M¨¢s confrontaci¨®n

El curso pol¨ªtico en Andaluc¨ªa entra en su recta final encauz¨¢ndose el debate en los t¨¦rminos habituales, esto es, en el encontronazo entre PSOE y PP. Un escenario, el llamado de la confrontaci¨®n, al que los socialistas le han sacado una notable rentabilidad. La mera denuncia por parte del PP de esta estrategia no va a impedir, por tanto, que esta semana se vivan nuevos cap¨ªtulos que tienen que ver, otra vez m¨¢s, con la reclamaci¨®n de competencias, inversiones y con la presentaci¨®n de pleitos de envergadura.

De esta forma, la Junta de Andaluc¨ªa emprender¨¢ un recurso contra la Ley de Ordenamiento Universitario (LOU). Despu¨¦s de estudiarlo debidamente los servicios jur¨ªdicos del Gobierno andaluz, se ha encontrado la f¨®rmula adecuada para abrir un frente jur¨ªdico a esta norma, tal y como se comprometi¨® el presidente ante la comunidad universitaria andaluza.

Por si faltara algo en este cuadro, el PP retoma el asunto de las fusiones de las cajas de ahorros de Sevilla y Huelva. Por si la opini¨®n p¨²blica andaluza no ten¨ªa bastante con el l¨ªo que se ha vivido con la renovaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de El Monte y Caja San Fernando, ahora los populares anuncian una ofensiva m¨¢s. Presentar¨¢n en estos d¨ªas en los ayuntamientos mociones reclamando que se lleve a cabo de una vez por todas esta fusi¨®n que, por cierto, ya han garantizado sus nuevos rectores. Est¨¢ claro que el acuerdo que alcanzaron en su momento PSOE, IU y CC OO en dichas entidades dej¨® a los populares sin una de sus armas principales, de ah¨ª que ahora traten por todos los medios posibles de reactivar el conflicto, tal y como puede interpretarse esta iniciativa.

En este ¨¢mbito, la presidenta regional Te¨®fila Mart¨ªnez introduce un elemento novedoso. Alarmada por la irrupci¨®n, desde luego que poco discreta, de Chaves en la pol¨ªtica nacional (llam¨® 'basura' a los ministros Piqu¨¦ y Cabanillas), llega ahora a pensar que bien pudiera estar el jefe del Ejecutivo andaluz prepar¨¢ndose para el asalto a la secretar¨ªa general del PSOE, ante la debilidad de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. A poco que Chaves haga en esta misma l¨ªnea, acentuando el discurso socialista para endurecer las cr¨ªticas al Gobierno de Aznar, se ganar¨¢ las suspicacias y las acusaciones abiertas de sus contrincantes, corriendo el riesgo de que le se?alen abiertamente como aspirante descarado a hacerse con el control de su partido y, por tanto, dejando a un lado sus tareas y responsabilidades como presidente de todos los andaluces.

Sin embargo, hay pocos indicios de que sea cierta esta hip¨®tesis. Un movimiento de esa envergadura no se improvisa de la noche a la ma?ana. Y adem¨¢s, Chaves lo har¨ªa, en todo caso, acompa?¨¢ndose de un PSOE andaluz que en estos momentos no est¨¢ para abordar otras empresas m¨¢s complejas tras jugar un papel decisivo en la pasada conferencia nacional que dej¨® el partido en manos de Zapatero, cuando el abandono de Joaqu¨ªn Almunia. Ah¨ª prest¨® los servicios suficientes como para no meterse en nuevas operaciones de salvamento. Pues a pesar de todo, las cr¨ªticas de la oposici¨®n no le van a impedir implicarse en el debate interno surgido entre los socialistas vascos, entre los que pretende ejercer su liderazgo para encontrar el m¨¢ximo consenso posible para la elecci¨®n de su nuevo secretario general.

El supuesto af¨¢n de Chaves de dar el salto a la pol¨ªtica nacional es, en cualquier caso, un factor que sin duda va a animar la actualidad andaluza ahora que entramos en terreno preelectoral, y con la celebraci¨®n en junio de la cumbre europea en Sevilla. Un acontecimiento que va a suscitar una curiosa carrera de los partidos de izquierdas para captar apoyos en los movimientos antiglobalizaci¨®n que se configuran como un sector de amplio espectro y que aparece como un suculento caladero en el que se van volcar con intensidad tanto IU como el propio PSOE.