Padres y madres pedimos la palabra
Partidos pol¨ªticos, profesores, intelectuales, periodistas y l¨ªderes de opini¨®n, en general, se han permitido durante los ¨²ltimos meses hacer todo tipo de declaraciones en cuantos medios de comunicaci¨®n han tenido a su alcance para expresar sus opiniones sobre la reforma educativa que el gobierno del Partido Popular quiere imponer en nuestros centros educativos. Ahora es el momento en el que padres y madres, afectados directamente por el futuro de nuestros hijos, tomemos la palabra.
Bajo la excusa pol¨ªtica, y en ning¨²n caso objetiva ni t¨¦cnica, de las deficiencias que a su juicio ha presentado durante los ¨²ltimos a?os la Logse, la ministra de Educaci¨®n y el Gobierno han decidido unilateralmente eliminar progresivamente esta ley integradora, compensadora y de educaci¨®n en valores, que nunca fue respaldada por el Partido Popular, para impulsar otra que denominan 'de calidad', con contenidos homog¨¦neos y donde prime la competitividad. Se pretende, de este modo, atentar contra los valores de tolerancia, respeto y democracia que deben imperar en el sistema educativo porque va a establecer distinciones sociales, econ¨®micas y culturales entre el alumnado limitando a¨²n m¨¢s la participaci¨®n de los colectivos en las decisiones de los centros.
Desde la Confederaci¨®n Andaluza de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos por la Ense?anza P¨²blica, consideramos que esta reforma no se puede llevar a cabo sin un debate previo, sin el consenso de las comunidades aut¨®nomas y sin la participaci¨®n de los distintos sectores de la comunidad educativa. La nueva ley llamada 'de calidad educativa' pretende volver a la posibilidad de repetir todos los cursos, a la vez que dividir al alumnado en cuatro itinerarios seg¨²n sus aptitudes, es decir, los listos con los listos y los tontos, con los tontos. Por otra parte, la creaci¨®n de diferentes titulaciones al finalizar la ESO marcar¨ªa el futuro de nuestros hijos e hijas a una edad temprana cuando, adem¨¢s, consideramos la titulaci¨®n ¨²nica en la etapa obligatoria como un principio irrenunciable.
?Y qu¨¦ decir de las reformas que esta ley pretende aplicar en los centros educativos? ?C¨®mo es posible que se presente como un avance para mejorar la calidad de la ense?anza aplicar a un alumno, como medida correctora, la expulsi¨®n del centro? ?No es este extremo el abandono de responsabilidades tanto de la Administraci¨®n educativa como del centro y del profesorado? Durante a?os, los padres -primeros interesados en la educaci¨®n de nuestros propios hijos- hemos luchado para conseguir una escuela donde primen los valores democr¨¢ticos y la participaci¨®n de todos los estamentos de la comunidad educativa. ?Para qu¨¦?, nos preguntamos ahora cuando nos encontramos frente a una ley que pretende dejar a la decisi¨®n del profesorado la imposici¨®n de sanciones al alumnado y la elecci¨®n del equipo directivo. Es como si a Comisiones Obreras y UGT se les obligase hoy, en pleno siglo XXI, a volver a funcionar con las estructuras del sindicato vertical. ?Ser¨ªa l¨®gico? Estas medidas atentan contra los valores de solidaridad, tolerancia, respeto y democracia que deben imperar en el sistema educativo, porque se van a establecer distinciones sociales, econ¨®micas y culturales entre el alumnado.
El posible regreso de la rev¨¢lida ha devuelto a la memoria de algunos de nosotros m¨¢s de una frustraci¨®n. No vamos a permitir que nuestros hijos hagan frente a una prueba de conocimientos para saltarse la igualdad de oportunidades y jugarse a una sola carta su futuro sin que, adem¨¢s, pasar por este mal trago les garantice una plaza en la Universidad ya que para acceder a cada centro universitario tendr¨¢n que superar otra selecci¨®n espec¨ªfica.
Est¨¢bamos en la l¨ªnea de avanzar en una escuela p¨²blica de calidad, y ahora nos pondr¨¢n los itinerarios m¨¢s bajos, par prestigiar con los altos a la ense?anza privada, creando unas diferencias insalvables.
Mercedes Gonz¨¢lez Font¨¢dez es presidenta de Codapa.
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