'Nosotros tenemos un problema de trabajo y el Gobierno tiene uno de inmigraci¨®n'
La campa?a fresera de Huelva absorbe, en su momento cumbre, a 72.000 temporeros. Los extranjeros son a¨²n una minor¨ªa (entre 12.000 y 15.000), aunque en clara expansi¨®n. El presidente de la patronal defiende la contrataci¨®n en origen como f¨®rmula para garantizar la mano de obra, aunque reconoce las distorsiones sociales que est¨¢ originando este a?o.
Pregunta. ?El Gobierno espa?ol les disuadi¨® de contratar marroqu¨ªes?
Respuesta. No. Ha sido el Gobierno marroqu¨ª el que no ha querido. El sector fresero pidi¨® 2.500 personas en Marruecos y se nos ha contestado con 500. Marruecos nos dijo que pidi¨¦ramos los del a?o pasado, pero s¨®lo eran unos 500, que ya est¨¢n aqu¨ª. Se denegaron los 2.000 que eran gen¨¦ricos y ha habido que sustituirlos con rumanos.
'Todos somos un poco culpables, quiz¨¢ el pr¨®ximo a?o habr¨¢ que enfocarlo distinto'
'Los precontratos del 2001 fueron una soluci¨®n pactada para terminar los encierros'
P. ?Por qu¨¦ contratan preferentemente a mujeres?
R. En cada tajo de recolecci¨®n de fresas el 70% son mujeres. Quiz¨¢ por la flexibilidad, es un trabajo delicado que hacen mejor que los hombres. Pero siempre ha sido as¨ª.
P. ?Y por qu¨¦ se contrata masivamente en Polonia?
R. Fue una indicaci¨®n. El a?o pasado nos fue magn¨ªficamente, pero tampoco ten¨ªamos d¨®nde escoger una vez que el Gobierno marroqu¨ª deniega el n¨²mero de trabajadores.
P. ?Cu¨¢l es la rentabilidad de traer a un inmigrante si tienen que pagarle la mitad del viaje y el alojamiento?
R. Garantizarnos que van a estar toda la campa?a. No podemos permitirnos que a los 15 d¨ªas un trabajador se vaya porque le interesa otro sitio. Nos interesa fijar una mano de obra m¨ªnima para toda la campa?a.
P. Ustedes no se sienten responsables de la gente que ha venido con la esperanza de encontrar trabajo en la fresa.
R. Hay un tema empresarial y otro tema de inmigraci¨®n.
P. Pero, ?se sienten responsables de esa gente?
R. De ninguna manera. ?C¨®mo me voy a sentir responsable de alguien que a m¨ª no me ha dicho que viene a trabajar? El a?o pasado no hubo mano de obra y este a?o el empresario se la ha asegurado. No sab¨ªamos lo que iba a ocurrir. Una hect¨¢rea necesita ocho personas diarias para la recolecci¨®n. Si el a?o pasado se arrancaron 2.000 hect¨¢reas, hablamos de que faltaron 16.000 en Huelva. Como consecuencia este a?o hay un 20% menos de fresa, lo que quiere decir que faltan 7.000 u 8.000 como m¨ªnimo, y son los contratos que hemos dado en origen. Y muchas personas que han venido con expectativas no podr¨¢n trabajar porque no tienen papeles. Con multas de 10 millones de pesetas el a?o pasado, ?qui¨¦n va a contratar a un irregular?
P. Tambi¨¦n hay inmigrantes con permiso para trabajar en Huelva porque ustedes les ofrecieron precontratos en 2001.
R. El a?o pasado hubo encierros de grav¨ªsimas consecuencias humanitarias. Nos dijeron que la ¨²nica forma de arreglarlo era legalizar su situaci¨®n con un precontrato para que la Subdelegaci¨®n del Gobierno les concediese un permiso de residencia en Espa?a. Esa vinculaci¨®n no se hizo para que vinieran a trabajar al a?o siguiente. El Defensor del Pueblo es testigo de que hicimos esto para solucionar un problema humanitario. Fue una soluci¨®n pactada por todas partes para que terminaran los encierros. Mucha gente tuvo que ser evacuada a hospitales.
P. ?Cu¨¢ntos precontratos se hicieron?
R. Se firmaron m¨¢s de 1.100.
P. ?Y s¨®lo daba derecho al permiso de residencia?
R. Luego la Administraci¨®n le puso la vinculaci¨®n de trabajar en la provincia, pero eso se hizo con encerrados en Murcia y en otros sitios. Yo no he dicho a nadie cuando le hice un precontrato que le estaba garantizando un trabajo para este a?o, porque no puedo firmar un precontrato en junio sin saber siquiera si voy a plantar fresas.
P. Con lo cual se da la paradoja de que gente con papeles para trabajar en la fresa de Huelva no encuentra trabajo y, sin embargo, no tiene permiso para trabajar en otro sitio donde a lo mejor encontrar¨ªa un empleo.
R. Si eso es as¨ª, lo admitimos. Hab¨ªa una soluci¨®n humanitaria que resolver. Si tiramos del hilo a lo mejor la chaqueta se nos rompe entera, pero creo que ¨¦se no es el problema. El problema de estos momentos es que hay un excedente de personas que han venido quiz¨¢ en un tiempo en el que no hab¨ªa mano de obra. Todos somos un poco culpables porque quiz¨¢ habr¨ªa que haber sido m¨¢s previsores y quiz¨¢ el a?o que viene tengamos que enfocar esto de manera distinta. Los empresarios podemos ser responsables de alguna manera, pero nos dedicamos a plantar fresas y trabajar.
P. ?Y no pod¨ªan tener en cuenta a las personas con permiso de trabajo a las que recurrir?
R. Hemos pedido a las ONG en varias ocasiones que nos digan qu¨¦ n¨²mero existe, pero es dif¨ªcil de controlar porque tienen mucha movilidad. Pero si el problema fueran los 1.100 de los que estamos hablando no habr¨ªa ning¨²n problema. A estas alturas todav¨ªa estamos al 60% o 65% de la producci¨®n. No debo decir que falta mano de obra y hacer otra vez efecto llamada, pero es verdad que todav¨ªa no estamos en un punto ¨¢lgido de contrataci¨®n.
P. ?Qu¨¦ falla en la Administraci¨®n cuando no se tienen en cuenta a los inmigrantes regularizados que est¨¢n en el pa¨ªs?
R. Falta de todo. Le hemos reiterado a las ONG que nos digan el censo que tienen de trabajadores. No hay un control.
P. ?C¨®mo lo enfocar¨¢n el pr¨®ximo a?o?
R. Nos reuniremos para ver el problema que ha habido y para pedir que nos digan qu¨¦ n¨²mero de personas regularizadas hay en Huelva o pueden venir. No es un problema de racismo ni de ideas. Nosotros tenemos un problema de trabajo y el Gobierno tiene un problema de inmigraci¨®n. ?C¨®mo lo pueden resolver los empresarios? Dando trabajo. ?C¨®mo lo tiene que resolver el Gobierno? Aplicando la Ley de Extranjer¨ªa, que fue muy conflictiva.
P. ?Ser¨ªa partidario de expulsar a los indocumentados?
R. Esa palabra no la he dicho yo. Yo no soy partidario de la Ley de Extranjer¨ªa que tenemos, me gustar¨ªa que hubiera otra, pero es la que tenemos ?no?
P. ?Teme alg¨²n conflicto social en los pueblos freseros?
R. He temido que pudiera pasar, afortunadamente la situaci¨®n est¨¢ mejorando. Hab¨ªa que haber ayudado a los ayuntamientos, que no ten¨ªan pr¨¢ctica para atender de un d¨ªa para otro a personas con necesidades tan enormes como no poder dormir o comer. Algunos ciudadanos se han puesto nerviosos y se han creado situaciones conflictivas. No se puede crear un enfrentamiento con personas llamadas a ser nuestro referente en el campo de trabajo.
P. Dijo que los marroqu¨ªes eran m¨¢s pol¨¦micos.
R. Lo voy a mantener, pero en mi empresa tengo 45.
P. ?Y ha tenido problemas con ellos?
R. En absoluto.
P. Entonces, ?por qu¨¦ dijo eso?
R. Act¨²o en nombre de Freshuelva donde est¨¢n empresas que han tenido problemas con trabajadores marroqu¨ªes porque hab¨ªan convivido fatal o les hab¨ªan roto la vivienda. Trataba de decir que vienen de una cultura y costumbres distintas. Una persona de una cultura similar a la nuestra tiene normas de convivencia m¨¢s parecidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.