Al desnudo
En un proyecto comisariado por Rosi Rubio, esta muestra convoca en torno al arquetipo del desnudo a 13 artistas, fot¨®grafos y pintores de distintos segmentos de la figuraci¨®n reciente, con trabajos en buena parte realizados ex profeso para la ocasi¨®n. El censo, que re¨²ne a algunos habituales de la casa junto a un amplio abanico de figuras invitadas, incluye no pocos nombres de referencia en nuestra actual escena pl¨¢stica. Con todo, lo que confiere un atractivo m¨¢s singular al resultado, elevando el vuelo por encima del tono rutinario que, con independencia de la calidad de las obras, suele ser habitual en colectivas de este tipo, proviene de la singular inquietud que parece haber alentado en muchos de los artistas de esta selecci¨®n el reto de encarar de nuevo un asunto vertebral como el del desnudo.
DESNUDOS
My Name's Lolita Art Salitre, 7. Madrid Hasta el 13 de abril
No en vano, en el estudio
clave que dedic¨® a su ubicaci¨®n dentro de la tradici¨®n occidental, sir Kenneth Clark recordaba c¨®mo el desnudo ha sido, antes que otro m¨¢s entre los g¨¦neros, el tema que habr¨ªa de erigirse en eje central de lo art¨ªstico, sin que las convulsiones que el devenir de la modernidad impondr¨ªan a su norma can¨®nica le disputaran a la postre ese estatus. Por ello mismo, lejos de extra?ar, y menos en un momento en el que la apelaci¨®n al cuerpo se ha situado entre los t¨®picos dominantes de la ¨²ltima d¨¦cada, resulta l¨®gico que la cuesti¨®n, con independencia de que sea o no, seg¨²n los casos, un tema habitual en sus respectivos cosmos creativos, haya suscitado en los participantes respuestas de significaci¨®n bien elocuente.
En la versi¨®n madrile?a de la propuesta -pues la galer¨ªa presenta al tiempo otra an¨¢loga, con los mismos autores, en su espacio de Valencia-, la muestra obtiene un perfil medio de indudable atractivo e inter¨¦s sostenido.
Con todo, por su mayor calibre, determinadas piezas elevan con creces el tono de la apuesta, destacando muy por encima de ese ya acertado horizonte general. Me refiero claro est¨¢, por ejemplo, dentro de la fotograf¨ªa, a casos como el de Chema Madoz y, ante todo, en su cruce entre despiadada inmediatez y agazapada resonancia melanc¨®lica, la Michelle de Alberto Garc¨ªa Alix, as¨ª como, en el campo de los pintores, al inquietante emblema de caducidad ideado por Guillermo P¨¦rez Villalta, a la enigm¨¢tica escena de ?ngel Mateo Charris o las no menos sugerentes percepciones de Juan Carlos Savater, Mar¨ªa G¨®mez, Dis Berlin o Gonzalo Sicre, visiones todas donde la m¨¢s rec¨®ndita intimidad po¨¦tica del autor queda, en descarnada revelaci¨®n, al desnudo.
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