25 a?os a la b¨²squeda de un hijo
Sara M¨¦ndez encuentra al beb¨¦ que los golpistas argentinos le arrebataron
'No se preocupe, esta guerra no es contra los ni?os'. El mayor Jos¨¦ Nino Gavazzo pronunci¨® la siniestra frase mientras arrebataba de los brazos de la madre al beb¨¦ de 20 d¨ªas. Aquellas palabras quedaron grabadas en la uruguaya Sara M¨¦ndez, que ha pasado los ¨²ltimos 25 a?os buscando a su hijo. 'En aquel momento no ten¨ªa ni idea de que el secuestro o la apropiaci¨®n de beb¨¦s iba a ser una forma de operar de la dictadura', recuerda. A punto de cumplir los 58, la sonrisa ha vuelto al rostro de Sara, desde que hace ocho d¨ªas la prueba de ADN certific¨® que un joven adoptado por un ex polic¨ªa de la dictadura argentina es en realidad Sim¨®n, el hijo de Sara M¨¦ndez y Mauricio Gatti.
La historia comienza en 1973, cuando los militares dieron el golpe de Estado en Uruguay. Sara M¨¦ndez, sindicalista de izquierda, huy¨® a la vecina Argentina, pero all¨ª los uniformados tomaron el poder tres a?os despu¨¦s. El 13 de julio, Sara estaba en su apartamento de Buenos Aires con su reci¨¦n nacido cuando irrumpi¨® un grupo de militares de paisano. All¨ª mismo empezaron las torturas, que continuaron en el campo de concentraci¨®n instalado en la f¨¢brica Automotores Orletti, en el barrio porte?o de Floresta. Su marido no estaba en casa y pudo escapar al extranjero.
'Me dijo que estaba seguro de que era el hijo que yo buscaba. Conoc¨ªa la historia perfectamente'
'Me sacaron vendada y maniatada y no pude ver qu¨¦ hicieron con mi hijo'. Despu¨¦s de 10 d¨ªas en el centro de tortura, fue trasladada a Uruguay, donde estuvo cuatro meses desaparecida. Fue procesada por asociaci¨®n para delinquir y condenada a cuatro a?os y medio de prisi¨®n. 'Me torturaron desde el primer d¨ªa. En mi casa retumbaban los portazos y el ruido de cosas que iban rompiendo, pero no escuch¨¦ el llanto de Sim¨®n en aquel momento, ni tampoco en Automotores Orletti'.
Al salir de la c¨¢rcel, Sara empez¨® la b¨²squeda. La primera pista la dio la organizaci¨®n Abuelas de Plaza de Mayo. Hab¨ªan localizado en Argentina a un ni?o pelirrojito. 'Sim¨®n ten¨ªa una pelusa rojiza y era de piel clara cuando naci¨®'. Fue una falsa alarma. Una nueva informaci¨®n situ¨® al beb¨¦ en Uruguay: Gerardo V¨¢zquez ten¨ªa la piel clara y fue hallado abandonado. Sara habl¨® con la familia falsa, que se neg¨® a realizar las pruebas gen¨¦ticas. El caso lleg¨® hasta la Corte Suprema, que rechaz¨® la ¨²ltima apelaci¨®n.
'Todos los que conoc¨ªamos esta historia no ten¨ªamos ninguna duda de que aquel chico era Sim¨®n. Hasta que en marzo de 2000 el nuevo presidente uruguayo, Jorge Batlle, recibi¨® dos confidencias de fuentes militares. Una permiti¨® el hallazgo de la nuera del poeta argentino Juan Gelman, y la otra descartaba que el chico que nosotros hab¨ªamos localizado fuera mi hijo'. Aquel mismo a?o, Gerardo, ya mayor de edad, acept¨® hacerse la prueba de ADN y el resultado fue negativo. 'Fue un golpe dur¨ªsimo. Despu¨¦s de tantos a?os de esperanza, ten¨ªa que empezar nuevamente de cero'.
Sara inici¨® una campa?a de recolecci¨®n de firmas en Uruguay y en Europa, donde recibi¨® el apoyo de varios europarlamentarios. Los acontecimientos se precipitaron hace tres semanas cuando la llam¨® el senador uruguayo Rafael Michelini, hijo de una v¨ªctima de la dictadura argentina. Hab¨ªa localizado a una familia argentina que adopt¨® a un beb¨¦ abandonado a las puertas de una cl¨ªnica y habl¨® con el joven. 'Cuando el chico conoci¨® la historia de 25 a?os de b¨²squeda, acept¨® hacerse la prueba'. El primer encuentro entre madre e hijo fue una semana antes del resultado de los an¨¢lisis. 'Yo ten¨ªa mucho miedo, porque ya hab¨ªa vivido un fracaso despu¨¦s de estar muy convencida. ?l estaba tranquilo y sereno. Me dijo que estaba seguro de que era el hijo que yo buscaba. Conoc¨ªa la historia perfectamente. Cuando el 19 de marzo el juez me dio el resultado de la prueba llam¨¦ inmediatamente a Sim¨®n y me dijo: 'Ya sab¨ªa'.
Sim¨®n tiene novia, trabaja y estudia. Ha estado tres veces con Sara. 'Hemos pedido al juez que se mantenga la reserva de su nombre, porque es muy importante que viva el proceso de asumir esta nueva realidad con total tranquilidad'. Para Sara siempre ser¨¢ Sim¨®n, aunque est¨¦ inscrito con otro nombre.
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