Est¨¢n muy subordinados a la familia. Cuando son peque?os dicen: mi ni?a ser¨¢ para tu hijo. El 70% es la palabra de los padres, pero de ah¨ª a vender... No me gusta esa palabra'.
La mediadora marroqu¨ª asegura que los inmigrantes que proceden de grandes ciudades como Rabat o Casablanca no plantean este problema, pero reconoce que ¨¦stos son los menos. 'Los padres que vienen de los pueblos llegan con un saco lleno de costumbres y nunca aceptar¨¢n las leyes de aqu¨ª. La soluci¨®n est¨¢ en trabajar con esas familias y convencerlas poco a poco'.
Aixa Blayada, 29 a?os, otra mediadora marroqu¨ª en esa localidad, asegura que en su pa¨ªs se vigila y persigue m¨¢s que antes los matrimonios pactados. 'Conozco casos, pero creo que se dan menos. Uno de cada cien. Adem¨¢s ves a estas j¨®venes y no sabes hasta qu¨¦ punto est¨¢n siendo obligadas al matrimonio. A veces no es f¨¢cil de determinar'.
Para Mohamed Chriyaa, 32 a?os, l¨ªder de la asociaci¨®n magreb¨ª Sin Fronteras, y vecino de Salt, una poblaci¨®n catalana de 24.000 habitantes, es 'un problema de gente conservadora y analfabeta'. 'Creo que si la ni?a est¨¢ de acuerdo no se debe de considerar como una venta. Otra cosa es que no sea as¨ª y que adem¨¢s se pida una cantidad exagerada. Entonces es un negocio total'. 'Puedo imaginar el miedo que genera en las ni?as, aunque no se atrevan a manifestarlo porque la autoridad del padre es sagrada', a?ade Mohamed. Y confiesa: 'Si estoy enamorado de una mujer pagar¨ªa lo que fuera por ella, pero hay que respetar su opini¨®n. Sensibilizamos a nuestra gente para que esta costumbre desaparezca'.
Para Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, fiscal jefe de Catalu?a, esta pr¨¢ctica se debe tipificar como un delito contra la libertad sexual y hay que perseguirlo para proteger los valores constitucionales. 'Es m¨¢s dif¨ªcil de perseguir si el matrimonio se consuma fuera, pero los padres han participado aqu¨ª. Vale el ejemplo del que dispara a otro al borde de una frontera. Se apret¨® el gatillo aqu¨ª aunque las lesiones se produjeron fuera'.
Para Ana Sol¨¦ la medida adoptada por la Fiscal¨ªa de Menores de retirar el pasaporte a algunas ni?as 'no es una garant¨ªa total porque pueden llevar a cabo la ceremonia del matrimonio convenido aqu¨ª. Hasta los casos de ablaci¨®n se est¨¢n practicando en el Maresme. A veces asumir el desamparo es la ¨²nica soluci¨®n. Lo hemos hecho para evitar el matrimonio forzado de una ni?a que expres¨® su temor'.
Mohamed Zain, 52 a?os, m¨¦dico sirio en Matar¨®, dice que son casos excepcionales e insiste en que la tradici¨®n isl¨¢mica exige que la mujer sea consultada. 'Hay 18 motivos distintos para pedir el divorcio que van desde el mal olor del marido hasta alegar que no ha sido consultada'.
Zain, presidente de la Asociaci¨®n Cultural Isl¨¢mica del Maresme, cree que estos matrimonios no son una venta. 'Aqu¨ª la comilona de la boda cuesta dos millones. Eso tambi¨¦n es un precio. ?No le parece? ?No hab¨ªa en Espa?a matrimonios de conveniencia hasta hace poco?' Y a?ade: 'En Marruecos s¨®lo se da en la zona rural. Es una tradici¨®n de siglos muy dif¨ªcil de cambiar'.
"Hay cientos de casos en Francia, pero llegan pocos"
El Ministerio de Educaci¨®n franc¨¦s, que dirige el socialista Jack Lang, organiz¨® la pasada semana una jornada de sensibilizaci¨®n en las escuelas para combatir los casos de matrimonios pactados sin el consentimiento de la hija. La iniciativa se produce tras detectarse el aumento progresivo de estas pr¨¢cticas entre las comunidades de inmigrantes de origen ¨¢rabe o africano. Unas 70.000 adolescentes entre 10 y 18 a?os, que residen en la regi¨®n de Par¨ªs y en otros seis departamentos con una gran implantaci¨®n de inmigrantes, corren un riesgo potencial de ser empujadas a esta tradici¨®n, seg¨²n se?ala Isabelle Gillete Faye, directora del Grupo de Mujeres por la Abolici¨®n de las Mutilaciones Sexuales (Gams). En Espa?a no se han adoptado todav¨ªa iniciativas de sensibilizaci¨®n para luchar contra la 'venta' de ni?as en matrimonios forzados, una pr¨¢ctica que seg¨²n coinciden todos los expertos consultados saldr¨¢ a la superficie con toda su crudeza una vez que las ni?as inmigrantes afectadas se integren en la sociedad espa?ola y se atrevan a denunciarlo. 'Creemos que hay cientos de casos, pero nos llegan muy pocos por el temor reverencial de las ni?as a sus padres', se?ala una asistente social que trabaja en Andaluc¨ªa. Fiscales de Catalu?a, Madrid y Andaluc¨ªa consultados por este peri¨®dico confiesan su impotencia ante los casos de violaci¨®n de derechos humanos de los ni?os que se amontonan en sus mesas de trabajo. 'La soluci¨®n est¨¢ m¨¢s en la v¨ªa administrativa que en la fiscal¨ªa. La Ley de Extranjer¨ªa deber¨ªa de dejar claro todos estos supuestos. El problema es tan grave que no me averg¨¹enza reconocer que desde aqu¨ª podemos hacer muy poco', se?ala una fiscal de Catalu?a. 'Es muy duro ver c¨®mo estas ni?as verbalizan su angustia a la edad de casarse. Si un imam pagado por Marruecos dice que se puede pegar a la mujer, ?c¨®mo no van a pegar a los hijos u obligarlos a casarse?', a?ade. Mustaf¨¢ El Mrabet, portavoz de la Asociaci¨®n de Trabajadores Marroqu¨ªes en Espa?a (ATIME), rechaza estos casos, pero pide que no se culpe a todo un colectivo por casos que considera excepcionales. A ra¨ªz del caso de la ni?a que denunci¨® a sus padres en Almer¨ªa porque pretend¨ªan 'venderla' en matrimonio, Mrabet reclam¨® que no se introduzcan 'estereotipos sobre esta comunidad [la marroqu¨ª] en el imaginario popular espa?ol'. Una fiscal de menores le replica: 'No son estereotipos, es una realidad de parte de esa comunidad que ellos tambi¨¦n deben combatir'.
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