El Oscar a la m¨¢s guapa
La moda y el 'glamour' son casi tan importantes como los premios en la fiesta de Hollywood
Malos tiempos para un versace. Lo dicen algunos analistas de moda, que aseguran que la sobriedad marcar¨¢ el desfile de los modelos de esta nueva edici¨®n de los Oscar. La discreci¨®n, sin embargo, parece improbable. 'Las actrices quieren estar impactantes, y dudo mucho que eviten que as¨ª sea', se?ala a The New York Times la historiadora de moda y directora del Instituto de la Tecnolog¨ªa de la Moda de Nueva York, Valerie Steele. 'Adem¨¢s, un exceso de sobriedad ser¨ªa triste y decepcionante. Es lo mismo que ocurri¨® en su momento con Jacqueline Kennedy: la gente quer¨ªa verla maravillosa a pesar de su desgracia, era una forma de escapismo. La conciencia de las celebridades no debe medirse por su vestuario. Su deber es raptar nuestra mirada'.
En 1957, Joanne Woodward recog¨ªa un Oscar por Las tres caras de Eva con un sencillo vestido hecho por ella misma; ese mismo a?o, Rosalind Rusell pidi¨® prestado a la jefa de vestuario de la pel¨ªcula que rodaba en aquel momento, Auntie Mame, 'algo para ponerse', y en 1974 Katharine Hepburn entregaba el Premio Irving Thalberg con unos sencillos pantalones anchos y una chaqueta mao. Claro que en su caso poco importaba la moda: el glamour y la elegancia estaban garantizados hasta en pijama.
Pero hoy nadie niega que la moda es en la noche de los Oscar casi tan importante como los premios. '?Qui¨¦n se acuerda del Oscar que gan¨® en 1986 Geraldine Page? Seguro que son muchos menos de los que recuerdan el vestido de Bob Mackie que ese mismo a?o luci¨® Cher, que, por cierto, no gan¨® nada', se?ala un articulista.
Superada la fiebre por Armani que afect¨® a las famosas de Hollywood a principios de los noventa (un a?o, al menos, una docena de estrellas coincidi¨® con dise?os del italiano), la guerra por encontrar el vestido se respira hasta el ¨²ltimo minuto. Ma?ana por la tarde (madrugada del lunes en Espa?a), la mayor¨ªa de las miradas estar¨¢n puestas en las candidatas y en las presentadoras. Se lucha por ganar una estatuilla pero tambi¨¦n por ganar la corona a la m¨¢s guapa. Halle Berry (candidata este a?o a la mejor actriz por Monster's ball) parece inclinada a lucir su impresionante cuerpo con un valentino; su estilista, sin embargo, ha dicho que todav¨ªa no est¨¢ muy claro. Nicole Kidman (cuya ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica con un gaultier de alta costura dej¨® sin habla a m¨¢s de uno) puede ser -con o sin Oscar- una de las reinas de la noche. Aunque Renee Zellweger, aficionada al vintage, podr¨ªa hacer sombra a todas. Lo ¨²nico que parece seguro es que Sissy Spacek, ganadora del Oscar en casi todas las quinielas, se mantendr¨¢ fiel a s¨ª misma: cl¨¢sica, discreta y de negro.
Durante esta semana las actrices alquilan suites en los grandes hoteles de Los ?ngeles. All¨ª se re¨²nen con sus peluqueros, maquilladores y estilistas. Los vestidos llegan desde Par¨ªs y Londres. Incluso algunos, como ?ngela Missoni, viajan desde Italia en persona para ense?ar sus trabajos. Las pruebas se prolongan durante d¨ªas. All¨ª llegan tambi¨¦n los regalos, algunos ligeramente absurdos, con los que las agasajan. Este a?o, s¨®lo por ser candidato o presentador de la gala, uno se puede llevar a casa unas gafas dise?adas exclusivamente para los Oscar; unas horas de descanso y relax en un exclusivo centro de est¨¦tica neoyorquino; un fin de semana en un hotel de lujo en Cabo San Lucas (M¨¦xico); unas sandalias Birkenstock y un abono valorado en casi mil d¨®lares (m¨¢s de mil euros) para blanquearse los dientes gratis.
Zapatos millonarios
Pero de todos los regalos (tambi¨¦n hay c¨¢maras de fotos, relojes y hasta muebles) uno centra la atenci¨®n con un morbo especial: se trata de unos zapatos ¨²nicos, hechos con oro blanco y diamantes y dise?ados por Stuart Weitzman. Valorados en un mill¨®n de d¨®lares, al parecer han sido fabricados en Mallorca y, seg¨²n la ¨²nica foto que ha sido difundida del ostentoso calzado, su misteriosa due?a no tiene el pie muy grande. Los rumores apuntan a que se trata de una sorpresa de Brad Pitt a su mujer, Jennifer Aniston. Pero podr¨ªan ser para cualquier otra aspirante a reina de la noche. Sus millonarios pies, como todo lo dem¨¢s, se ver¨¢n en el domingo sobre la alfombra roja.
Babelia
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