Cada d¨ªa se denuncian 30 hurtos y dos robos con intimidaci¨®n en el metro
Los agentes, en muchas ocasiones, ni tan siquiera ponen a los cacos a disposici¨®n judicial
Cada d¨ªa se denuncian 30 hurtos y dos robos con intimidaci¨®n cometidos en el metro. Las estaciones m¨¢s frecuentadas del centro de la capital son los lugares preferidos por los carteristas. Zonas como Sol, Atocha Renfe o el intercambiador de Avenida de Am¨¦rica son el terreno en el que se mueven las 10 bandas de carteristas que act¨²an de forma continua en la red del suburbano, seg¨²n los datos facilitados por la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Estas cifras han hecho que el Gobierno regional refuerce a partir de abril en un 50% la vigilancia privada.
La forma de actuar de estas bandas es siempre la misma, seg¨²n explica Juan Carlos Ortiz, comisario jefe en la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana. Los ladrones aprovechan las horas en las que hay p¨²blico en los vagones pero ¨¦stos no est¨¢n totalmente llenos -los mejores momentos son entre las 8.30 y las diez de la ma?ana-. Esta afluencia de p¨²blico les permite robar en bolsos o carteras con m¨¢s facilidad. 'Si intentaran hacerlo en las horas punta, con los vagones atestados de gente, no podr¨ªan moverse con la holgura que necesitan', explica Ortiz. Las horas valle -las de menor frecuencia de viajeros- tampoco son sus preferidas, ya que se notar¨ªan demasiado sus movimientos y los viajeros sospechar¨ªan.
Estos ladrones, seg¨²n la polic¨ªa, siempre act¨²an en grupos de tres o cuatro personas. Mientras unos intentan distraer a la v¨ªctima -basta un empuj¨®n-, otro comienza a abrir el bolso o a meter la mano en el objetivo. 'Son muy r¨¢pidos y muchas veces aprovechan los frenazos del tren para efectuar el robo', explica el comisario.
Estas bandas que act¨²an en el metro est¨¢n formadas por ciudadanos procedentes de los pa¨ªses del Este y del norte de ?frica. Hace unos a?os, tambi¨¦n trabajaban en el metro grupos de espa?oles; sin embargo, en la actualidad prefieren los grandes almacenes y el robo al descuido. Sus objetivos no son s¨®lo las carteras. Tambi¨¦n se interesan por los tel¨¦fonos m¨®viles y por cualquier objeto de valor que lleve la v¨ªctima (pitilleras, por ejemplo). Especial atenci¨®n les sugieren las mochilas que muchos viajeros llevan a la espalda.
Estas bandas suelen salir libres r¨¢pidamente a pesar de ser detenidos de forma reiterada. Sus integrantes son acusados de haber cometido un hurto y no un robo, ya que la cuant¨ªa de lo sustra¨ªdo no supera los 300 euros (50.000 pesetas) y no emplean violencia. Muchas veces, la propia polic¨ªa les deja libres sin pasarlos a disposici¨®n judicial. El n¨²mero de detenidos al mes es de 60 personas. Muchas veces se trata de los mismos cacos, que son apresados en varias ocasiones el mismo mes. 'Son reincidentes, pero como se trata de faltas que adem¨¢s no crean alarma social, deben ser puestos en libertad. La prisi¨®n incondicional es hoy por hoy una medida excepcional', afirma el comisario Ortiz. Eso hace que muchos carteristas sean viejos conocidos de la polic¨ªa.
Las estaciones en las que m¨¢s carteristas act¨²an son las que tienen mayor tr¨¢fico de viajeros. En la l¨ªnea 1 destacan Sol, Ant¨®n Mart¨ªn, Pac¨ªfico, M¨¦ndez ?lvaro y Atocha Renfe. En la l¨ªnea 6, la mayor incidencia se registra en Conde de Casal y en los intercambiadores de Avenida de Am¨¦rica y M¨¦ndez ?lvaro. Tambi¨¦n son conflictivas, seg¨²n la polic¨ªa, las estaciones de ?pera y Goya. 'Hay que tener en cuenta que muchas de esas estaciones son intercambiadores con otros transportes p¨²blicos y la afluencia de p¨²blico es enorme. S¨®lo por la estaci¨®n de Atocha pasan al d¨ªa m¨¢s de 800.000 viajeros. Esas cifras son muy altas y no se puede decir que haya una situaci¨®n alarmante', a?ade el comisario.
Pocos usuarios
Punto y aparte merecen los atracos. A pesar de su baja incidencia -dos al d¨ªa de media, seg¨²n la polic¨ªa-, generan mayor alarma social. En general, se trata de robos que se registran a primera o ¨²ltima hora del servicio, de tal forma que haya pocos usuarios en ese momento. Si los carteristas centran su trabajo en el interior de los vagones, los asaltantes prefieren los pasillos largos en los que se ve desde lejos a los vigilantes o la polic¨ªa. Estaciones como Diego de Le¨®n, Avenida de Am¨¦rica o Pueblo Nuevo son algunas de las preferidas, seg¨²n Juan Carlos Ortiz.
Un tipo de delito que ¨²ltimamente no se da en el Metro son los abusos sexuales. En el a?o 2001 no se recibi¨® ninguna denuncia por estos hechos, seg¨²n la polic¨ªa. 'Puede que haya alg¨²n caso de sobones que aprovechen los frenazos para sobrepasarse un poco, pero las mujeres no denuncian esos temas', a?ade el mando policial.
El n¨²mero de denuncias se mantiene constante, seg¨²n los datos facilitados por la polic¨ªa. El a?o pasado crecieron un 17%, pero es un aumento similar al n¨²mero de viajeros que experiment¨® este transporte. Metro tiene cada mes 50 millones de viajeros. 'La red cada d¨ªa es m¨¢s grande. Hay 156 estaciones, con 241 vest¨ªbulos y 249 accesos. Vigilar todo eso requiere un gran esfuerzo', comenta el comisario. La Jefatura Superior de Polic¨ªa cuenta con una comisar¨ªa en la estaci¨®n de Sol, en la que trabajan 30 polic¨ªas. ?stos se encargan de vigilar toda la red del metro. Unas veces act¨²an de paisano y otras prefieren trabajar de uniforme. As¨ª tambi¨¦n dejan patente la presencia policial en las diferentes estaciones. En m¨¢s de una ocasi¨®n son apoyados por las comisar¨ªas de las estaciones de Chamart¨ªn, Atocha y de la Estaci¨®n de Autobuses de M¨¦ndez ?lvaro. Tambi¨¦n cuentan con la colaboraci¨®n de las diferentes comisar¨ªas de los distritos.
Comisaria
La comisar¨ªa de Metro se encarga de centralizar todas las denuncias que competen a este servicio. Seg¨²n Ort¨ªz, sus responsables se encargan de mirar todas las denuncias presentadas en las comisar¨ªas de la regi¨®n para detectar si hay alg¨²n punto conflictivo o que concentre mayor criminalidad. Para ello utilizan el programa inform¨¢tico Sidenpol (sistema de denuncias policiales). 'Muchas veces son las propias comisar¨ªas las que nos pasan un correo electr¨®nico con las incidencias que nos afectan. Eso agiliza m¨¢s a¨²n el problema', afirma Ort¨ªz.
El refuerzo de la vigilancia privada por parte del Metro es visto con buenos ojos por los mandos policiales, ya que supondr¨¢ que de los actuales 473 guardas que trabajan actualmente en la red, se pase en abril a 707. Tambi¨¦n se aumentar¨¢ el n¨²mero de videoc¨¢maras que est¨¢n diseminadas por las distintas estaciones. Adem¨¢s se colocar¨¢n pantallas de plasma por los pasillos de algunas estaciones para que tanto los vigilantes como los propios usuarios vean lo que recogen esas c¨¢maras. 'Todo lo que sea reforzar la seguridad y tener mayor tecnolog¨ªa para detectar el delito, bienvenido sea. La cuesti¨®n es pon¨¦rselo dif¨ªcil a los delicuentes', concluye Ort¨ªz.
Pintadas en los vagones
Otro problema con el que se encuentra la polic¨ªa del metro son los desperfectos causados en las instalaciones y en los vagones. Muchas veces se trata de grafiteros que ensucian los trenes o dejan su huella en las paredes. En ocasiones tambi¨¦n rompen algunas lunas o destrozan alg¨²n torno de acceso. El problema es que estas personas act¨²an r¨¢pidamente y resulta dif¨ªcil pillarles in fraganti. Ort¨ªz asegura adem¨¢s que, para castigar estos delitos, no cuentan con el apoyo de los jueces, que en la mayor¨ªa de los casos no dan importancia a estos actos de gamberrismo. En el caso de los grafiteros, suelen colarse en las cocheras de madrugada para pintar con mayor tranquilidad sus objetivos. Metro pondr¨¢ en marcha una campa?a contra el vandalismo para concienciar a los usuarios de que deben cuidar este medio de transporte. Se distribuir¨¢n dibujos por la red en los que varias personas est¨¢n limpiando o arreglando desperfectos. Dos frases aclaran el mensaje: 'No queremos que lo limpies. S¨®lo te pedimos que lo respetes'.
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