La fiesta de la contestaci¨®n
30.000 personas acudieron el s¨¢bado a la fiesta del Sot del Migdia que puso fin a los actos antiglobalizaci¨®n
Cab¨ªa m¨¢s gente, pero poca m¨¢s. A falta de datos oficiales puede estimarse que cerca de 30.000 personas convirtieron en la noche del s¨¢bado el Sot del Migdia en la capital europea de la contestaci¨®n, participando en una fiesta musical que durante m¨¢s de seis horas alent¨® los ¨¢nimos de una concurrencia variopinta llegada desde todos los lugares del continente.
Bajo la estimulaci¨®n musical servida por artistas como Jabier Muguruza, Enrique Morente, Cheb Baloswki o Manu Chao, alemanes con camisetas alusivas a la guerra civil espa?ola, viejos militantes de izquierda, opositores al Plan Hidrol¨®gico, curiosos, punkis salidos de un cat¨¢logo, hippies con di¨¢bolos, ligones con idiomas y, en fin, todo tipo de personal disfrutaron de una fiesta que quer¨ªa poner el broche oficioso a los fastos oficiales de una cumbre que Barcelona ya desped¨ªa.
El Sot fue Babel, pero all¨ª todos se entendieron. Babel fue tambi¨¦n el escenario, desde el que se cant¨® en franc¨¦s, ¨¢rabe, castellano, catal¨¢n, euskera, ingl¨¦s y portu?ol, idiomas todos de una Europa en los que los all¨ª presentes no se sienten acomodados. Artistas y p¨²blico se juntaron en el Sot para decirlo, y en ello estuvieron m¨¢s de seis horas de una fiesta que arranc¨® a las 23.35 horas, con m¨¢s de hora y media de retraso, y concluy¨® pasadas las cinco de la ma?ana con todo el p¨²blico acalambrado por la incendiaria actuaci¨®n de Manu Chao, estrella de la noche y encargado de ponerle frase al gritar desde la escena: 'La soluci¨®n ser¨¢ siempre la uni¨®n'.
Antes que ¨¦l hab¨ªan unido fuerzas los rockeros Lagartija Nick con el flamenco Enrique Morente, otro de los platos fuertes de un cartel que mostr¨® m¨¢s uni¨®n en la mezcla de sangres que alienta al grupo barcelon¨¦s Cheb Balowski, una de las muestra de esa inevitable y esperanzadora Barcelona mestiza. Tambi¨¦n quiso poner su granito de arena Xavier Ribalta, pero a la hora en la que actu¨® el p¨²blico estaba m¨¢s para bailar que para escuchar a un cantautor con guitarra.
La suerte quiso que Jabier Muguruza abriese la noche, y fue as¨ª como su extrema elegancia y sensibilidad a¨²n casaron con una concurrencia a¨²n relajada que horas m¨¢s tarde entrar¨ªa en hervor cuando su hermano Ferm¨ªn sali¨® a escena con Manu ya en los bises de este ¨²ltimo. Mezcla y uni¨®n, eso era lo que se vio y escuch¨® en el Sot la noche del s¨¢bado. Y la prueba m¨¢s aplastante de ello la dieron... los perros. Si los callejeros impuros con pa?uelo al cuello y pulgas al lomo suelen monopolizar la aportaci¨®n canina a la contestaci¨®n, en la verbena antiglobalizadora del Sot se vieron tambi¨¦n diminutos perros de compa?¨ªa, lanudos animalitos sin duda desparasitados, con lazos y correas brillantes.
Quien quisiera circunscribir la contestaci¨®n a grupos neohippies o neopunkis no ten¨ªa nada m¨¢s que mirar al suelo para comprobar tal variedad perruna, que por ende suger¨ªa una paralela variedad humana que daba al traste con los apriorismos. Quiz¨¢ el propietario de alguno de esos canes zalameros fue el que entre pintadas de todo tipo escurri¨® un llamativo 'no al l'eix Vic-Olot', prueba patente de que cada uno ten¨ªa su propia raz¨®n para estar all¨ª, quej¨¢ndose de un mundo cada d¨ªa m¨¢s implacable y descorazonado. La m¨²sica nacida del cruce de culturas puso el sonido. El p¨²blico puso el resto.
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